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40 entidades lanzan una campaña en favor del museo Hermitage en la Barceloneta

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Patricia Castán

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"Preferimos que a la Barceloneta lleguen turistas interesados en ver museos que en en juergas y borracheras", defiende con determinación la Associació de Veïns de la Barceloneta, que ve en el proyecto del Hermitage una "oportunidad para cambiar el modelo turístico de la zona, " además de suponer un nuevo equipamiento cultural "de prestigio internacional" para el barrio. Con esa tesis y la de que Barcelona ha perdido fuelle en su el ámbito cultural y el litoral precisa de apuestas que vayan más allá del ocio, la nueva plataforma +Cultura xBarcelona, integrada por unas 40 entidades sobre todo vecinales y de comerciantes, inicia hoy una campaña en favor de la instalación del museo en la nueva zona de Marina Vela (más allá del Hotel W).

La movilización de la nueva plataforma +Cultura xBarcelona está encabezada con el manifiesto que suscriben bajo el título 'La útima oportunidad', pero se plasmará en la calle con una singular campaña de caballetes con reproducciones de obras de Monet, Gauguin o Kandinsky, donde se lee "Listo para venir a Barcelona" o "¿Seguro que te lo quieres perder?". Aluden así a las presuntas objeciones que pone el ayuntamiento al recinto.

Hace unos días el primer teniente de alcalde Jaume Collboni declaró en Betevé que uno de los cuatro informes en marcha (evalúan su viabilidad e impacto en los ámbitos de la movilidad, cultura y el económico) ofrecía "dificultades" en el ámbito de la movilidad en la zona. Algo que negaban el martes fuentes del Hermitage y ahora reiteran sus defensores, considerando que el proyecto “se ha elaborado según el Plan Especial de la Nova Bocana del Port de Barcelona, aprobado por el mismo ayuntamiento”.

Arte, cultura y economía

En el manifesto que hoy presentarán públicamente en plena Barceloneta, enfatizan que "el arte es cultura, es educación, es oportunidad", y abraza perspectivas sociales y económicas. Manel Martínez, presidente de la AAVV Barceloneta, opina que sería positivo para el barrio marinero ser conocido por albergar una sede de una "entidad cultural con 250 años de historia" y cuna en San Petersburgo, en lugar de por ser escenario de los excesos del turismo de juerga. 

Pero los firmantes (desde colectivos vecinales del Raval, Poble Sec o la Vila Olímpic -entre otros-, a la plataforma de ejes comerciales más céntricos Barcelona Oberta, y de distintas zonas) creen que está también en juego el modelo desarrollo urbanístico del litoral -"somnoliento desde los JJOO" y del que se espera ahora "una gran transformación"-, apostando también por la cultura, frente a la actual fórmula cntrada en la oferta de ocio, además de la náutica. "¿Es que el Hermitage en la Barceloneta no es una infraestructura de interés general que puede añadir valor al nuevo espacio ganado a la ciudadanía?" (en alusión al desarrollo de la Nova Bocana). Su opinión contrasta con la de otros vecinos del barrio que consideran especulativo el proyecto. 

Sus defensores enfatizan que hace tiempo que los sectores culturales advierten de la "falta de rumbo cultural a nivel local", sin iniciativas públicas, sinergias, detección de oportunidades o recursos públicos, relatan. Por eso aplauden la llegada de una iniciativa del ámbito privado, sin coste para el barcelonés, a ese solar del Port de Barcelona, que este organismo ve con mejores ojos que el ayuntamiento. "¿Por qué Barcelona se empeña en sumar (...) proyectos perdidos?", interrogan, antes de pedir a las administraciones que "faciliten todo lo posible" el desembarco del museo.  

Desde Barcelona Oberta, Gabriel Jené ha añadido que la ciudad tiene en estos momentos una oportunidad de potenciar «cultura, educación y tejido económico», a la par que un «turismo de calidad». Tras la presentación de la iniciativa popular, se ha hecho una ruta por puntos del barrio donde se han expuesto los cuadros reivindicativos.

Lo que hay tras el proyecto

Los promotores de esta nueva sede del Hermitage en Barcelona se estructuran como sociedad formada en un 80% por Varia, una plataforma de inversión suiza-luxemburguesa creada por exdirectivos de banca privada, entre ellos Jaume Sabater, vicepresidente, y con Xavier Pujol omo consejero delegado; y en un 20% por Cultural Development Barcelona, integrada por Valery Yarolaski, empresario ruso, y el arquitecto Eugeni Pallarès, ambos impulsores del proyecto desde el principio. Los espacios expositivos estarían formados por dos grandes salas, una de colección permanente y otra divida en dos dos temporales. Algunas estarán comisariadas y otras vendrán de la matriz de San Petersburgo. En Barcelona la superficie útil contemplada es de 12.903 metros cuadrados, de los que el 45,5% serían de museo propiamente, un 19,5% para espacio abierto el público general, un 20% para comercios y restauración y el resto para servicios e instalaciones técnicas. La ratio de museo es de las más altas en España, destacan sus promotores, equiparable a la del Guggenheim de Bilbao.