NUEVO ESPACIO

El arte pone una pica en Les Corts con la Fundació Suñol

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suol / FERRAN NADEU

Natàlia Farré

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Les Corts no es un distrito que brille por su oferta de centros de arte y museos. Aunque de estos últimos algo sabe, no en vano alberga el que más público convoca de la ciudad, el del Barça (1.730.335 visitantes en el 2019). Pero ya está. Ninguna galería o, por lo menos, ninguna de las que están asociadas al gremio, y solo otro museo, pero en Pedralbes, el que alberga el monasterio que lleva el nombre del barrio (o viceversa). Por eso resulta sorprendente que la Fundació Suñol, una de las más reconocidas del país en arte contemporáneo, haya dejado el privilegiado (por visibilidad) paseo de Gràcia para emigrar al barrio de La Maternitat i Sant Ramon. Sorprendente pero acertado a juicio de su director Sergi Aguilar. Pues en el bulevar comercialmente más caro de la ciudad “no se es tan visible” como pueda parecer a priori, y en la jornada de puertas abiertas del nuevo local, que se realizó en noviembre, “la presencia de público desbordó las perspectivas”.

Hay otro punto a favor del cambio de ubicación, la plasmación de esa idea tan anglosajona de retornar a la sociedad lo obtenido de esta. Algo en lo que pensaba Josep Suñol, su promotor. “En noviembre acudió mucha gente del barrio, y esto tiene un punto muy atractivo. Llegar a nuevos espectadores es una maravilla, los interesados se supone que ya vienen por defecto”, argumenta Aguilar. Tras el paréntesis de Navidad, ahora inauguran de manera oficial, con la primera parte de la muestra ‘En tres actos’. Una exposición dividida en tres etapas y que, como siempre, girará en torno a la colección de la fundación. Pero con dos novedades: la lectura de las piezas corre a cargo de un comisario externo, en este caso del crítico e historiador Valentín Roma; y el apoyo de un programa público. Dos novedades, la mirada foránea y la vinculación con la sociedad a través de las actividades, que marcan la nueva etapa, que no solo es un cambio de espacio sino también de concepto. Renovarse para continuar. Nuevo es, también, la gratuidad de la entrada y el acceso a la magnífica biblioteca que atesoró Josep Suñol.

En Pedralbes y en el Eixample

El empresario, hijo del malogrado presidente del Barça y diputado de ERC fusilado a inicios de la guerra civil por las tropas franquistas, hizo fortuna con los negocios pero defendía como su mejor inversión las más de mil obras de arte que atesoró desde los años 60 hasta el 2000. Piezas de vanguardia, sobre todo de las últimas décadas del siglo XX, centradas en el arte español pero no únicamente, también adquirió creación americana e italiana. De Salvador Dalí a Andy Warhol, de Joan Miró a Lucio Fontana. De hecho, la primera pieza que entró en los fondos de Suñol lleva la firma del futurista Giacomo Balla y luce en el centro de la actual exposición rodeada de Man Ray, Robert Mapplethorpe, Eduardo Chillida, Antonio Saura, Antoni Tàpies  y Alexander Calder, por poner algunos ejemplos. Pues eso, Suñol coleccionó hasta el siglo XXI, entonces decidió dejar la compra de nuevas obras para centrarse en el mecenazgo y abrió al público sus tesoros en el paseo de Gràcia. Corría el 2007 y escogió como sede la que había sido residencia familiar. Edificio que había cambiado de manos pero que consiguió recuperar.

Con todo, la sede del Eixample fue la tercera en abrir. Antes, a finales de los 70, creó la Galeria 1, que no era otra cosa que la adaptación de su residencia particular de Pedralbes -en el complejo Les Escales proyectado por Josep Lluis Sert- para albergar su colección. No estaba abierta al público, pero sí acogía actos artísticos. Incluso hubo fiesta inaugural, concebida por Miralda y Jaume Xifra, y con la participación de Antoni Muntadas y Jaume Sisa. Poca broma. En 1980, puso en marcha la Galeria 2, que ocupaba el espacio ahora recuperado en la calle de Mejía Lequerica, 14, con el edificio de la Maternitat como paisaje frontal. Fue reserva de la colección y residencia de artistas. Ahí, trabajaron durante años José Noguero, Pablo Maeso, Rosa Amorós y Zush, uno de los creadores que más se benefició del mecenazgo de Suñol. Fue también espacio de encuentros artísticos pero a puerta cerrada. Y fue uno de los secretos mejor guardados del de les Corts. El local, pese a su actividad ininterrumpida, se ha dado a conocer ahora entre los vecinos. La mayoría, desconocedores del arte que se escondía detrás de lo que antes eran persianas y ahora es vidriera. Se percibe aceptación, una aceptación que su promotor no ha podido ver, Suñol murió el pasado noviembre, tres días antes de que se celebraran las jornadas de puertas abiertas.