REGRESIÓN DEL LITORAL
La arena de la Barceloneta no se repondrá hasta la primavera
Luis Benavides
Periodista
Luis Benavides
Los últimos temporales han causado estragos en el litoral catalán. El fuerte oleaje de la primera semana de diciembre se llevó grandes cantidades de arena y causó daños en diferentes instalaciones como duchas y chiringuitos. Las olas llegaron al paseo, arrastrando piedras incluso. Una de las playas más castigadas por la llamada regresión de la arena fue la playa de la Barceloneta, que en algunos puntos ofrece un aspecto dantesco. Por el momento, operarios del Ayuntamiento han colocado una veintena de sacos de arena en esta playa "como diques de contención" para proteger principalmente a las personas.
Fuentes municipales confirman que el mal estado del mar causó una pérdida importante de arena en las playas hasta el punto que puede ser incompatible con el uso lúdico de las mismas. La reposición de arena, algo que realiza el Ayuntamiento "de forma puntual", tendrá lugar más adelante, confirman las mismas fuentes, porque podrían producirse más episodios similares. Así que esperarán a la temporada de baño, en primavera.
Regeneración artificial
El Institut de Ciències del Mar (ICM) de Barcelona lleva años estudiando el comportamiento del litoral. El cambio climático, con la subida del nivel del mar, es un factor clave. En la regresión de las playas, no obstante, entra en juego otros factores y dinámicas. "En el caso de Barcelona, el oleaje y las corrientes marinas arrastran los sedimentos en dirección Besòs-Llobregat", explica uno de los investigadores del ICM, Gonzalo Simarro, que recuerda que la arena o sedimentos de las playas viene originalmente de los ríos. "Si pones una presa, el río aporta menos arena y las playas se pueden ir erosionando", añade. En 1992 se llenó de arena las playas de la ciudad de Barcelona y también fue necesario aportar grandes cantidades en el 2010. Esta regeneración artificial se ha repetido, en menor medida, en años posteriores.
La reposición natural también existe. Se produce cuando el oleaje es muy suave. Entonces el propio mar repone arena lentamente por el fondo. "Al final, esto nos tiene que hacer reflexionar sobre las playas. Son probablemente un artículo de lujo porque mantenerlas cuesta mucho dinero", asegura Simarro, en referencia al coste que supone para las arcas públicas aportar toneladas y toneladas. “Ya hay algunos diques en la Nova Icària, el Bogatell y Sant Sebastià que amortiguan un poco el oleaje, pero no hay soluciones mágicas”, apostilla el investigador.
Problemática metropolitana
El problema de la regresión de la playa no es exclusivo de la ciudad de Barcelona. El servicio de playas del Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha constatado que el litoral metropolitano está disminuyendo y este fenómeno parece haberse acelerado en algunas playas en los últimos años.
El ente trabaja actualmente en un proyecto de “estabilización” del litoral metropolitano que requerirá la participación de los ayuntamientos afectados, la Generalitat y el Ministerio para la Transición Ecológica. Entre las posibles medidas y soluciones que podrían formar parte del plan destaca la protección de forma más urgente de las zonas más afectadas -la parte norte de Gavà mar es una de ellas-, la aportación de arena con un tamaño adecuado y la instalación de diques reversibles, construidos con un material sintético resistente que tiene menos impacto en el ecosistema natural.
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