SEGURIDAD VIAL

Colau se propone blindar los entornos de todos los colegios de Barcelona frente al coche

Barcelona colocará radares de velocidad informativos junto a los colegios

Barcelona colocará radares de velocidad informativos junto a los colegios. / periodico

Toni Sust

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En octubre pasado, Hugo, un niño de 5 años, murió tras ser atropellado por un motorista junto a la escuela Grèvol, en la calle de Provençals, en el distrito de Sant Martí. El menor estaba en la acera, junto al centro, a centímetros de la circulación de vehículos y nada impidió que accediera a la calzada. La tragedia llevó a varias familias a protestar formalmente por el estado de la circulación junto a los colegios. Y todo ello se convirtió en semilla de un plan para proteger a los alumnos y aislarlos de la circulación en un entorno pacificado. Ahora, en centro presenta un espacio mucho más protegido en su exterior, que permite, por ejemplo, que los alumnos puedan merendar sin apelotonarse.

El plan se denomina 'Protejamos la escuela' y este lunes ha sido presentado por el gobierno de Ada Colau junto al centro y escenario de aquel accidente. Para ser exactos, estaba más o menos medio gobierno: la propia alcaldesa; la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz; el concejal de Sant Martí, David Escudé, el edil de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, y la responsable de Movilidad, Rosa Alarcón.

Colau ha justificado “una representación poco habitual” por la relevancia del propósito anunciado: “Un cambio de mirada sobre la ciudad. El coche no puede ser el centro de la ciudad, tienen que ser las personas. No hay nada más importante que nuestros niños y niñas”. La alcaldesa ha anunciado que el ayuntamiento quiere emprender reformas similares  a la del entorno de la escuela Grèvol en todos los colegios de la ciudad, y que de entrada las abordará en 120 centros durante el actual mandato, hasta el 2023. Reformas que cuentan con un presupuesto de 10 millones de euros. “Hugo murió atropellado y no queremos que eso vuelva a pasar”, ha subrayado Colau. El objetivo prioritario de las mejoras son los equipamientos con alumnos de cero a 12 años.

20 centros durante el 2020

Los niños de la escuela Grèvol están ahora más protegidos: se ha anulado un carril de circulación de Provençals, el que estaba más cerca de la acera, y se ha instalado una valla metálica que separa el espacio de la calzada. También hay una ristra de macetas que actúan como bolardos y una fila de bancos. Al principio de la calle se ha situado un radar que advierte de la velocidad de los coches y motos que entran en la vía, que ha sido limitada a 20 kilómetros por hora. En la zona de llegada al colegio, destaca la señalización con pintura naranja y un logotipo horizontal. El aviso de que uno se está acercando a un centro educativo. Estos últimos rasgos responden a otra idea que Colau ha defendido: “En la ciudad vemos cuándo llegamos a un párking por la letra P, pero no sabemos que estamos llegando a un colegio”.

Mediante el programa que se inicia con este centro, ‘Protejamos los colegios’, se actuará durante este año en 20 escuelas, contando la Grèvol. Entre los otros 19 se cuentan la escuela Carlit, la Marillac, la 9 graons, la Xirinacs, la de las Escolàpies Llúria, el Sagrat Cor Diputació, el Institut Viladomat y la escuela Sagrada Família.

Durante el 2021 se actuará en otros 35 centros; en el 2022, en otros 35 más; en el 2023, en 30. A las 120 reformas se suman los trabajos en 80 escuelas en las que se han desarrollado otras estrategias de pacificación vinculadas con las supermanzanas y el plan de barrios, por lo que el consistorio eleva a 200 los colegios en los que se habrá mejorado su protección frente al tráfico. En palabras de la alcaldesa, “uno de cada tres” de los que funcionan en Barcelona.

Voluntarios en la salida del cole

La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, ha explicado que el orden por el que se actuará en los colegios se decidirá teniendo en cuenta cuáles lo necesitan más, a la vista, sobre todo, de la contaminación atmosférica y acústica que sufran y de si están en puntos en los que la seguridad viaria es complicada. No en todos los casos será posible limitar la velocidad máxima a 20 kilómetros por hora, ha admitido Sanz. En realidad, las características del entorno de cada colegio en el que se actúe marcarán qué es posible y qué no. No en todas partes se podrá cortar un carril, como ha sucedido en la calle de Provençals. No en todas partes se podrá hacer lo que se ha hecho junto a la escuela Grèvol, que prácticamente se ha convertido en una pequeña supermanzana.

El reto, dice Colau, es hacer una plaza frente a cada colegio

Ante la previsible variedad de soluciones, sí hay un objetivo común en cuanto al escenario más amable con el que tienen que encontrarse los alumnos y sus familias al ir y salir del colegio. En todos los casos se podrán ver los elementos ya citados, una señalización en naranja y un logotipo horizontal para anunciar el inicio del espacio pacificado, y el plan parte de que delante de cada colegio haya ahora una plaza. Así lo ha formulado Colau. Ese espacio debe tener una superficie no inferior a una circunferencia de 10 metros de diámetro. Allí se instalará mobiliario urbano.

Se creará una mesa de entornos escolares en cada distrito en la que habrá representantes del ayuntamiento y de la vecindad que evaluarán las necesidades de los centros y harán un seguimiento de su situación. El plan también contempla un programa de personas voluntarias para el control del tráfico a la salida y la entrada de los alumnos en los colegios.