Dónde están y cómo son los alquileres más asequibles de Barcelona

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Patricia Castán

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Hay una noticia aún peor que haber superado la barrera de los mil euros mensuales de media en los nuevos contratos de alquiler firmados en Barcelona. Y es la menguante oferta de pisos por debajo de esos precios, tanto en cantidad como en calidad. Porque una cosa es el promedio, y otra la actual dificultad en conseguir algo que esté por debajo. Lo glosa el agente de la propiedad inmobiliaria Juan José Aguilera: «Lo más buscado en este momento son pisos pequeños de 700 euros, y tenemos que responder a los clientes que ya no existen». Una disfunción entre oferta y demanda que está teniendo importantes consecuencias demográficas y sociológicas en la ciudad. Pero ¿dónde están y cómo son los pisos más asequibles que se ofertan en la ciudad? 

Echando mano de los últimos datos detallados de los contratos formalizados con fianzas en el Institut Català del Sòl durante el tercer trimestre 2019, que ayer avanzó este diario, uno podría pensar que la capital catalana todavía ofrece hogares para todos los bolsillos. La estadística arroja precios medios de 533 euros (redondeando) en Ciutat Meridiana (en Nou Barris), o de 570 en Trinitat Vella (en Sant Andreu), o media docena de barrios periféricos por debajo de los 700, como la Prosperitat o Verdum, Trinitat Nova, Bon Pastor y el Turó de la Peira. En otros 13 barrios situados en Horta-Guinardó, Nou Barris y Sant Andreu, la media de nuevos contratos está por debajo de los 800 euros. Pero en la práctica, la oferta de este tipo es muy inferior a la demanda, o en algunos casos menospreciada porque el barcelonés prima una ubicación céntrica o que perciba como mejor, aunque sea a costa de reducir espacio, coinciden en diversas inmobiliarias consultadas. [<strong>Consulta aquí el mapa del precio del alquiler medio por barrios de Barcelona</strong>]

Un ejercicio nada científico pero significativo como buscar pisos de alquiler por debajo de esos 1.005 euros de media en los principales portales inmobiliarios da más pistas de las dificultades. En el que aglutina más anuncios, Idealista.com, solo el 18% de los 9.005 reclamos ofertados este viernes estaban por debajo de esos tres ceros. Si el límite se baja a 900, la cosa se queda en un 10% de la oferta; pero si se queda en 800, el panorama empieza a ser desolador, solo hay un 4,6% de opciones. Que se quedan en un anecdótico 1,3% para bolsillos con un límite de 700 euros mensuales, tan frecuente en una ciudad llena de mileuristas.

Más demanda que oferta

Añade Aguilera, que también es director de Relaciones Institucionales y de Formación en el Col·legi Oficial d’Agents de la Propietat Immobiliària de Barcelona i Província, que por cada uno de los 15 nuevos alquileres que su agencia de la Sagrera oferta al mes, aparecen unos 30 interesados. Una vivienda lista se suele colocar en una semana. «Quien vive en Barcelona no se quiere ir, y quien viene a trabajar intenta vivir aquí, más los inversores interesados en la ciudad, más el turismo...», resume para explicar porqué los alquileres parecen no haber tocado techo aún.

Esa masiva búsqueda de viviendas pequeñas no es por gusto, sino para intentar ajustar el presupuesto. Se alimenta de muchas parejas o personas solas que si no encuentran nada se conformarán con infraviviendas o pasarán a compartir pisos, pagando 500 euros por una habitación y estableciendo hogares de corte estudiantil que no lo son.

Elvira L. relata que tras seis meses en permanente alerta buscando micropiso en Barcelona desde diversas aplicaciones inmobiliarias, tuvo que cambiar de planes y ubicarse en el Masnou por 750 euros mensuales. El municipio del Maresme también está por las nubes, pero allí a través de un contacto y alejándose de la playa encontró una vivienda nueva y digna que no podia hallar en Barcelona. «Llegué a ver supuestos lofts con el baño dividido en dos partes y la ducha separada del comedor por una cortina», rememora. Anuncios que mentían sobre las dimensiones, espacios sin cédula de habitabilidad, bajos y expalomares eran una constante.

Las viviendas por debajo de 800€  ofertadas suelen estar en la periferia; si son céntricas tienen algún hándicap

Los barrios mencionados con los pisos más baratos coinciden con reducidos tamaños medios de 53 y 59 metros cuadrados. Dimensiones que se parecen a las de la Barceloneta, pero donde el precio por metro cuadrado es de 17,74. Es decir, si aquí se halla un piso de 800 euros es porque es muy pequeño. En cambio, cada metro cotiza a excatamente la mitad en Trinitat Vella, el barrio donde se puede conseguir más espacio por menos dinero. Por debajo de los 12 euros el metro, prácticamente no queda nada en Barcelona, más allá de algunas opciones en la Verneda, Sant Martí de Provençals, el Besòs i el Maresme, Roquetes, Canyelles... La distancia con el centro o la conflictividad en algunas zonas es lo que mantiene esta oferta sin apenas auges de precio, señalan diversos operadores.

Por 700 u 800 euros y pocos metros cuadrados, los portales ofrecen también opciones en Sants-Montjuïc, el Eixample, Ciutat Vella... A cambio, suelen implicar renuncias o importantes hándicaps: dimensiones de incluso 20 metros cuadrados, quintos sin ascensor, bajos con humedades, contratos en negro, viviendas sin reformar...  Y al final, casi todo se alquila. 

¿Políticas efectivas o no?

Desde el portal Idealista opinaban ayer que las administraciones no toman las medidas adecuadas contra el auge de precios en ciudades como Barcelona. Una idea que también abona el Col·legi de API de Barcelona, donde creen que la mejor forma de frenar los precios es fomentar una mayor oferta de alquileres. Reclaman «protección al pequeño propietario», que se ve  vulnerable ante impagos, falta de avales (desde la última regulación) y ocupaciones, lo que lleva a muchos a vender en lugar de alquilar. Los API consideran que al reducirse a dos meses las fianzas máximas muchos propietarios optan por no equipar bien ni modernizar los pisos porque de haber daños no quedarían cubiertos. Ayuntamiento y gobierno están apostando por medidas demandadas por los inquilinos, como alquileres más largos, sin requisitos adicionales y, prometen, precios limitados.