BARCELONEANDO

El 'Idilio' de Gonzalo Elvira

El artista argentino presenta una muestra centrada en la revista editada en su país en los inicios del peronismo

El artista argentino Gonzalo Elvira, en la galería RocioSantaCruz, donde presenta la muestra 'Idilio'

El artista argentino Gonzalo Elvira, en la galería RocioSantaCruz, donde presenta la muestra 'Idilio' / periodico

Ramón de España

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En los tiempos que corren, requiere cierto cuajo titular una exposición 'Idilio', que es lo que ha hecho el artista argentino Gonzalo Elvira (Patagonia, 1971) con el material que muestra en la galería RocioSantaCruz. El 'Idilio' del señor Elvira se centra en la revista del mismo título que se publicó en su país en los inicios del peronismo y que se dirigía a las mujeres desde una óptica vagamente feminista. Cuando le comento que el peronismo me parece una maldición divina lanzada para que los argentinos no levanten cabeza jamás, Gonzalo sonríe y reflexiona: "Es que el peronismo lo es todo. Ahí cabe cualquiera, de la extrema izquierda a la extrema derecha, y algunos hasta son decentes y tienen buena intención". 

Desde Europa no hay quien entienda el peronismo, le digo, ya que nuestros dictadores dejan una herencia monolítica y todos sus admiradores son iguales, mientras recordamos la adaptación cinematográfica de la novela de Osvaldo Soriano 'No habrá más pena ni olvido'; en concreto, la secuencia en la que dos sectores del peronismo se enfrentan a tiros bajo una sentencia escrita en la pared que reza: "El mejor amigo de un peronista es otro peronista".

Importante influencia

Gonzalo es hijo de psicoanalista, oficio de mucho peso en Argentina: "Supongo que se debe a la enorme inmigración judía de origen centroeuropeo. Inmigración que no solo trajo psicoanalistas freudianos, sino también a artistas de la Bauhaus como la fotógrafa Grete Stern, que es una de mis principales influencias". Queda claro en esos mapas que forman una parte de la muestra y sobre los que Gonzalo ha superpuesto imágenes de, o inspiradas por, la señora Stern, que en Buenos Aires contrajo matrimonio con el fotógrafo y cineasta alternativo Horacio Coppola y colaboró en la revista 'Idilio', primera publicación femenina en contar con una sección dedicada al psicoanálisis, que llevaba el doctor Richard Rest, personaje imaginario tras el que se ocultaban, aunque no mucho, dos célebres psiquiatras argentinos. 

Una de las tres partes de la exposición está dedicada a los libros que poseía el doctor Rest, cuyas portadas ha reproducido el artista con su puntillismo habitual. Unas son reales, otras no. Las inventadas lucen el falso sello de la inexistente Cerilla Ediciones. Entre las reales, la de 'Qué es la historia', de E. H. Carr, en la edición de Seix Barral que me acompañó durante mi paso por la universidad.

Sus dibujos son más que simples reproducciones y su decorativismo convive con un peculiar sentimiento de ensoñación

Mi sección favorita de la exposición es la dedicada a la revista 'Idilio', cuyas portadas reproduce el señor Elvira de forma hiperrealista en uno de esos esfuerzos de puntillismo que denotan un trabajo de chinos. Con la misma tipografía de Coca-Cola, 'Idilio' mostraba en sus portadas a parejas felices y anónimas, desatendiendo a las 'celebrities' de la época y buscando la identificación del ciudadano común. Los dibujos de Gonzalo son más que simples reproducciones y su decorativismo convive con un peculiar sentimiento de ensoñación que apunta más a una vida plena que a la nostalgia por los primeros tiempos del peronismo. Nos reímos recordando el célebre eslogan Perón cumple, Evita dignifica, aunque ninguno de los dos sabe muy bien qué cumplía Perón y qué dignificaba Evita. 

Íntima relación

Las portadas de 'Idilio' –en blanco y negro, salvo una muy grande en color– conviven con los grandes espacios bendecidos por Stern y con la biblioteca privada del inexistente doctor Rest, creándose entre las tres propuestas una íntima relación que es como un gabinete de curiosidades alojado en un rincón de la mente del señor Elvira, un artista que lleva dos décadas viviendo en Barcelona sin que se le haya hecho mucho caso hasta ahora. 

La de RocioSantacruz es su primera exposición con fundamento y, como diría Josep Maria Cadena, recomiendo la visita, que consiste en internarse en un rincón de la memoria del creador para descubrir –por lo menos, en mi caso– cosas y personas de las que nunca había oído hablar, pero en cuya compañía me siento extremadamente a gusto. Esta muestra es como una cápsula que recoge el espíritu de otra época y otro lugar en pleno Eixample barcelonés.