Prevención de accidentes en el transporte público

La Guardia Urbana y TMB enseñan a los jubilados a viajar seguros en bus

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zentauroepp51436505 bcn bus autobus191227174647 / Sergi Conesa

Óscar Hernández

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Uno de los temores de cualquier conductor de autobús urbano es que un jubilado se caiga al suelo por un frenazo. El 12 de diciembre le pasó a una pasajera de 81 años que falleció a causa de las heridas. Aunque un resultado tan grave es muy infrecuente, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) ha registrado este año una media de 2,5 caídas de pasajeros cada día, un poco menos que la media de tres del año anterior.

«Estos accidentes se producen en su mayoría por maniobras bruscas para evitar colisiones o atropellos. Si un pasajero resulta afectado, por muy leve que sea, se incluye en la estadística. Aunque en muchos casos no son tratados por el Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM), sí se registra y se les da un vale para que vayan a la mutua», explican fuentes de TMB.

Además de estas cifras de TMB, la Guardia Urbana registró el año pasado 336 caídas en vehículo de transporte publico, aunque sin especificar si fue tranvía, autocar o bus. Esta cantidad supone el 3,3% de los accidentes que se registran en Barcelona.

 Las consecuencias de una caída en un autobús pueden ser desde contusiones a fracturas. Pero la gravedad se dispara en función del incremento de  edad. Un anciano fácilmente  puede sufrir una fractura de cadera de la que puede tardar meses en recuperarse. Por ello, el Ayuntamiento de Barcelona, con la Guardia Urbana y TMB, han enseñado ya consejos de autoprotección a 202 abuelos desde que hace un año comenzaran estas clases, que incluyen teoría en un centro cívico o casal y práctica dentro de un autobús.

En cada curso colaboran media docena de agentes de la Guardia Urbana, que hasta ayudan a los asistentes a desplazarse, y personal de TMB, como Nicolás Casas, jefe de línea de bus quien dirigió la clase práctica a 14 jubilados hace dos semanas en Horta-Guinardó. 

Sin prisas y vigilando el espejo

El primer consejo que da Casas a la quincena de abuelos en la parada del autobús es que «no hay que correr nunca porque pueden caerse». «Si se pierde el autobús el próximo llegara en seis minutos», les recuerda. Y les muestra un riesgo que desconocen: el espejo delantero del autobús, que puede golpearles en la cabeza si se acercan demasiado al bordillo en la parada.

El escalón baja hasta el bordillo

Casas explica a los ancianos algo que la mayoría ya sabe:la parte delantera del autobús puede oscilar y bajar hasta casi el mismo nivel del bordillo para que así las personas mayores puedan acceder más fácilmente. «Pídanselo al conductor y él lo bajará si no lo ha hecho», dice Casas.

Tarjeta y copia del carnet de identidad

Las personas mayores deben llevar preparadas la tarjeta de transporte junto a una copia del documento de identidad, tanto para marcar como para enseñarlo al revisor. «Es mejor llevarlo separado del monedero para evitar robos», explica Casas.

Buscar los asientos más bajos

El jefe de línea de TMB pide a sus alumnos mayores que busquen siempre los asientos más próximos a la salida central del bus, que carecen de escalones, por su mejor accesibilidad. «No les importe pedir al chófer que espere a que se ustedes de sienten para que no arranque mientras se caminan», añade el instructor.

Pedir la parada con suficiente tiempo

El profesor recuerda a los jubilados la necesidad de pedir la parada a tiempo. Yen fijarse en la pantalla donde aparece como pedida. Los alumnos aprenden en esta clase que los pulsadores para parar  son especiales y adaptados para que puedan ser pulsados con toda la mano y no solo con el dedo, para mejor uso de las personas con dificultades.

Una rampa para bajar con carrito

La última lección es una demostración de la rampa de la puerta central del bus. Con el aviso de que no solo es para sillas de ruedas, También sirve para el pesado carrito de la compra.