MENOS HUMOS

Plataformas ecologistas y ciudadanas critican la ZBE de Barcelona por insuficiente

Miembros de Eixample Respira despliegan una pancarta contra la contaminación en la calle de Aragó, esta tarde

Miembros de Eixample Respira despliegan una pancarta contra la contaminación en la calle de Aragó, esta tarde / SERGI CONESA

Luis Benavides

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Las voces más críticas con la zona de bajas emisiones en el ámbito Rondes de Barcelona han llegado desde las plataformas ecologistas y ciudadanas preocupadas por el medioambiente y la calidad del aire. La Federació d’Associacions de Veïns i Veïnes de Barcelona (Favb) teme que el sistema de las etiquetas solo sirva para acelerar la renovación de los vehículos y aboga por una tasa de anticontaminación. “Tenemos dudas sobre el éxito de esta medida, sobre todo si no se aplican otras complementarias para reducir el número de vehículos. Además, algunos modelos como los SUV, cada vez más presentes en el parque circulante, no se tocan porque tienen etiqueta pero son altamente contaminantes por su peso y potencia”, explica a este diario el vicepresidente de la federación vecinal, Albert Recio, quien alerta del aumento de las ventas de vehículos nuevos y de ocasión en los últimos meses.

En un comunicado, suscrito por la Plataforma per la Qualitat de l’Aire, la Favb considera que esta aplicación de la ZBE por fases, en cuatro años, “tiene una lógica comercial, no de salud pública”. En este sentido, la federación de entidades vecinales pide que la medida evolucione rápidamente hacia una tasa de anticontaminación o peaje urbano que permita una reducción efectiva del número de vehículos. Para cumplir con la normativa europea relativa a la calidad del aire, recuerda el comunicado, sería necesario reducir en un 30% y de manera inmediata el número de vehículos que circulan por la capital catalana. El consistorio admite que la densidad de vehículos de la capital catalana duplica el de Madrid y triplica el de Londres.

Más carriles VAO

El vicepresidente de la Favb defiende la necesidad de facilitar alternativas más allá del transporte público, con la finalización de la L9 y la mejora de las conexiones ferroviaras como actuaciones prioritarias. El peaje, puntualiza el comunicado, “no prohíbe el uso puntual y optimizado de los vehículos”. “Hemos organizado charlas en muchos barrios y los que más se quejan son aquellos que trabajan en polígonos industriales, con dificultades para acceder a sus lugares de trabajo con transporte público. Los carriles VAO (vehículos alta ocupación), por ejemplo, podrían ser una alternativa: si comparten el coche estarán exentos de pagar esa tasa”, sostiene Recio, quien considera que un bus adelantando por un carril bus-Vao es la mejor publicidad posible del transporte público. 

La recaudación del peaje urbano, del que estarán exentas las personas con movilidad reducida, será destinada a “la financiación del transporte público para fortalecer la dotación actual, mejorar las frecuencias, horarios y velocidades, y la intermodalidad”.

La etiqueta amarilla contamina

La plataforma vecinal Eixample Respira ha protagonizado varias movilizaciones a lo largo del 2019 exigiendo al consistorio medidas efectivas para reducir una contaminación atmosférica que afecta a la salud, especialmente de los más pequeños y de personas con problemas respiratorios  y cardiovasculares.  “Tenemos la impresión que la Zona de Bajas Emisiones que entra en vigor el 1 de enero del próximo año, que vetará la entrada a la ciudad de unos 50.000 vehículos, los que no tienen etiqueta, no será suficiente. Si miras la letra pequeña, hasta el 2024 no se ampliará el número de vehículos vetados”, subraya uno de sus portavoces, Guille López.

En este sentido, y basándose en un estudio ambiental del Plan Metropolitano de Movilidad Urbana (PMMU), Eixample Respira recomienda hacer extensivo el veto a los vehículos diesel con etiqueta amarilla (B), algo que no está previsto hasta dentro de cuatro años. En la línea de las entidades ecologistas, esta plataforma ciudadana apartidista pide a los políticos que actúen con urgencia dado que la mala calidad del aire “pone diariamente en riesgo la salud, la seguridad, el bienestar e incluso la vida de las personas” que viven o trabajan en Barcelona.

Nueva jerarquía en el asfalto

Una de las portavoces de Ecologistas en AcciónMaria García, recuerda que en otras ciudades hace años que se aplican este tipo de restricciones a los vehículos y la experiencia demuestra que esa medida por si sola es insuficiente. “Para reducir el parque circulante de Barcelona es necesario cambiar la jerarquía en las calles, acabar con la demanda inducida”, explica la activista, que considera de vital importancia comenzar a “dificultar y encarecer” el uso del vehículo privado. “Recuperemos la ciudad -añade- y hagamos que el coche sea un vehículo marginal". La vía pública necesita una conversión, asegura la ecologista, con el peatón y el ciclista como reyes de las aceras y calzada respectivamente.

Ecologistas en Acción consideran que la ZBE está “bien delimitada” y como “primera medida” es correcta, pero urgen más pasos adelante, incluyendo el controvertido peaje. Principalmente porque Barcelona “lleva una década incumpliendo” las recomendaciones de la OMS. Estas nuevas medidas, aseguran la portavoz de la oenegé, solo requieren "voluntad y valentía política", pues pueden tener un coste muy reducido como, por ejemplo, la creación de más carriles VAO tanto para buses como particulares. “Ahora mismo arrancar el motor de un coche sale demasiado barato y pasa factura a la salud de todos. Y creemos que el derecho a la salud debe estar por encima del derecho a tener coche”, concluye García.