Resignación controlada por el corte de Rodalies en Glòries

Las obras, sean en el baño de casa o en la calle, acarrean molestias. En casa se sufre en silencio, pero en la vía pública se genera una oleada de resignación, a veces de incomprensión. Porque lo que se está alterando es tu rutina, tus hábitos. Eso mismo le sucederá durante todas las fiestas a los viajeros de tres líneas de Rodalies, que a su paso por Glòries, y para la colocación de unas vigas de refuerzo del túnel ferroviario que atraviesa el corazón de la plaza, el centro metropolitano que soñó Ildefons Cerdà. El primer día de cortes se ha vivido según lo previsto, con usuarios extraviados y mirando a derecha e izquierda como el 'meme' de John Travolta y otros más duchos que conocían el corte y las alternativas, como el metro o el bus de refuerzo. Así será hasta el 5 de enero. 

La concejala de Movilidad, Rosa Alarcón, ha paseado durante la mañana por la zona cero para comprobar si el dispositivo de desagravio funciona según lo previsto. A su modo de ver, todo en su sitio. Los trazados afectados por la clausura del túnel entre Sant Andreu Arenal y Arc de Triomf, por cierto, son la R3, la R4 (norte y sur) y la R12. Entre esas dos estaciones hay servicio de la L1 de metro, que durante el sábado, según ha concretado la edila, ha incrementado las validaciones un 140% en ese tramo respecto al mismo día de la semana pasada. Además de pedir disculpas a los afectados por el refuerzo de la galería, Alarcón ha puesto en valor el trabajo de los 100 informadores desplegados por TMB y Renfe para tratar de que todos los viajeros, sobre todo los que no se han enterado del contratiempo, que no son pocos, puedan seguir su camino sin más inconvenientes que la demora que origina el corte.

Para la colocación de esas 46 vigas de refuerzo en una longitud de 50 metros será necesario retirar la catenaria. La obra ha sido requerida por Bimsa, la empresa municipal que supervisa los proyectos públicos de Barcelona, para evitar que la perforación inferior de la nueva galería viaria que trasladará los vehículos bajo tierra pueda afectar al paso de los trenes. "Hacemos el refuerzo para no sufrir", resumió Manel Valdés, gerente de Infraestructuras del consistorio. Mejor así, suficientes disgustos ha dado ya Glòries.