conferencia insólita entre ingenieros

Oda a la gran Barcelona

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Carlos Márquez Daniel

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Bastó con verlos entrar en la sala para experimentar un peculiar 'déjà' vu político. El caballeroso Xavier Trias, con sus manos en la espalda; el lozano Jordi Hereu, siempre sonriente, y el despistado y avizor Joan Clos. No pasa todos los días, o si sucede no trasciende, que tres alcaldes de Barcelona se reunan bajo un mismo techo para debatir sobre su ciudad. Certificaron algunas verdades. Que en política, cuanto más atrás has dejado el cargo, más suelto vas; que desde la barrera todo es más fácil, y que, parece mentira, sin el yugo de los votos afloran puntos de entedimiento que antes parecían imposibles. 

La excusa era la presentación, el martes, del libro 'Barcelona próxima', de Andreu Ulied. El mérito de juntar a los tres personajes hay que atribuírselo al equipo de Oriol Altisench, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, cuya sede albergó esta tertulia que empezó con traje pero que por la comodidad que fue acumulando pudo terminar en chandal. No se pusieron de acuerdo en lo obvio, como el tranvía por la Diagonal. Aunque en ese punto sí tuvieron claro que una discusión municipal no puede dilatarse durante 10 años. Pero sí hubo coincidencia, y fue el karma más repetido, en que a la capital catalana le falta, o eso es lo que pregonan ellos, un proyecto claro, ambición, ganas de volver a ser referente. Curiosamente, como si esto fuera otra de Harry Potter y no pudieran mentar a Voldemort, solo una vez en casi dos horas se pronunció el nombre de Ada Colau. Lo hizo Trias, que todavía debe tener en la cabeza la campaña del mes de mayo del 2015 en la que se veía ganando con la gorra a la activista de la PAH. Y no. 

La burguesía y Porcioles

Clos fue una auténtica ametralladora de titulares. Ahí van algunos: "El tranvía por la Diagonal, sí, pero bajo tierra"; "la burguesía ha dejado de tener un papel importante, como el que desempeñó en los Juegos del 92, y debe recuperarlo", o "se nos has escapado la cosa esta que están haciendo en Madrid", en referencia a la cumbre del clima. Los tres convinieron que se ha perdido "la costumbre de pensar en grande", de ahí que receten pasar "del soft al hard" en materia urbanística y de infraestructuras. Hereu, que ahora ejerce como consultor, habló de la alcaldía como si fuera el testigo que se entregan los relevistas. "Ejecutas e inauguras planes de otros tiempos y luego intentas aportar lo tuyo", resumió. "Sin las ideas estrafalarias de Porcioles quizás no tendríamos las rondas", aportó Trias. Dio la sensación de que afeaban a Colau haber roto esa cadena de alcaldes con un mismo poso. Como si el Barça pusiera un entrenador que enterrara el cruyffismo... 

Los contertulios coincidieron en que atravesamos una cierta orfandad intelectual. Clos recordó que esta es una ciudad "retorcida, compleja, la de los anarquistas y el debate". "Sí, el debate del pessebre", le respondió Hereu. Hubo risas, pero quedó clara la idea de que se están escapando discusiones fundamentales. Sobre movilidad, sobre urbanismo, sobre proyección internacional. Aquí todo se ha hecho, dijo Hereu, "con peleas políticas que terminaban en acuerdo". "Hay que volver a hablar de las cosas, y no solo de la cosa", soltó, en referencia al procés. Trias levantó la ceja, pero no se enzarzaron.

También defendieron la gran Barcelona metropolitana. "¡Incluidos los dos vallesos!", insistió Clos. Ellos no avanzaron mucho en este sentido cuando estaban al frente del consistorio. ¿Quién se atreve a darle una machada a los centenares de cargos públicos que anidan en el área metropolitana...?