MÁS DE UNA DÉCADA JUNTO A LAS OBRAS

Hartazgo por el "agujero de la vergüenza" de la Sagrera

Entidades vecinales de Sant Andreu exigen como mínimo la "dignificación" de los entornos de la nueva estación mientras duren las obras de construcción

Las obras de la nueva estación del AVE, en La Sagrera

Las obras de la nueva estación del AVE, en La Sagrera / JORDI COTRINA

Luis Benavides

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Los vecinos de la zona sur de Sant Andreu, la más próxima a la futura estación de La Sagrera, preferirían seguramente sufrir el polvo y los decibelios de la maquinaria a diario durante unos pocos años como en las calles de Independència, Nàpols y Urgell que seguir viviendo junto a un proyecto parado y enquistado, al que han bautizado como el "agujero de la vergüenza". La Associació Veïnal Sant Andreu lleva 13 años esperando la reactivación de un proyecto, el de la estación del alta velocidad, tan ambicioso como impuntual. “En el espacio de obras hay mucha suciedad y colonias de mosquitos, por el agua estancada. También ha habido incendios, porque se instalan algunas personas sin techo y hacen hogueras, con el riesgo que eso supone”, denuncia la presidenta de la entidad vecinal, Cristina Galán.

En el 2017 la asociación de vecinos de la zona sur de Sant Andreu envió una queja y solicitud de intervención al Síndic de Greuges de Catalunya y su respuesta fue, asegura la presidenta, que “pasaban el tema a su homólogo español”. La entidad vecinal, en cambio, considera que son la Generalitat y el Ayuntamiento las que deben reclamar “por todas las vías” que se reactiven las obras actualmente paradas. “Ahora mismo solo están trabajando en la futura estación de La Sagrera, porque es lo que entra dentro de los objetivos económicos de Adif. La cobertura lineal de las vías, lo que más afecta a los vecinos, sigue parado”, explica Galán.

Aunque Galán urge a reactivar todo el proyecto, ha pedido que como mínimo “dignifiquen los entornos” y se urbanicen los tramos en los que la losa ya está terminada. Entre las demandas más urgentes de la asociación figuran la construcción de un puente peatonal que permita salvar las obras y conectar Sant Andreu y el vecino distrito de Sant Martí, y si es posible que permita también el tráfico rodado de como mínimo el transporte público. También solicitaron un cambio de vallado entre las calles de Sant Adrià i Pare Manyanet por uno que absorba el sonido, tanto de las obras como de los vehículos, y que pueda ser objeto de una intervención artística para que sea más amable al menos para la vista. “En el pleno del distrito de octubre el grupo de Junts per Catalunya llevó el tema de las vallas y fue rechazado por Comuns y PSC, que utilizaron como excusa la judicialización de las obras”, asegura la presidenta, en referencia  al proceso judicial abierto tras unos registros de la Guardia Civil en el 2014. Unas presuntas irregularidades llevaron al Gobierno central a rescindir los contratos y paralizar las obras.

Encadenados por la estación de Sant Andreu Comtal

El pasado mes de septiembre celebraron con cierto escepticismo el anuncio del ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, sobre la licitación de la estación de Rodalies de Sant Andreu Comtal. “Es una estación muy utilizada e inaccesible, porque lo de los ascensores fue una chapuza para demorar más la construcción de la nueva estación”, sostiene Galán, muy crítica con este tipo de anuncios sin una fecha de finalización clara.

Los que también reclaman la construcción de una nueva estación de Sant Andreu Comtal y el parque lineal que coserá la herida entre barrios creada por las vías es la Associació de Veïns de Sant Andreu de Palomar, que lleva cuatro años seguidos  organizando un acto reivindicativo llamado ‘Encadenamiento por la estación’ para mostrar su enfado por las demoras. La próxima tendrá lugar el sábado 23 de noviembre y su presidente, Santi Serra, espera que muchos vecinos se sumen. Piden una nueva estación para dejar de soportar el ruido de los trenes que pasan a cielo descubierto, dejar de esperar los trenes a la intemperie y dejar de vivir al lado de unas obras abandonadas que provocan inseguridad.

Tras el anuncio de la licitación de la nueva estación, Serra no se muestra del todo convencido. “No tenemos plazos, pero contando que falta la adjudicación y que las obras dicen que durarán unos 11 meses, calculamos que no tendremos la estación hasta el 2021”, explica Serra, quien también pide la urbanización de la losa que va de Trinitat Vella hasta el sector de Sant Andreu para facilitar la conexión entre los diferentes barrios afectados por estas obras.

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