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ERC se abstiene y permite la aprobación inicial de los presupuestos de Barcelona

Ernest Maragall

Ernest Maragall / periodico

Patricia Castán

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La hoja de ruta económica de Barcelona, expresada con volumen casi enciclopédico, es desde hace años -con los gobiernos en frágil minoría de Ciu y de Barcelona en Comú- motivo de cruzadas y encontronazos entre el equipo de gobierno y la oposición. Si se le suma la tensión que actualmente se vive al otro lado de la plaza de Sant Jaume, los presupuestos de la ciudad se han convertido en un arma arrojadiza, así que no es de extrañar que este miércoles hasta el último momento ERC no decidiera su abstención, que resultó clave para lograr la aprobación inicial de las cuentas municipales del 2020.

Han sido finalmente 18 votos a favor (comuns y socialistas, 13 en contra (Barcelona pel Canvi-Ciutadans, PP y JxCat) y 10 abstenciones los que dan oxígeno al «expansivo» presupuesto local, en tanto que descarta los macroproyectos en beneficio de retos más variados y distribuidos por el territorio.

Se puede decir que los republicanos se taparon la nariz al abstenerse, enfadados por la convocatoria last minut de la comisión extraordinaria de Economía y Hacienda y los muchos desacuerdos sobre los números, pero a sabiendas de que si votaban en contra no habría luz verde y se podría dejar a Barcelona en una  parálisis financiera.

Negociaciones pendientes

La primera aprobación es un trámite a partir del cual Ernest Maragall (ERC) confía en poder negociar muchos cambios de cara a la aprobación final prevista a final de diciembre

¿Qué le reprocha la oposición a Colau? Que trabaje con números «irreales» y no concrete medidas contra la crisis climática o sobre economía verde, según Elsa Artadi (JxCat), algo que también preocupa a los republicanos. A media mañana, los primeros ya anunciaron su voto contrario, pese a que el gobierno de Colau confiaba en el aval de ambos. 

A mediodía, ERC optó por evitar males mayores. En apenas 48 horas nadie había podido digerir la hoja de ruta económica del consistorio, se quejaron. Aún con todo, el concejal de Presupuesto, Jordi Martí, aseguró después que asumía una disposición «total y absoluta para alcanzar un acuerdo» conestos dos grupos.

Las cuentas del próximo año aumentan casi un 10% el gasto corriente, hasta rozar los 2.400 millones de euros, partiendo de la base de incrementar los ingresos por una doble vía. Por un lado, la previsión de la esperada transferencia del estado (128,2 millones. Por otro, la inyección económica extra que deben suponer las nuevas y polémicas ordenanzas fiscales, con la supresión de los límites al IBI, eliminaciónde bonificaciones, recargo por pisos vacíos... (más de 43 millones), así como el aumento de las tasas por aparcar en las áreas verde y azul y de la turística (57,2), entre otras medidasrecientes. El total de gasto previsto para el 2020 son 2.971 millones de euros, un 12,2% más que este año.

Para Colau, las prioridades son el desarrollo sostenible, revertir la desigualdad y dar respuesta a la emergencia climática. En gastos corrientes, el mayor incremento es para medioambiente (hasta alcanzar los 417,4 millones), seguido por servicios sociales (358,7). A vivienda se destinarán 21,4 más que en el 2019 (hasta 148,6), y en educación se llegará a 140.

En cuanto a inversiones totales, del global previsto de 549,8 (92,1 más que este año), los apartados de más peso (aunque a la baja) son la transformación urbanística (169 millones) y la vivienda (121,1). Aquí el mayor pico vuelve a ser (48,8) para los viales de Glòries. El plan de barrios se llevará 35,6 millones. Y acabar la reforma de las Cases Barates del Bon Pastor, 15,8. Mientras que para viviendas y rehabilitación se prevén 14,1, para las obras de la Meridiana serán 8, y para la biblioteca de Concili de Trento-García Márquez, 8,8, entre otros muchos proyectos.  

Muchas críticas

Antes de la votación, el grupo liderado por Ernest Maragall adviertió que serán "especialmente críticos y exigentes en la negociación que esperemos que se produzca a partir de hoy". Los republicanos, grupo mayoritario en el consistorio barcelonés, también critican que se trata de "una votación precipitada" y que no han tenido "tiempo para hacer un trabajo previo de exploración y búsqueda de los ejes básicos de un eventual acuerdo". 

Por su parte, la presidenta del grupo municipal de JxCat, Artadi, llegó a pedir a la alcaldesa que retirase de la agenda del día el presupuesto y trabajase con la oposición sin "arrogancia". 

Desde el grupo municipal de Ciutadans, Luz Guilarte, su presidenta, rechazó los presupuestos al considerar que "son poco rigurosos y ponen en riesgo las cuentas públicas de la ciudad".

Para Josep Bou, líder municipal del PP, la prioridad es rebajar impuestos y presión fiscal, justo lo contrario que ha impulsado Colau. También fue muy crítico con la reducción de dotación para promoción económica y comerci.