La plataforma Sarrià Respira pide un reparto de mercancías más sostenible

Major de Sarrià era una de las calles con más contaminación de Barcelona, según la plataforma Sarrià Respira. La peatonalización de uno de los tramos centrales de la vía y la reordenación de la circulación ayudaron en buena medida a mejorar la calidad del aire en la zona. Ahora el principal problema, asegura uno de los portavoces de la plataforma ciudadana, Jordi Bigues, es “el uso del espacio público y la convivencia entre repartidores y peatones”. 

Entre las nueve de la mañana y las doce del mediodía, las furgonetas que abastecen a los establecimientos de la calle pueden circular por el tramo situado entre las calles de Pedró de la Creu y el paseo de la Bonanova, que fuera de este horario está reservado únicamente a los peatones. El número de furgonetas, además, ha aumentado en los últimos años por el incremento de las compras en internet. “Creemos que es necesario cambiar el sistema de reparto por uno más sostenible, sobre todo para evitar la contaminación y el colapso en este tramo”, sostiene Bigues, en referencia a las furgonetas que invaden un espacio en el que los peatones deberían tener prioridad. Estos vehículos, además, continúa Bigues, suelen ser muy contaminantes –sin el distintivo ambiental de la DGT- y el desnivel de la calle, con la circulación en subida, tampoco ayuda precisamente.

Cuando entre en vigor la Zona de Bajas Emisiones, el 1 de enero del 2020, estas furgonetas tendrán una moratoria de un año por lo que seguirán emitiendo malos humos por Major de Sarrià. “Proponemos el sistema llamado ‘última milla’; que carguen y descarguen en un par de puntos habilitados y hagan los últimos metros en carretilla o algún vehículo eléctrico”, explica Bigues, quien asegura que este sistema generaría puestos de trabajo y podría ser una oportunidad para colectivos como las personas con discapacidad.

Proceso participativo

Los puntos de carga y descarga podrían estar situados en la parte más baja, en la plaza de Artós, y la parte más alta, en la plaza de Sarrià. Con todo, esta propuesta es solo eso, una propuesta. La plataforma Sarrià Respira apuesta por un proceso participativo en el que puedan participar los diferentes actores implicados. “Los comerciantes son una voz importante, pero no pueden ser la única voz”, subraya el portavoz de una plataforma ciudadana que reúne a expertos y entidades preocupadas por la contaminación atmosférica en Sarrià.  “Cuando peatonalizaron Major de Sarrià los comerciantes también pusieron el grito en el cielo –continúa Bigues- y al final comprobaron que puede promover actividades productivas y de servicio”.

La asociación de comerciantes de Sarrià descarta, en principio, el sistema ‘última milla’. Su presidente, Salvador Vendrell, no ve factible cargar o descargar algunos productos como un colchón, por ejemplo, y moverlo con una carretilla por una vía con prácticamente un 10% de desnivel. “Puede parecer ideal para los vecinos, pero los vecinos también quieren que los establecimientos tengan de todo y estén perfectamente abastecidos”, añade Vendrell. Contratar los servicios de una empresa de logística con vehículos eléctricos para los últimos metros supone un sobrecoste inasumible para el comercio de barrio

Costear un vehículo eléctrico de reparto entre los diferentes asociados tampoco es una opción ahora mismo para el presidente de los comerciantes de Sarrià. “Al final el problema se reduce al cumplimiento de la normativa. Todos, vecinos y comerciantes, debemos ser más cívicos. Porque algunos vecinos estacionan en zonas de carga y descarga y obligan al repartidor a aparcar en doble fila”, asegura Vendrell. “Se trata de saber convivir”, apostilla.

Supermanzana en el vecino Sant Gervasi de Cassoles

Fuentes municipales consultadas por este diario, por su parte, recuerdan que el gobierno municipal de Ada Colau "ya está trabajando en toda una serie de medida transversales" directamente relacionadas con el decrecimiento del número de automóviles y motos para reducir así la contaminación como la citada Zona de Bajas Emisiones, las supermanzanas y pacificaciones, las calles 30, el transporte sostenible y la priorización de los peatones, entre otras. Estas actuaciones forman parte de una estrategia de ciudad, continúan las mismas fuentes, para conseguir que "los beneficios lleguen a todos los barrios para poder respirar un aire más limpio".

En el caso concreto de Sarrià-Sant Gervasi, el consistorio tiene previsto crear una supermanzana, concretamente en el barrio de Sant Gervasi de Cassoles delimitado por las calles de Balmes, Mandri, Bonanova y ronda del General Mitre. En este mandato empezará la redacción del proyecto, que se prevé  que pueda empezar este mismo año.