Fiesta de varitas mágicas en Barcelona

Los fans de Harry Potter han sido llamados este sábado a reunirse en la plaza de Catalunya de Barcelona para llevar a cabo el 'varita challenge'. Su objetivo era conseguir la mayor concentración de varitas mágicas de la historia, un récord Guiness que logró Zamora hace seis años con 2.183 personas. El acto ha sido convocado por el Reino de Juguetes, la empresa propietaria de las tiendas temáticas de las Galeries Maldà, una de las cuales está dedicada a Harry Potter. Su fundador, Rubén Sánchez, que aparece dibujado en el cartel de la convocatoria con una capa de Hogwarts, asegura que para él lo más importante no era conseguir la mejor marca: "El objetivo es pasarlo bien y reunir a personas que tienen una misma afición para pasarlo bien y disfrutar", ha dicho. Y eso lo han logrado, aunque se hayan quedado a casi 400 varitas de batir el récord.

Organizar el encuentro no ha sido tarea fácil, y es que los participantes han tenido que identificarse uno a uno ante un notario y un abogado, por lo que unos 60 voluntarios han tenido que organizar una cola de varias horas, que ha acabado derivando en una espiral que ha rodeado toda la plaza de Catalunya, lo que ha terminado con el enfado de algunos asistentes cansados de esperar. Se inscribieron 3.200 personas, pero ante la lentitud del recuento muchas se han ido.

Harry Potter, un fenómeno sin edad

Las personas que han asistido al encuentro han sido de lo más diversas. Grupos de amigos, parejas y familias de todas las edades han acudido con sus varitas ya traídas de casa. Daba igual su aspecto; lo importante era que midiesen un mínimo de 10 centímetros para ser consideradas varitas. Algunos han llevado la oficial, por la que han pagado unos 30 euros, otros la adquirieron en el bazar chino por mucho menos. Algunas como Abril y Ariadna, de 10 y 11 años, se las han hecho ellas mismas con palillos chinos y silicona. Ambas niñas cuentan que descubrieron a Harry Potter hace poco más de un año, mientras que otros asistentes casi no recuerdan su vida antes de la saga. Es el caso de Andrea Pinya y Eva Morata, quienes a sus 28 y 29 años rememoran que se compraron el primer libro con 11 años, la misma edad que el protagonista, y que fueron creciendo con él. 

Sorprendía la cantidad de niños que había reunidos en la plaza, jugando a ser magos, lanzándose hechizos entre ellos e imitando a los protagonistas de las películas. Muchos son hijos de fans a los que sus padres les han transmitido la pasión por Harry Potter. Noelia C., por ejemplo, ha acudido al evento junto con su hijo Lucas G., de 10 años, quien ya es un gran seguidor de la saga. "Le puse la película en casa para verla juntos por primera vez", ha contado la mujer, quien tiene “camisetas, llaveros y todos los libros” de J.K Rowling, que ahora el pequeño Lucas también lee. "Quería traerme la lechuza, pero se me ha olvidado", reía el niño, vestido con la capa de Hogwarts.