PLENO MUNICIPAL

Barcelona reclama que los visitantes paguen hasta 4 veces más por la tasa turística

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Toni Sust

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ERC ha marcado uno de sus primeros goles como primer grupo de la oposición en el Ayuntamiento de Barcelona. Los republicanos anunciaron el pasado jueves que llevarían al pleno de este lunes la propuesta de solicitar que se oficialice un recargo a la actual tasa turística -como se conoce al impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos- por el que los visitantes paguen hasta cuatro euros diarios más que ahora para paliar el desgaste y las disfunciones económicas que crean en Barcelona. La medida requerirá el apoyo del Gobierno de la Generalitat: es el Parlament quien debe habilitar la modificación de la ley que regula la tasa para permitir el recargo. Y la propuesta fue aprobada gracias a un acuerdo de Esquerra con Barcelona en Comú, el PSC y Junts per Catalunya. Que ERC y JxCat estén en el pacto debería facilitar que el Gobierno catalán, en el que son socios, haga suya la norma.

Actualmente, la tasa es de hasta 2,25 euros diarios en los hoteles más caros y los pisos turísticos y en los casos de cruceristas que pasen más de 12 horas en la ciudad, y de un mínimo de 0,65 euros para otros establecimientos y estancias de menos de 12 horas de cruceristas. ERC propone un recargo de cero a cuatro euros a las sumas ya citadas, que variaría en función de la zona de la ciudad, de menos a más frecuentada por el turismo, y en función de la época del año. 

La recaudación máxima prevista por el recargo sería de 100 millones pero el ayuntamiento vería bien empezar con menos

Barcelona percibe unos 15 millones de euros anuales por la tasa, la mitad de lo recaudado, ya que la otra mitad se la queda la Generalitat. Partiendo de que la ciudad registra 30 millones de pernoctaciones en establecimientos hoteleros y de que recibe a 2,2 millones de cruceristas, y teniendo en cuenta que según los cálculos de ERC el pago del recargo sería de una media de tres euros, y de que quedaría en su totalidad en manos del consistorio, las arcas municipales recibirían anualmente hasta 100 millones más, lo que elevaría a 130 millones la aportación de los visitantes para compensar algunas consecuencias negativas de su paso por la capital catalana, de los que 15 seguirían yendo a la Generalitat. Los turistas pagarían así más de cuatro veces lo que aportan ahora vía tasa.

Sin embargo, representantes de los grupos que han cerrado el acuerdo, comentaban este lunes que de entrada al ayuntamiento le bastaría con que el recargo supusiera un ingreso de 30 millones de euros, lo que, sumado a los 15 millones que Barcelona recibe por la tasa elevaría la cifra recibida hasta 45 millones, triplicando la actual.

El acuerdo ha sido presentado por los concejales Miquel Puig (ERC), Jordi Martí (Barcelona en Comú), Xavier Marcé (PSC) y Elsa Artadi (JxCat). El procedimiento previsto es el que sigue: el Parlament debe aprobar la modificación de la ley del impuesto sobre las estancias en establecimientos turísticos y el recargo sería regulado después mediante las ordenanzas municipales. Como las del año que viene se tienen que cerrar en breve, es de prever que en el mejor de los casos se introduzca del 2021. En cuanto al Parlament, Artadi ha subrayado que la modificación podría ver la luz verde en el marco de la aprobación de los presupuestos de la Generalitat.

Efecto inmobiliario

El efecto más relevante de la afluencia de los turistas, destacó el jueves el concejal Puig, es el inmobiliario: ante la posibilidad de alquiler su vivienda por cerca de 200 euros diarios a un turista, los propietarios difícilmente preferirán alquilarla a un precio inferior. Eso da sentido a los pisos turísticos y, especificó Puig, estimula que haya viviendas turísticas ilegales, que según todos los expertos y según todos los partidos es el mal mayor del fenómeno turístico en la ciudad. Puig recordó que cómo más depende una localidad del turismo, más baja es su renta per cápita. Algo de lo que se pone como ejemplo a Lloret de Mar, señalada como el municipio más turístico de Catalunya y a la vez, el más pobre.

A finales de la semana pasada ya se intuía un acuerdo al respecto de la propuesta, que dotaría a la ciudad de una cantidad considerable que ERC aboga por destinar mayoritariamente a la lucha contra los pisos turísticos ilegales. Este lunes, Puig y representantes de Barcelona en Comú y el PSC, los socios del gobierno municipal, y de Junts per Catalunya, han presentado el pacto al que han llegado para votar a favor de la iniciativa.

Protesta del sector

Asociaciones vinculadas al sector turístico mostraron la semana pasada su rechazo ante la posibilidad de que el recargo vea la luz. La Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur) rechazó “totalmente” la propuesta y consideró que no ayudaría desenmascarar los pisos turísticos ilegales sino lo contrario. El Gremi d’Hotels de Barcelona mostró su “oposición rotunda” a la medida e instó a reforzar la inversión para que el turismo no crezca en número sino en “mejorar su perfil y calidad”.