Movilidad sostenible, no hay planeta B

Nos encontramos en un momento clave en la lucha contra el cambio climático y la contaminación atmosférica. Existe una amplia conciencia ciudadana de que tenemos que tomar medidas con valentía y de forma rápida.

Nuestro modelo de movilidad, basado en el vehículo privado, tiene una repercusión negativa en la calidad medioambiental, empeorando los indicadores de calidad del aire, ruido, ocupación del espacio público y siniestralidad que en buena parte ha aumentado por el auge del comercio electrónico y su reparto.

Ante esta situación el principal reto es garantizar la movilidad de toda la población en transporte colectivo, independientemente de si los ciudadanos tienen vehículo privado o no. Es por esto que el conjunto de administraciones han de actuar activamente y coordinadamente.

Las principales actuaciones que coordinamos e impulsamos en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) son: la Zona de Bajas Emisiones que prohibirá la entrada a los vehículos más contaminantes a la zona de entre rondas, la tarifa plana con los títulos integrados en 36 municipios a través de la ATM, la tarjeta verde que ha desguazado 5.000 vehículos muy contaminantes, la renovación de 300 autobuses híbridos y eléctricos, la mejora de red de carriles bici,...

Pero a la vez nos falta rediseñar la red viaria para favorecer él servicio de autobuses, especialmente de acceso a Barcelona, mejorar el servicio de cercanías, ampliar la renovación de autobuses y la integración del servicio de transporte con la segunda corona metropolitana, acabar la L-9 de metro y prolongar otras líneas, la ampliación del tranvía, más carriles bici....

Es preciso abrir nuevos debates: ¿son necesarios los vuelos internos o los podemos sustituir por el tren (si el recorrido es inferior a 4 horas) como ya hacen otros países? ¿el reparto del comercio electrónico ha de tener límites?, ¿debemos exigir que las empresas tengan planes sostenibles?, ¿cómo cobrar a los vehículos más contaminantes?

No podemos olvidar que la Generalitat lleva 3 años sin presupuesto y la Conselleria de Territori tiene limitada su capacidad de actuación. Cabe recordar que perdimos una oportunidad para llevar a cabo políticas de transición ecológica efectivas y valientes por no aprobar los presupuestos del Estado.

Más allá de la política, el bloqueo institucional condiciona la vida diaria y los derechos de la ciudadanía, entre ellos respirar un aire limpio y garantizar la salud de las personas. Nos faltan muchos pasos  para limpiar el aire de nuestras ciudades y luchar contra el cambio climático. Avancemos juntos.