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Catalunya: Manual de instrucciones

El arquitecto Carlos García Delgado presenta su libro 'Queridos catalanes'

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zentauroepp49905013 bcn190923153158 / Sergi Conesa

Ramón de España

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Hace casi 25 años, el editor balear José J. de Olañeta publicó un libro que se ha acabado convirtiendo en el más vendido en toda la historia de Mallorca. Se titulaba 'Queridos mallorquines', lo había escrito un tal Guy de Forestier y lucía portada e ilustraciones del dibujante de comics Pere Joan. El nombre del autor olía a seudónimo y bajo ese alias se ocultaba, aunque tampoco mucho, el arquitecto catalán de origen andaluz Carlos García Delgado, instalado hace tiempo en Mallorca, quien ofrecía un retrato a medio camino entre la sociología y la antropología de la comunidad mallorquina y su manera de ser.

En un tono amable y a menudo humorístico, García Delgado había escrito una especie de manual de instrucciones para visitantes; de ahí el alias, que sonaba sospechosamente parecido a 'Guía de forasters', o sea, una antología de observaciones y reflexiones sobre la manera de ser de los isleños salpimentada de consejos útiles para no sentirse como un marciano en Mallorca.

Aunque algunos comentarios rozaban el sarcasmo, nadie se rebotó con Guy de Forestier y el librito se convirtió rápidamente en un 'bestseller' traducido a varios idiomas extranjeros, siendo de gran ayuda para muchos 'forasters', término con el que se define a los de la península, y 'estrangers', los de fuera de España.

Precios distintos según el origen

De hecho, las adscripciones de los mallorquines para todos los que no nacieron allí incluyen también a los 'catalans' como eslabón anterior a los 'forasters': como pude comprobar en cierta ocasión, hay pueblos en los que los comercios tienen cuatro precios distintos para el mismo artículo, dependiendo de si eres 'mallorquí', 'català', 'foraster' o 'estranger'.

Carlos García Delgado y su alter ego afrancesado han vuelto a la carga últimamente con 'Queridos catalanes', que se presentó la semana pasada en la librería barcelonesa +Bernat, refugio habitual de los desafectos al régimen cuando ven que de sus libros pasan como de la peste las librerías supuestamente progresistas. De todos modos, 'Queridos catalanes' no es un libro que vaya a irritar a los del lazo amarillo.

No solo no es un texto sobre la situación política de los últimos años en Catalunya, sino que pretende más bien funcionar, al estilo de 'Queridos mallorquines', como manual de instrucciones para quienes quieran familiarizarse con el carácter catalán y sus hechos diferenciales, sean estos reales o inventados. De todos modos, como nos dijo Carlos, el libro de los mallorquines lo redactó en 15 días y el de los catalanes le ha ocupado dos años.

Ameno y positivo

Tal vez porque un señor tan elegante y cartesiano como Guy de Forestier ha tenido que hacer más equilibrios con el temita del 'procés', que preocupa bastante a su alter ego real, para no ofender a nadie. El resultado es un libro tan ameno y positivo como 'Queridos mallorquines', aunque, a diferencia de aquél, el autor haya tenido la sensación de estar caminando sobre terreno minado en esta ocasión, como me reconoció hace un tiempo.

Se encargaron de la presentación Emma Riverola y Sergio Vila San Juan, que aprovecharon para retratarse discretamente en relación al 'procés', destacando esa faceta de curioso antropólogo que distingue a García Delgado, un hombre que ve en la diversidad española más gracias que desgracias y que aboga, como nos dijo, porque un vasco y un andaluz puedan convivir en el mismo territorio, aunque no tengan nada que ver. Él mismo, hijo de madre catalana y padre andaluz, es un buen ejemplo de esa convivencia: "Nací en un pueblo de Lleida, de ahí me llevaron a Jerez de la Frontera, y de Jerez a Mallorca, donde me quedé a vivir. Entre esos tres lugares tan distintos, pude disfrutar de una infancia estupenda".

'Queridos catalanes' es un libro cargado de buena fe que, además, puede resultar muy didáctico para los que no son de aquí, pues es una oda al entendimiento mutuo, al respeto al diferente -que tampoco lo es tanto- y a la tolerancia interpeninsular. Aunque se cuele a veces la actual situación catalana, no estamos ante un libro contra el 'procés': Guy de Forestier es un tipo tan cabal que no se encuentra a gusto en esa confrontación por la que claman Quim Torra o Lluís Llach.