RECORRIDO POR LOS PUNTOS CALIENTES

El día y la noche de los manteros en la Barceloneta

top manta

top manta / periodico

Laura Toledano Arenas / Cecilia Guillermo

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Vecinos y comerciantes de la Barceloneta confirman que ha habido una disminución de 'top manta' en la zona, tal y como declaró el teniente de alcalde de Prevención y Seguridad del Ayuntamiento de BarcelonaAlbert Batlle, el pasado miércoles en la comisión municipal de Presidencia. Según el concejal, la presencia de vendedores ambulantes disminuyó un 80% en agosto en Ciutat Vella, pasando de 777 a 140. Los residentes parecen darle la razón, aunque matizan que la imagen dista mucho del día a la noche, cuando algunos manteros vuelven a ofrecer su mercancía por algunas calles. 

Un recorrido de dos mañanas por algunos de los puntos calientes de la polémica ha permitido comprobar a este diario que el despliegue policial ha desalojado el barrio de manteros en las horas diurnas, sobre todo en el paseo de Joan de Borbó y el Marítim. Los vecinos circulan ahora por la calles sin necesidad de esquivar los puestos de venta ilegal, que producían quejas por parte de algunos sectores. "Ocupaban mucho espacio, suponía una dificultad pasear con carros de compra, bicicletas o bastones", afirma un residente, que observa otro paisaje sentado en un banco. La vía pública queda libre hasta que la policía abandona la zona por la noche, comenta, y "es entonces cuando algunos vuelven a colocar sus mantas, pero sin llegar a ser el número de antes". Algunos grupos, inferiores a los de inicios del verano, también intentan mantener la actividad en la Rambla y el parque de la Ciutadella, aunque siempre con el temor de que la Guardia Urbana acabe expulsándolos del lugar.

El tipo de producto del 'top manta' no suponía una competencia directa con ciertos sectores como la hostelería o el alquiler de bicicletas. Los más perjudicados eran las tiendas de souvenires, de ropa y de accesorios como bolsos y zapatos. Es el caso de la tienda de productos oficiales del Futbol Club Barcelona ubicada en el Port Olímpic: "Los turistas les compran porque las camisetas son mas baratas", comenta una empleada, que lamenta que la venta en los dos últimos años había disminuido. Los locales también han notado el cambio de las últimas semanas. Algunos establecimientos han recuperado los clientes que preferían comprar a precios inferiores y aquellos que decidían evitar la zona por comodidad. "Era un agobio para los clientes", declara el encargado de Kurz&Gut. No obstante, también admite que los propios manteros han sido consumidores en los restaurantes, por lo que las opiniones sobre su presencia son variadas. 

Para muchos vecinos y comerciantes, el 'top manta' tampoco era ningún gran inconveniente. La crítica se centraba sobre todo en la gran cantidad de manteros que se reunían, copando práticamente toda la calle. "Es que viven de ello", comenta más de uno mostrando empatía con los vendedores. Por ello subrayan la necesidad de alcanzar una solución más resolutiva que la vía policial, una buena salida para todas las partes, que va desde la regulación de la venta hasta la habilitación de un espacio en el que puedan trabajar estas personas.