El crimen, en mayo

El asesinato de la calle Urgell de Barcelona fue un ajuste de cuentas entre criminales suecos

Asesinada a tiros una persona en la calle de Urgell

periodico

Guillem Sànchez

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La policía de Suecia ha arrestado en aquel país a un hombre por el asesinato cometido en la calle de UrgellUrgell de Barcelona el pasado 17 de mayo. Aquel viernes, a las dos de la tarde, siete disparos resonaron por la escalera comunitaria de una finca del distrito del Eixample. No hubo gritos ni golpes que precedieran a la ráfaga de fuego. El vecino del ático abrió la puerta y se topó con un sicario que había venido a matarle, el cual se aseguró de hacerlo antes de dar media vuelta y emprender la huida. Fue una ejecución que conectaba con una historia de violencia de Suecia

Robin Talani, el vecino del ático de la finca número 125 de la calle de Urgell, se escondía en Barcelona de sus enemigos... y de la policía sueca. Lo encontraron antes los primeros. 

Un pandillero de Gotemburgo

Las autoridades suecas, según la prensa local, habían arrestado en diversas ocasiones a Talani, miembro de una de las pandillas que se habían hecho fuertes en un suburbio de Gotemburgo, la segunda ciudad más grande del país escandinavo. Talani formaba parte de la banda de Eddie Jobe, enfrentada con la que lideraba la familia Kastrati. Cuando hace cuatro meses fue asesinado en Barcelona, se encontraba junto a un familiar de Jobe, según la prensa sueca. La agencia Associated Press recogía en marzo del 2015 la preocupación del jefe de la policía de la ciudad, Klas Friberg, sobre el fenómeno de bandas que estaba eclosionando en algunos vecindarios: "Existen varias pandillas criminales que usan la violencia entre ellas para controlar los mercados". "Muchos de ellos se identifican con un estilo de vida de gueto que se encuentra en los lugares pobres de Estados Unidos", resumía en la misma información de AP el experto del Consejo Nacional para la Prevención de la Delincuencia en Suecia, Sven Granath.

Durante ese mes y el siguiente, abril del 2015, se produjeron en Gotemburgo y en Torslanda dos graves episodios vinculados a las pandillas: un tiroteo en un restaurante saldado con dos muertos y la explosión de una bomba instalada en un coche en el que viajaban cuatro personas que fallecieron en el siniestro, entre ellas, un padre de 26 años y su hija. Alguno de los finados en este segundo ataque era originario de la extinta Yugoslavia. El arrestado por el crimen de la calle de Urgell es originario de Kosovo.

La policía sueca buscaba a Talani por su posible vinculación con el atentado con coche bomba del 2015. Una implicación que todavía no había sido probada. Los motivos por los cuales este sueco de un suburbio de Gotemburgo tuvo que esconderse en Barcelona pueden deberse tanto a su presunta participación en aquel ataque como a la rivalidad que su pandilla mantenía con la de los Kastrati. El enfrentamiento entre ambas cuenta con un histórico de sangre abultado a lo largo de los últimos años. La fiscala Stina Lundqvist confirmó pocos días después del crimen de la calle de Urgell que Talani se movía en "círculos criminales" y lamentó, tal como publicaba 'SVT Nyheter', que su muerte complicara la resolución del atentado de Torslanda. 

Identificado por los Mossos

El grupo de homicidios de los Mossos d’Esquadra se hizo cargo del crimen de la calle de Urgell y no tardó en sospechar que se trataba de una ejecución. En cuanto lograron identificar a la víctima y al supuesto autor que lo había hallado y asesinado en Barcelona despleazándose desde Suecia para cumplir con su encargo, informaron a la policía escandinava. Ese cuerpo de seguridad ha procedido a detenerlo este martes a primera hora de la mañana. Las investigaciones siguen abiertas y el juzgado de instrucción número 3 de Barcelona, desde donde se han llevado las pesquisas, solicitará su extradición a España para que se le juzgue por el asesinato de Talani, que a pesar de tratarse de un asunto sueco se cometió en Barcelona.  

En Barcelona han sido asesinadas 13 personas desde que comenzó el 2019. Podrían ser 15 dado que todavía no está claro qué les sucedió a los dos ancianos de 75 años que aparecieron muertos, con heridas causadas por arma blanca, en el 6º 2º de la calle Mossèn Amadeu Oller del barrio de La Bordeta. Según fuentes policiales, seis de estos crímenes ya han sido resueltos.

Para los Mossos, a pesar del repunte de muertes violentas registrado en la capital catalana a lo largo de este último verano (nueve víctimas, más que en cualquier otro estío desde que constan datos públicos de la policía catalana en el 2011), estos asesinatos no deberían causar un gran impacto en la sensación de inseguridad ciudadana porque se deben, salvo algunas excepciones como el de la peluquería de Sarrià, a refriegas entre criminales, estallidos de violencia circunscrita en entornos que entrañan peligro, alejados de la vida corriente.