El pulpo de La Pegaso fue víctima de un acto vandálico

Fue un acto vandálico. Tras la inspección realizada este lunes, los bomberos han dictaminado que el ojo del pulpo gigante instalado en el parque de la Pegaso no se descolgó ni por un defecto de fabricación ni de instalación, ni por el uso intensivo de la flamante macrozona de juegos infantiles (esto último, una evidencia, ya que fue inaugurada hace apenas unos días).

La zona se cerró provisionalmente el sábado después de que un vecino alertara de que uno de los 'ojos' del octópodo gigante -un periscopio- estaba descolgado. Según fuentes municipales el diseño del pulpo hacía imposible que la pieza se cayera dañando a algún niño, "ya que hay una manta de caucho entre el ojo y las asas", pero decidieron precintarlo por precaución. "En cualquier caso, se está trabajando para arreglar los elementos dañados de la estructura y poderla abrir lo antes posible", señalan las mismas fuentes. 

Antes del suceso del ojo, los pequeños usuarios del gran pulpo ya mostraron su disgusto por las altas temperaturas que alcanzaban los toboganes, de metal. El ayuntamiento respondió que pondrá un toldo y plantará árboles para conseguir sombra.