LA CIUDAD DE LOS SINHOGAR

En Barcelona hay medio millar de barraquistas "temporales"

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Toni Sust

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No hay gobierno en Barcelona que no haya tenido a personas durmiendo en asentamientos, y aunque el número suele oscilar se considera que la cifra estable está cerca del medio millar de barraquistas. El ayuntamiento no cuenta con un balance que indique cuál es exactamente la situación esta semana, pero sí con datos de hace algo más de medio año y de una evolución que permite hacerse una idea de cómo se manifiesta el fenómeno.

Si el balance se hace por personas y no por asentamientos es por una cuestión de precisión. Antes podía haber pocos asentamientos pero de gran tamaño. Ahora, en cambio, hay algunos en los que duermen una o dos personas. Para tener una idea fidedigna, dicen en el consistorio, lo relevante es saber el número total de personas en esta situación.

El último recuento se dio a conocer en febrero pasado. Lo hizo la entonces teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laia Ortiz. Eran datos de diciembre del 2018: se contabilizó a un total de 481 personas pernoctando en asentamientos. Un número algo inferior al del inicio de ese mismo año: a principios del 2018 eran 536 los individuos que dormían en este tipo de barracas, que suelen instalarse en solares en desuso.

Con todo, y aunque la diferencia no sea muy grande, el 2017 había acabado mejor en ese apartado. A finales de ese año eran 444 los habitantes de los asentamientos en Barcelona. El mandato 2011-2015, con Xavier Trias como alcalde, se inició con 736 barraquistas y concluyó con 386.

Los barraquistas del ayer

En febrero, Ortiz afirmó que se había triplicado los recursos destinados a este colectivo. Fuentes del consistorio repasan ahora para este diario cómo se gestionan estos casos, e instan también a no calificar simplemente de barraquistas a los residentes en asentamientos. “Son barraquistas temporales”, sostiene un portavoz, que subraya que hay que diferenciarlos de los barraquistas que Barcelona conoció a mediados del siglo XX y que tenían características distintas a los actuales: muchos residieron durante años en su barraca y acabaron convirtiéndola en un hogar consolidado. La otra gran diferencia es que entonces llegó a haber decenas de miles de barraquistas, contra el medio millar actual.

Los residentes de los asentamientos actuales suelen cambiar de lugar, en muchos casos por lógica: cuando se empieza a construir en los solares en los que viven. De esos solares pueden pasar a dormir en la calle, y de la calle a un piso ocupado. En este último espacio es donde los servicios sociales suelen perderles la pista, aunque es habitual que reaparezcan en sus recuentos.

3000 sinhogar

En Barcelona hay 3.000 personas sinhogar, de las que un millar son sintecho: pernoctan en la calle. El barraquista es considerado un sinhogar pero no un sintecho: tiene un techo que le cobije. Dos equipos se ocupan del colectivo, en función de si hay o no niños en las barracas.

De hecho, quien se encarga del asunto es la Oficina del Plan de Asentamientos Irregulares (OPAI), que deriva el caso al Servicio de Inserción de Familias Rom (SISFA) si hay familias con menores. Lo principal para la Administración local es garantizar la escolarización de los niños y proveerlos de tarjeta sanitaria. Desde la atención a los hijos, cuenta el mismo portavoz, se aborda la atención al conjunto de la familia.