EMERGENCIA SOCIAL

Barcelona pierde tres comedores sociales que dan servicio a 300 personas

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zentauroepp49261429 bcn190729141602 / SERGI CONESA

Helena López

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Quien levanta el teléfono para alertar de la situación es Mònica Llena, educadora social por vocación - como casi todos en ese oficio-, que trabaja en el Cafè Just, uno de los tres comedores sociales de la ciudad que este miércoles cerrará y no precisamente por vacaciones. "No lo denuncio por los trabajadores, que nos quedamos sin trabajo, que ese es otro tema, sino por las 300 personas que comen cada día aquí, las personas más vulnerables, en las que nadie piensa", señala esta todavía trabajadora de la Fundació Futur, que acaba de anunciar el cierre de los tres comedores sociales municipales que gestiona. 

"En el Cafè Just cada mediodía comen cien personas; por mucho que las puedan derivar a otro comedor social, todo el vínculo que habíamos establecidos con ellas durante todos estos años se pierde, aquí muchas veces la alimentación era solo una excusa", prosigue la educadora, quien explica que muchos de los usuarios de este comedor de Ciutat Vella son personas que vivían en pensiones y, al ir cerrándolas todas, ahora o comparten habitación en situaciones muy precarias o viven en la calle. "Yo trabajo aquí desde hace ocho años. Hay una usuaria a la que conozco desde el primer día. Es mayor, tiene problemas de salud mental y no tiene ni recursos ni red familiar. No me quito de la cabeza qué va a a ser de ella. Para ella el Cafè Just era prácticamente el único vínculo con la sociedad, conocía a los trabajadores y a los usuarios", relata Llena, a quien le viene también a la mente un señor mayor en situación de calle que pernocta en el parque de la Ciutadella y quien, por su perfil, no va a vincularse fácilmente a ningún otro recurso.

Además de Cafè Just, hay otros dos comedores afectados por el inminente cierre, uno en el distrito del Eixample y otro en el de Sarrià-Sant Gervasi, ambos gestionados por la misma fundación. "Para los usuarios de estos comedores, personas muy vulnerables, estos cierres tienen un gran impacto en sus vidas. Pierden un espacio de referencia. Muchas de las personas que comen aquí tienen problemas de aislamiento social, no van a recorrer media ciudad para ir a otro comedor", lamenta Llena. 

Doblar servicios

Fuentes municipales confirman el cierre inminente de los tres comedores y "lamentan la situación en la que se encuentra la Fundación Futur". "El área de Derechos Sociales ha diseñado un dispositivo específico para que los 300 usuarios que acudían estos recursos tengan un nuevo emplazamiento donde ser atendidos como hasta ahora", defienden las mismas fuentes. Este dispositivo se ha hecho "ampliando plazas o desdoblando turnos en los comedores ya existentes", "con el objetivo último de garantizar siempre el servicio de alimentación en la ciudad", prosigue la misma voz municipal. 

El consistorio justifica que la orden de embargo por parte de la Agencia Tributaria por deudas pendientes y la poca antelación con la que han conocido la situación de la empresa gestora ha hecho inviable que ninguna otra empresa que presta servicios de comedor pueda asumir la gestión de los espacios, "básicamente porque de hacerlo podrían tener que asumir las deudas actuales de la empresa con los trabajadores, administraciones públicas y proveedores", prosigue la misma voz municipal.

Desde el consistorio concluyen que, pese al cierre de tres de los 18 comedores que hasta este momento había en la ciudad, "Barcelona está en disposición de garantizar la alimentación a cualquier persona que se encuentre en riesgo de exclusión social". La educadora insiste en que no se trata solo de comer y recuerda todo lo que se pierde: "teníamos hasta un taller de mandalas que gestionaba una usuaria".