Una banda se especializa en robar motos con las llaves puestas en Barcelona

Robar una moto puede ser tan fácil como pasearse por una zona de oficinas, como la Diagonal o el paseo de Gràcia, y fijarse en las que hay aparcadas. Entre todas seguro que hay alguna que tiene las llaves puestas. Debajo del manillar, bajo el asiento o en el cofre de atrás. Basta con coger la llave, arrancar la moto y llevársela. Si se hace a primera hora de la mañana hay muchas posibilidades de que el dueño no se de cuenta hasta el mediodía o la tarde, lo que facilita los movimientos del ladrón. Esta técnica comienza a ser habitual en Barcelona.

Eso es justo lo que le pasó a Xavier R., y a otros muchos, hace menos de un mes. "Iba a una entrevista en RAC 1, en Francesc Macià, y dejé la moto al lado, en la calle de Villarroel. Cuando a las dos horas volví a buscarla, ya no estaba", explica a este diario. Pensó en todas las posibilidades. Entre ellas, la de una banda que supuestamente recorre la ciudad en una furgoneta donde carga las motos. Pero una llamada telefónica le aclaró la semana pasada lo que de verdad ocurrió.

Un control preventivo

"Me llamaron de la Guardia Urbana de Sarrià-Sant Gervasi que habían encontrado mi moto. Tenían las llaves también", añade el motorista, que finalmente se dio cuenta de lo que había ocurrido. "Iba cargado y al aparcar la moto no me di cuenta de que había dejado la llave puesta en el cláusor", explica. Su moto es una de las seis que han podido ser recuperadas gracias a una patrulla de la Guardia Urbana que la semana pasada realizaba un control preventivo en la calle de Balmes con el paseo de la Bonanova.

Fue entonces cuando una moto en la que iban dos hombres llamó la atención de los agentes del control que la siguieron discretamente. Tras comprobar en la base de datos que la moto, aunque no estaba denunciada, carecía de seguro e ITV, le dieron el alto. Fue entonces, ya a la altura de la plaza de Molina, cuando los motoristas intentaron escapar, chocaron con el coche patrulla y se cayeron.

Los guardias urbanos comprobaron que el conductor tenía el carnet de conducir suspendido por orden judicial y además tampoco le quedaban puntos. Pese a que los dos individuos, de nacionalidad española y con antecedentes por robos, llevaban consigo las llaves de seis motos diferentes, todas robadas, fueron denunciados, pero no detenidos.

Pena leve por hurto

El delito de hurto aplicable en estos casos, ya que no hay violencia en el robo de la moto, está castigado con una pena de seis a 18 meses de prisión, aclara el abogado penalista Miquel Capuz, quien explica que la condena se puede agravar solo si se demuestra que se trata de una organización criminal y que roban las motos para cometer otros delitos. La Guardia Urbana, una vez denunciados los ladrones, se centraron entonces en averiguar a qué motos correspondían las llaves. Esclarecieron un total de seis sustracciones. Todos los motoristas se habían dejado las llaves puestas.

Fuentes policiales explicaron que este tipo de ladrones además de sustraer la moto con la llave olvidada, la aparcan muy cerca y esperan unos días para comprobar si lleva un GPS para ser localizadas. Si en unos días la moto sigue en el mismo sitio, la cogen de nuevo con la llave original. Los agentes sospechan que la utilizan luego para cometer delitos. Si esa moto es utilizada para cometer un tirón (robo de un bolso, reloj o móvil con violencia), al no ser suya, si la víctima o un testigo facilita la matrícula es casi imposible relacionarla con el delincuente.

La Guardia Urbana aconseja llamar al 092 o al 112 si alguien se encuentra una moto en la calle con las llaves puestas. "Podemos enviar una patrulla a recoger las llaves y acceder a nuestra base de datos para localizar al propietario. Pero lo más importante es que se evita que la moto sea robada y que con ella se cometa un delito grave", añaden las mismas fuentes.