El Ateneu Divers arrasa en su 'verkami' y exige compromisos al ayuntamiento

Que el Ateneu Divers era un proyecto querido y respetado por quienes lo conocían era algo que nadie ponía en duda. Ahora, tras una intensa campaña en las redes sociales, cada vez son más los que les conocen, ergo valoran, ya que es imposible no quitarse el sombrero ante una iniciativa pionera y transformadora como esta, que lleva casi tres décadas ofreciendo ocio alternativo para personas con discapacidad intelectual desde un espacio autogestionado por los propios jóvenes. Un singular espacio cultural en riesgo por la especulación inmobiliaria, hoy un poco más cerca de su salvación gracias a la tenacidad en la lucha de sus impulsores -el Grup Caliu- y sus miembros. Aquí los chavales son también protagonistas del proceso (ese es precisamente uno de sus puntales). 

Este lunes terminó la campaña de micromecenazgo lanzada hace 40 días en la que se proponían reunir 30.000 euros. Han reunido 34.120. Y, más allá del dinero, imprescindible para resolver su problema, lo que han cosechado -y hecho visibles- son cientos de apoyos. "Estamos muy contentos y agradecidos. Todo ese cariño de la gente [380 mecenas] nos da un 'subidón' increíble y legitima aún más nuestra lucha. Ahora es el momento de que el ayuntamiento y la Generalitat se corresponsabilicen", afirma Rubén Sánchez, portavoz del ateneo. 

Su contrato de alquiler terminó en diciembre, cuando el propietario les anunció que tenían que irse porque quería vender el local, en el 30 de la calle de Pàdua, en el Putxet; en el que trabajan desde hace cinco años. Se mudaron aquí porque el ateneo había crecido tanto que necesitaban más espacio para sus 150 socios y sus decenas de actividades. Del grupo de teatro a los cursos de catalán, el programa de radio, o las presentaciones de todo tipo, todos a base de comisiones, como cualquier otro ateneo "normal". Tienen la de artes escénicas, la de memoria histórica y descubrimiento del territorio, la de ocio nocturno... y participan de forma muy activa en el tejido asociativo del distrito. Por eso no quieren marcharse de allí. Uno de sus gritos de guerra más repetidos es "'Som barri, som Ateneu Divers'".

"Justa e inclusiva"

Como toda movilización, ha pasado por varias fases. El pasado 20 de febrero cortaron la Ronda del General Mitre con dos grandes pancartas en las que se leía "28 años luchando por una sociedad justa e inclusiva" y "Queremos una sede definitiva". Un resumen perfecto de lo que son y lo que piden. Además de la lucha en la calle y en las redes, en estos meses se han reunido en varias, muchas, ocasiones con responsables municipales, ya que el suyo es claramente un servicio público.

"Es muy difícil encontrar otro local adaptado a la estricta normativa, a lo que hay que añadir lo inasumible de los alquileres. Necesitamos un espacio estable para poder desarrollar nuestro proyecto y creemos que el ayuntamiento tiene la obligación de ayudarnos; queremos quedarnos en el barrio porque somos parte de él", resumía al principio de la batalla Sánchez, quien este viernes mantuvo una última reunión con responsables municipales, a los que dan 10 días para que les ofrezcan una solución definitiva o reanudarán las movilizaciones.

El últimátum

El compromiso adquirido por los responsables municipales en funciones -el nuevo cartapacio municipal no se ha aprobado hasta este martes- en aquel encuentro fue traspasar las demandas a los nuevos responsables, Albert Batlle como concejal de Sarrià y la nueva concejala de políticas de diversidad funcional, Marga Marí-Klose. "Nos da miedo que con el cambio de carteras se olviden de nosotros, por eso hemos puesto sobre la mesa el ultimátum", señala el portavoz del ateneo, quien también pide su parte de responsabilidad a la Generalitat (se han reunido también con Treball, Afers Socials i Famíles).

El objetivo del Grup Caliu es que las administraciones públicas les cedan un local a largo plazo y dedicar el dinero del Verkami al proyecto del ateneo, de lo que tienen más ganas. "Soñamos con disponer un local definitivo para poder dedicar todas nuestras energías al proyecto, no a la infraestructura", concluye Sánchez.