El Museu Nacional prevé ocupar todo el pabellón Victòria Eugènia en el 2029
Natàlia Farré
Periodista
Natàlia Farré
El 2029 apunta a fecha importante para Montjuïc. Entonces se cumplirá un siglo de la urbanización de la montaña y de la Exposición Internacional que impulsó su transformación. Con la efeméride en el horizonte la Fira presentó, a principios de año, su plan de remodelación del espacio que ocupa en la montaña y, también con el centenario como meta, este lunes el Museu Nacional (MNAC) ha desgranado su plan estratégico 2019-2022. En el objetivo de la pinacoteca, responder a los tiempos actuales y seguir transformándose para ser más social (llegar a todo el mundo) y relevante. Pero para ello hay que crecer. Los metros se ganarán a través del pabellón Victòria Eugènia. ¿La previsión? Tenerlo todo ocupado en el 2029.
La ampliación no es un objetivo en sí sino una herramienta imprescindible para desplegar el proyecto. “Es una necesidad física igual que lo son los presupuestos o disponer de un equipo formado”, en palabras del director del museo Pepe Serra. Y la toma de la obra de Josep Puig i Cadafalch no es nueva, lleva años gestándose (desde que Serra llegó al cargo en el 2012) y publicándose, pero ahora ha sido autorizada por el patronato del museo del que forman parte el Estado, la Generalitat y el Ayuntamiento, propietario del pabellón. Se ha aprobado unánimemente, algo importante pero que a veces se antoja poco vinculante, como muestra el conflicto generado por la ampliación del Macba en la capilla de la Misericòrdia que el consistorio intentó revertir tras su aceptación.
15.000 metros cuadrados de más
Hay intención de crecer pero no hay ni calendario ni presupuesto. Algo en lo que el museo se pondrá a trabajar en otoño. Las administraciones sugieren que el Palau Nacional busque parte de la financiación en el ámbito privado. Pero desde la montaña tienen claro que el grueso del montante tiene que salir del presupuesto público, tanto por la ambición del proyecto como por la titularidad pública del centro. De entrada, solo la Generalitat tiene una partida comprometida de 3,6 millones. El resto está por definir. Sí hay consciencia general de que la obra debe acometerse por fases. La primera etapa pasaría por bajar al pabellón las exposiciones temporales, a poder ser en el 2021 coincidiendo con una muestra relevante y de ámbito internacional.
Ganar metros es vital para el museo y su proyecto. El palacio que ocupa no se construyó con la finalidad de ser galería de arte, de manera que no hay espacios para las reservas y la colección no se puede desplegar en su totalidad. Es más, el proyecto de romper el marco cronológico y abarcar el arte de posguerra y la segunda vanguardia no se puede acometer si el museo no crece físicamente. Con el pabellón Victòria Eugènia se ganarán 15.000 metros cuadrados que podrían ser el doble ya que la altura de la construcción permite hacer planta y piso. Y con la ocupación del pabellón se ganará, también, cercanía con la ciudad.cercanía con la ciudad Poder empezar el museo en las Columnas de Puig i Cadafalch “será un giro copernicano”, a juicio de Serra, ya que la cota del museo lo aleja mentalmente del ciudadano. “La lejanía no es un tema de distancia sino de altura”, ha afirmado el director.
Dignificar la montaña
Acercar el museo no es un tema baladí y por lo tanto va acompañado de otras reclamaciones que el Museu Nacional comparte con los otros equipamientos que pueblan la montaña (desde la Fundació Miró al Mercat de les Flors) y que pasan por la transformación de Montjuïc, un espacio de la ciudad pendiente de reurbanizar desde hace décadas. “Ambos proyectos deberían ir ligados, todo el conjunto de equipamientos se beneficiaría de la mejora”, ha apuntado Serra. La dignificación del espacio contempal mejorar los accesos, la seguridad, el transporte, la iluminación… De hecho, no hay un aparcamiento público, por ejemplo, ni un autobús que enlace todos los centros culturales que se esparcen por la zona. “¿Somos ciudad? Sí, ¿no? Pues en la ciudad hay papeleras, bancos para sentarse, vigilancia…”, ha exclamado el director. La idea es presentar , en otoño y conjuntamente con los otros vecinos de la montaña, un plan al ayuntamiento con las necesidades de mejora. Entre ellas, una señalética en la plaza de Espanya que indique todo lo que esconde Montjuïc, información que en la actualidad es totalmente anecdótica.
La efeméride del centenario es una buena excusa y motivo para integrarlo todo: el plan de transformación de la Fira, la mejora de Montjuïc y el proyecto de ampliación. Pero si se acomete antes, mucho mejor para la ciudad y para la cultura.
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