BARCELONEANDO

El compadre del brigadista

La librería Documenta acogió la presentación de 'El amigo de Praga', de Joan Manuel Soldevilla

Joan Manuel Soldevilla (izquierda) y Andreu Claret, en la presentación de 'El amigo de Praga', en la librería Documenta, el viernes

Joan Manuel Soldevilla (izquierda) y Andreu Claret, en la presentación de 'El amigo de Praga', en la librería Documenta, el viernes / periodico

Ramón de España

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El pasado viernes se presentó en la librería Documenta la traducción al castellano de la primera novela de mi viejo conocido Joan Manuel Soldevilla (Barcelona, 1964), 'L’amic de Praga'. Hasta ahora, Soldevilla era para mí un devoto tintinólogo y aficionado a los cómics en general (es autor de varios libros sobre Hergé y Escobar, y el más reciente se lo dedicó al olvidado Àngel Puigmiquel), un hombre capaz, como me informó en la presentación de 'El amigo de Praga', de trasladarse a París con carácter de urgencia para ver la exposición que ahí se le dedica al gran Edgar P. Jacobs, el amigo del alma de Hergé y autor de 'Las aventuras de Blake & Mortimer', joya de la historieta franco-belga de la que tuve el honor, años ha, de traducir dos de sus mejores álbumes, 'La marca amarilla' y 'SOS Meteoros'. 

Le presentó la novela Andreu Claret, colaborador de este diario y flamante Premio Néstor Luján con su novela 'El cònsol de Barcelona', ambientada en el caótico año de 1937 en nuestra querida ciudad y centrada en las complicadas circunstancias de un personaje real. También son reales los protagonistas de 'El amigo de Praga'. Uno de ellos es un señor de Girona, al que Soldevilla lleva años rondando –llegó a organizarle una exposición en esa ciudad, aunque el entonces alcalde Carles Puigdemont lo trató con cierta displicencia porque, según Soldevilla, los de Girona ven con muy malos ojos cualquier iniciativa de los de Figueres, que es donde lleva viviendo desde hace años nuestro hombre, dando clases en el primer instituto que se creó en España, el Ramon Muntaner–, Jaume Ministral (Girona, 1914-Barcelona, 1982), olvidado escritor todoterreno que dejó un montón de obras en catalán y en castellano, moviéndose siempre en el sector de la literatura popular y cultivando todos los géneros, incluyendo la ciencia ficción, que firmaba con su apellido escrito al revés para parecer un autor nórdico. El otro protagonista es el doctor Frantisek Kriegel (1908-1979), un comunista checo que tuvo de asistente a Ministral en las Brigadas Internacionales y con el que hizo gran amistad, hasta el punto de que acabó aprendiendo catalán.

Autor injustamente ignorado

"Llevo años interesado en la figura de Ministral, pues me parece un autor popular muy interesante que ha sido injustamente ignorado", nos contó Soldevilla en la presentación. "Mucha gente no lo sabe, pero Ministral escribió aquellas obras de teatro con las que Joan Capri reventaba la taquilla. Y fue Ministral quien le escribió a Capri para TV-3 la serie 'El doctor Caparrós'. Extraliterariamente, también fue un tipo muy interesante. Su amistad con Kriegel estaba esperando a ser escrita, por así decir. Se hicieron amigos durante la guerra civil y no volvieron a saber nada el uno del otro hasta la Primavera de Praga del 68, cuando Kriegel, sin dejar de ser comunista, tomó partido con Alexander Dubcek frente a la invasión rusa y acabó convenientemente purgado".

Partiendo de las cartas entre ambos, conservadas por la hija de MinistralSoldevilla ha facturado una ficción muy realista en la que los personajes auténticos (por ahí aparece Teresa Pàmies) se mezclan con los inventados, algo que también sucede en la novela de Claret, de ahí que la otra tarde se diera una peculiar relación literaria entre presentador y presentado. 

Condenados al olvido

Como dijo Claret, "en Catalunya hay asuntos y personas de los que nunca se habla y a los que se condena al olvido: yo diría que ese es uno de nuestros principales problemas como pueblo. Lo que más me pasmó cuando me puse con 'El cònsol de Barcelona' es que no hubiese ninguna novela sobre la ciudad en 1937, cuando esto era un caos, un nido de espías y una escabechina mutua entre las diferentes izquierdas, cuya incapacidad de reconocer al enemigo común las llevó a perder la guerra".

'El amigo de Praga' es una novela bastante insólita en el panorama literario español y constituye una muy bien preparada inmersión en dos momentos clave del siglo XX. Esperemos que el amigo Soldevilla reincida en la literatura, aunque sin olvidarse de los comics. Y si me relata con pelos y señales la exposición de Jacobs, contará con mi agradecimiento eterno, que no es gran cosa, pero menos da una piedra.