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El Olimpo pone un pie en Esplugues

La mitologia urbana de los cotizados PichiAvo desembarca por fin en Barcelona con la modosa (para los estándares helenos) Atenea

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Carles Cols

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Este artículo contiene, o eso pretende, un motivo para la controversia, o sea, que no se vayan, por favor, aunque vaya de grafiteros y opinen que esto no les atañe porque crean que el verdadero arte está en los museos y nunca sale de un bote de pintura en aerosol. No es así. Los valencianos PichiAvo, deseados en los mejores muros del mundo, han actuado por fin en Barcelona. Bueno, se han quedado a las puertas, en Esplugues, pero su sello de identidad, la “mitología urbana”, como ellos califican su estilo pictórico, es desde esta semana bien visible si se accede a la capital desde el sur por la B-20. Es una hermosa Palas Atenea, inspirada en la que Carl Kundmann plantó frente al Parlamento de Austria, en Viena, helenística a más no poder aunque fuera tallada en el siglo XIX. Juan Antonio Sánchez Santos ‘Pichi’ y Álvaro Santaeulalia ‘Avo’, sorprendente caso de simbiosis artística, pues es indistinguible la mano de uno y de otro en sus obras, previeron inicialmente, y así estaba anunciado, sorprender con su versión grafitera de ‘Rapto de las Sabinas’, de Juan de Bolonia, pero parece que en los tiempos que corren, en que dos discuten aunque uno no quiera, aconsejaron reconsiderar la idea.

El propósito inicial era revisitar el rapto de la Sabinas, pero con el presentismo que todo lo empapa alguien se habría ofendido

Mientras PichiAvo, contra viento, sol y lluvia, trabajaban esta semana en su Atenea montados en una grúa elevadora, a tres horas en AVE era noticia que el Ayuntamiento de Rivas-Vaciamadrid ordenaba correr un tupido velo (literalmente) sobre la obra aún fresca de otro grafitero, Sam3, que había jugado en un ingenioso trampantojo con la obra más célebre de Gustave Coubert, ‘El origen del mundo’, un primer plano de pubis pintado en 1866 y que ha permanecido más años oculto que expuesto al público. En realidad, lo de Sam3 era un engaño, pues de cerca resulta que era otra cosa, una carrera de hormigas, pero el caso es que lo público ha querido en Rivas-Vaciamadrid meterse en lo púbico, y el alcalde ha pretendido ser como el Daniele da Volterra que vistió los desnudos de Miguel Ángel. Este tipo de controversias, queda claro, no son nuevas, pero, como explica Pichi en un receso, la piel de lo políticamente correcto es cada vez más fina.

Promete Pichi sobre su esprai marca Montana que en una ocasión se les quejó un colectivo animalista porque el caballo de una de sus obras mostraba un gesto de dolor en el hocico. Jura que así sucedió. Es una anécdota de la que no hay que sacar más conclusiones que una sonrisa, pero el caso es que nos hemos quedado sin Rapto de la Sabinas, como se sabe, la versión helena de ‘Siete novias para siete hermanos’, película que rodada hoy a lo mejor tendría problemas de distribución, pues está basada en una leyenda clásica que jamás debería leerse desde el presentismo, pero eso sucede cada vez más a menudo.

PichiAvo fueron los primeros europeos a los que abrió su puerta el  Bowery Wall de Nueva York. Eso es currículum

El trabajo de PichiAvo en Esplugues es un encargo de Temprano Capital Partners, empresa que, como en sus proyectos de otras ciudades, suele pedir al arquitecto del edificio que deje un muro libre para un grafiti de grandes dimensiones, en este caso, una residencia de estudiantes universitarios. Es su marca. Es su sello. Llegado a Esplugues, Jamie Rea, uno de los responsables de la empresa, se puso en contacto con la gente de Rebobinart, una rareza en el panorama grafitero internacional, pues gestionan los seis kilómetros de paredes de Barcelona en los que es lícito pintar. Son muros mundialmente famosos. Por ellos desfilan a menudo artistas de otros países. PichoAvo, sin embargo, jamás hasta la fecha. Una lástima. Pero el ‘rebobinártico’ Marc Garcia vio en ello una oportunidad, y más después del exitazo que esta pareja cosechó en las pasadas Fallas de Valencia, en que dieron color a la figura que levanta el ayuntamiento en el centro de la ciudad. Fue una feliz idea. De repente se abría una ventana para contar con una muestra de unos grafiteros que, por despuntar algo de su currículum, fueron los primeros europeos invitados a dar vida al Bowery Wall de Nueva York, que es al grafiti lo que el CBGB fue a la música punk.

Fue de común acuerdo entre PichiAvo, Rebobinart y Temprano Capital Partners que prudentemente se acordó dejar a las sabinas en el cajón de las ideas, sin raptar, y hacer realidad a Atenea, que, dentro del reparto de la mitología griega sería la que menos veces infringiría el código penal actual, por decirlo de algún modo, por muy culpable que fuera, por ejemplo, de enviar las serpientes que pusieron fin a la vida de Laocoonte y sus dos hijos.

En resumen, que Esplugues luce ya un PichiAvo en uno de los edificios adyacentes al centro comercial Finestrelles. Es una obra inconfundible. Estos dos artistas, como otros tantos grafiteros, exploraron en sus inicios el placer del hiperrealismo, pero un día les sucedió lo que los romanos cuando en el 212 antes de Cristo conquistaron Siracusa. Cuenta la historia que fue con el botín ganado en aquella batalla que los romanos se enamoraron definitivamente por la cultura griega, hasta hacerla suya. La acomodaron a su cultura, e igual que a Atenea la rebautizaron como MinervaPichiAvo decidieron un día tomar los iconos escultóricos de la antigüedad y crear su particular Olimpo de seres mitológicos urbanos.