OBRAS EN EL METRO DE BARCELONA

TMB insiste en la L9 Nord y Rodalies como alternativa al corte de la L1

Fuentes de la empresa lamentan los inconvenientes producidos por las actuaciones en el subsuelo pero aseguran que existen opciones "favorables"

La parada del bus lanzadera de Trinitat Vella, esta mañana

La parada del bus lanzadera de Trinitat Vella, esta mañana / FERRAN NADEU

Luis Benavides

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Muchos usuarios habituales del metro de Barcelona han visto aumentado el tiempo de desplazamiento con todos los inconvenientes y molestias que ello implica desde el pasado 29 de junio, cuando empezaron las obras en la línea 1 de metro entre Clot y Fondo. En algunos casos, trayectos en los que se invertían 20 minutos de viaje -entre Trinitat Vella y Universitat, por ejemplo- pueden costar ahora hasta una hora y 10 minutos, según la alternativa escogida.

Fuentes de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) admiten a EL PERIÓDICO que “siempre existe una penalización” cuando se efectúan obras de tanta envergadura, más si cabe en una línea troncal como la roja. Con todo, las mismas fuentes aseguran que existen “alternativas favorables” a la línea objeto de reforma, siendo las más recomendables la L9 Nord, que conecta Santa Coloma de Gramenet y Barcelona, y la L5 que enlaza los intercambiadores de La Sagrera, Diagonal y Plaça de Sants.

TMB reconoce que tres de las 10 estaciones de metro que se han quedado fuera de servicio no tienen una alternativa ferroviaria: Baró de Viver, Trinitat Vella y Torras i Bages. El servicio lanzadera y otros autobuses regulares cubren sobradamente, explican, las necesidades de estos usuarios pues les permiten conectar con otros transportes existentes, especialmente ferroviarios, “que tienen más capacidad y son independientes del tráfico rodado”.

Los dos buses lanzadera “son solo una parte de la solución”, subrayan una y otra vez los responsables de TMB, quienes ya han explicado a las asociaciones de vecinos afectadas por el corte porqué un servicio de autobús especial no podría sustituir al metro. En primer lugar, explican, el tramo afectado registra los días laborables de julio una media de 90.000 entradas, lo que significa que cada tren transporta unas 500 personas. Para poder transbordar a autobuses ese volumen de pasajeros sería necesario  que saliese uno cada 30 segundos, aseguran. En segundo lugar, esta gran cantidad de autobuses sería una caravana contínua de unos 80 autobuses articulados que colapsaría el tráfico. Esto último explica también porqué los buses lanzadera no están conectados por la rambla Onze de Setembre, una vía por la que ya circulan cuatro líneas regulares.

Campaña informativa

Dos semanas antes del inicio de las obras TMB puso en marcha una campaña con informadores, cartelería, trípticos, megafonía y una aplicación web para dar a conocer las afectaciones de las obras y, sobre todo, las mejores variantes. “Una buena parte de los usuarios ya han cambiado a la L9 Nord porque ofrece una alternativa muy competitiva: 13 minutos entre Fondo y Sagrera. Cinco minutos más si se sale desde Can Zam”, explican fuentes de TMB, que recuerdan que Santa Coloma de Gramenet cuenta con seis estaciones de la L9, una línea que permite conectar con la parada La Sagrera de la L5 –estos días ha aumentado el pasaje-, la estación de ‘rodalies’ La Sagrera-Meridiana (R4 y R3) y un autobús lanzadera que en tres minutos conecta con la estación de metro y trenes El Clot.

La sustitución de las vías - con más de 50 años de antigüedad- en dos meses ha sido criticado por la FAVB, que entiende que las actuaciones no atienden a una “urgencia imperiosa”. Hacer esta obra por fases supondría, aseguran fuentes de TMB, alargar las actuaciones en tres e incluso cuatro meses pues las obras incluyen, entre otras cosas, la creación de pozos y periodos de pruebas una vez finalizadas las actuaciones.

Más protestas en Trinitat Vella

Vecinos de Trinitat Vella organizados espontáneamente como plataforma, muy activos en redes sociales, siguen sin estar conformes con las medidas tomadas por TMB para compensar el cierre de su estación de metro, su principal conexión con el resto de la ciudad, y se reunirán el próximo lunes, 8 de julio, por la tarde para decidir nuevas acciones. “Ya hemos realizado un par de cortes en la Meridiana y creemos que no está sirviendo para nada. Solo nos hace más impopulares ante los conductores, que no tienen la culpa, y no hacemos daño a TMB”, explica uno de los miembros de la plataforma, Josep Jordà, vecino de Trinitat Vella, quien considera que deberían reforzar los ‘buses de barri’ 127 y 126 como ya hicieron con el 62 y el V31.