SEGUNDO CASO EN MENOS DE UN AÑO

Un guardia urbano de Barcelona mata a tiros a una perra que le atacó

Una patrulla de la Guardia Urbana

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Helena López

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A principios del 2018, antes del mediático caso de la perra Sota, se reunieron con los jefes de la Guàrdia Urbana para advertirles de que las actuaciones en las que había animales de por medio estaban mal gestionadas. La reunión la solicitaron los activistas de FAADA tras ser alertados por parte de trabajadores de la perrera municipal de que muchos de los perros que llegaban acompañados por la policía lo hacían con partes en los que ponía que habían mordido a los agentes. "En esa primera reunión ya planteamos la necesidad de una formación específica, pero no se llegó a concretar", apunta Anna María Estarán, abogada de la fundación animalista. Al poco tiempo, llegó el caso de Sota, que demostró que la advertencia de FAADA era pertinente. Esta vez sí, se acordó una formación a todos los agentes.

Pese a que esa formación se hizo, y justo FAADA fue una de las entidades encargadas de la misma, la madrugada de este jueves otra perra, Kira, una american stafford, ha sido abatida por un agente de la policía local. "No puede ser que en una ciudad como Barcelona, ciudad amiga de los animales, pasen estas cosas", señala Estarán, quien apunta la necesidad de ofrecer a los agentes una formación "más completa y práctica". "Tenemos la sensación de que la formación se hizo para cubrir el expediente, sería necesaria una formación práctica, como la que hicimos a los agentes rurales", añade la animalista, quien apunta también la necesidad de crear una unidad especializada.

Los hechos sucedieron la madrugada del jueves en los jardines de Mossèn Cinto Verdaguer, en Montjuïc. La Guàrdia Urbana recibió una llamada a medianoche de una vecina que les advertía de que "una jauría de perros" estaba atacando a sus amigos. Los agentes se dirigieron hacia el lugar y se encontraron, según su versión, con un chico sangrando con una herida en la pierna. Más adelante vieron a seis perros sin atar, dos potencialmente peligrosos, muy alterados, y a otro chico herido.

La urbana actuó entonces según el protocolo, según explica el comisionado de Seguridad Amadeu Recasens, "pero fue imposible pararlos con las porras y otros sistemas". "Los animales mordieron a los urbanos y no hubo más remedio que abatir a uno de los seis perros de un disparo", prosigue el comisionado, quien describe la situación como "grave en todos los sentidos".

Sin miedo al agua

Antes de disparar al animal, el agente se metió en el agua del pequeño lago que hay en el parque pensando que quizá los animales no entrarían, pero le siguieron igual y en la misma actitud, según las mismas fuentes.

La policía local ha denunciado al responsable de los perros, que no era su propietario, como presunto autor de un delito de atentado contra agentes de la autoridad y por un delito de lesiones por imprudencia grave, así como por infringir aspectos de la ordenanza de animales. Está prohibido tener más de un perro potencialmente peligroso y la persona que los paseaba llevaba dos. También lo está no llevarlos sin atar.

Pese a que es inevitable hacerlos, desde el consistorio insisten en que no se puede hacer ninguna comparación con el caso de la perra Sota, actualmente en los tribunales. "Tanto las características como las circunstancias son completamente distintas. Estos agentes habían recibido una llamada por una agresión a dos ciudadanos y una formación específico sobre trato animal. Lo único que es comparable es el resultado", ha señalado el comisionado de Ecología Frederic Ximeno.

Asuntos internos

A ojos de la abogada de FAADA, el caso producido esta madrugada demuestra la poco importancia que se dio en el ayuntamiento y el cuerpo a la necesidad de la formación tras el caso de Sota. "Barcelona es una ciudad que está llena de perros. Hay un perro censado por cada 10 vecinos, y no todos los perros están censados. Nosotros en las formaciones nos hemos encontrado a policías que les tenían miedo a los perros, por eso insistimos en la necesidad de crear un unidad específica, además de ampliar la formación a todos los agentes", concluye Estarán, quien se puso en contacto con la perrera para confirmar que los otros cinco perros detenidos están bien.

Como siempre que se utiliza el arma reglamentaria, la policía ha abierto diligencias en asuntos internos.