ENTREVISTA BARCELONA GLOBAL

Carrie Frais, de FiG Communications: "Ahora hay mucha más cultura emprendedora en Barcelona"

La periodista Carrie Frais, en Barcelona

La periodista Carrie Frais, en Barcelona / ALBERT BERTRAN

Irene Garcia-Arnau

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Carrie Frais es londinense pero ya se siente totalmente una ciudadana de Barcelona: lleva 15 años viviendo aquí. “Estoy enamorada de Barcelona; no me lo tuve que pensar dos veces para decidir mudarme”, confiesa esta periodista que se vino a Barcelona con su marido cuando vivir en esta ciudad todavía se veía como algo muy exótico ante los ojos de los ingleses. “Hace quince años nuestro entorno en Inglaterra pensaba que estábamos locos”, explica Frais. “Ahora es lo contrario: a muchos les gustaría estar en nuestro lugar”. Frais, además de una prestigiosa periodista, es una emprendedora nata y desde que llegó a Barcelona ha fundado con éxito un par de proyectos y ahora dirige la agencia FiG Communications.

-¿Cómo surgió la decisión de venir a Barcelona?

Mi marido y yo nos convencimos porque estábamos enamorados de esta ciudad desde la primera vez que la visitamos. Cuando me quedé embarazada decidimos trasladarnos definitivamente a Barcelona y reinventar nuestras carreras profesionales: yo a través de la creación de una plataforma de alquiler de pisos y mi marido al unirse a la inmobiliaria Lucas Fox.

-Imagino que crear una empresa en Barcelona en aquel momento no es lo mismo que hacerlo ahora…

Hace 15 años, cuando vine por primera vez a Barcelona, tuve que ser muy creativa y tener empuje para iniciar mi propia empresa. No hay mucha gente que tomaría esos riesgos. Pero nosotros teníamos las posibilidades económicas y por eso teníamos más capacidad para arriesgar. Hoy el panorama ha cambiado mucho y es bastante más sencillo emprender y crear tu propia empresa en Barcelona: en aquel momento mucha gente pensaba que estaba loca.

-¿Qué es lo más complicado de montar una empresa en Barcelona?

En el Reino Unido es más fácil, ya que te animan de manera positiva a ser emprendedor. Cuando fundé mi primera compañía allí, solo necesité 10 libras. Es una cultura muy emprendedora y ésta es la principal diferencia que noté cuando llegué aquí hace 15 años. Ahora ha cambiado mucho, y hay muchas mas posibilidades para emprendedores que antes, pero en aquel momento no existía la cultura emprendedora que hay ahora. 

-¿Qué es lo que tanto le gusta de la ciudad?

La manera en la que vibra y se mueve. Barcelona tiene algo especial: tiene una creatividad y una belleza únicas, es una combinación de elementos muy diferentes entre sí. Nunca había sentido nada así en ninguna otra ciudad.

-¿Cómo fue el proceso de integrarse aquí?

Cuando llegué, los expats estaban muy poco integrados y no fue tan fácil: nada que ver con hoy en día que existen muchas comunidades y redes creadas para los extranjeros que llegan a Barcelona. Lo que nos ayudó mucho a nosotros en aquel momento es que ambos hablábamos ya castellano. Sentí que me ayudó mucho a nivel de trámites burocráticos, que en aquel momento eran muy pesados y mucho más farragosos que en Londres. Pero ahora el panorama es totalmente distinto y ya no es tan importante hablar bien el idioma: hoy en día en Barcelona se habla mucho inglés y se ha vuelto mucho más internacional.

-¿Llevas a tus hijos a una escuela internacional?

Van a una escuela trilingüe. Vivo en el Maresme y lo hacen todo en inglés, castellano y catalán. Para nosotros era muy importante este aspecto como pareja internacional. En aquel momento no había casi nada de oferta de escuela internacional y mucho menos en la zona del Maresme. Para mi es importante que conozcan bien también la cultura local.

-¿Recomendarías la ciudad para vivir?

Absolutamente. Barcelona es un lugar increíble que despierta todos tus sentidos. Yo ahora vivo en el Maresme, donde estoy encantada porque tengo mucha tranquilidad y, a la vez, tengo acceso muy rápido al centro de Barcelona.