inseguridad

Alerta en Sant Antoni por los robos nocturnos a comercios

Robos en el entorno del Mercat de Sant Antoni

periodico

Patricia Castán

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Algún robo esporádico puede considerarse normal en los comercios de cualquier barrio. Pero en Sant Antoni los casos han aumentado notablemente en los dos últimos meses y han desatado la alarma entre los comerciantes, agrupados ya en redes sociales bajo la causa "stop robatoris a Sant Antoni". Los asaltos tienen lugar con nocturnidad y alevosía, cuando los establecimientos están cerrados. El colectivo aglutina ya a 82 vendedores en un grupo articulado desde whatsapp y twitter, donde estiman más de una veintena de robos. No obstante, el próximo lunes han convocado una reunión para que afloren nuevos casos que no estén en la red y consensuar medidas a tomar.

Diversos vídeos y fotos tomadas por los afectados revelan un mismo modus operandi, forzando siempre las persianas de los comercios, que parecen haber estado observando o eligiendo durante el día. "Van claramente buscando dinero en efectivo, aunque se han llegado a llevar algún televisor u objeto de valor", cuenta Isabel Blasco, que forma parte de la movilización. "La gente se apunta al grupo porque sabe que le puede tocar cualquier día, hay miedo".  David García es un miembro muy activo porque ha sufrido dos ataques en una semana en su lampistería y conoce a varias víctimas más. Asegura que les han planteado contar "con seguridad privada", aunque confían en que el operativo activado por Mossos y Guardia Urbana resulte suficiente.

De momento, indican fuentes de los Mossos, tras tener conocimiento de la situación se han desplegado agentes de seguridad ciudadana y del grupo de investigación, y se ha aumentado la interlocución con los comerciantes, en paralelo a la presencia de más Urbana. A resultas de ello se han realizado 13 detenciones, aunque la mejor noticia es que hay algún multireincidente, lo que ha permitido que al menos uno de ellos haya entrado ya en prisión. 

Zona cortada

El control de la zona tampoco es fácil porque el tramo más afectado es el de Borrell, que hasta la Gran Via está en obras porque forma parte de la nueva 'superilla' de la zona. Al no circular coches por allí, de noche queda sin transitar y, según los afectados, "a veces no funciona el alumbrado público", lo que facilita las intrusiones.

El presidente del eje de comerciantes del barrio, Vicenç Gasca, constata este incremento de robos nocturnos, aunque no puede cuantificarlo. Quiere evitar el "alarmismo social" porque la problemática se centra en los establecimientos cerrados de noche, y no afecta a la clientela, más allá de los eventuales robos al despiste comunes en las zonas comerciales o céntricas.

Entre los directamente afectados hay desde una cerrajería (donde se habrían llevado unos 1.800 euros) hasta restaurantes. En el Ekaterina, de cocina rusa, tuvieron un robo el año pasado y otro en mayo -buscaban dinero de caja y propinas-, al que siguió un nuevo intento hace unos días, cuando Xenia relata que seguía dentro pese a haber bajado la persiana. Alertó a los cacos a gritos. Más allá de lo robado, los delincuentes causan importantes daños a las puertas.