La batalla de Barcelona

BComú descarta por imposible un tripartito con ERC y el PSC

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Toni Sust

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A tres días para la investidura, Barcelona en Comú ha anunciado este miércoles que renuncia a la propuesta de un gobierno tripartito formado junto con ERC y el PSC.  "Barcelona en Comú ha constatado tras las reuniones de estos días que el tripartito está descartado", reza un comunicado del partido, que subraya que en los encuentros ha quedado claro que "el PSC está dispuesto a sumar para la investidura de Ada Colau en tanto que ERC continúa presentando a su candidato a la investidura".

El comunicado ha llegado en un contexto en el que unaa sensación ambivalente y contradictoria planea sobre el Ayuntamiento de Barcelona. Por un lado, se da por hecho que Ada Colau tiene todas las papeletas para ser alcaldesa otros cuatro años. Por el otro, unas cuantas papeletas –el sábado se votará en urna-, las ocho del PSC, siguen sin estar del todo confirmadas porque los socialistas reclaman, desde hace días y sin ver satisfecha esa demanda, un pacto de gobierno previo como condición para votar a Colau. A ese apoyo se sumaría el de Manuel Valls, según anunció él mismo, que con solo aportar tres de los concejales de su candidatura ya confirmaría que Colau reedita el cargo.

Barcelona en Comú insiste: no habrá un pacto de gobierno antes del sábado. Porque no hay tiempo para cerrarlo. Porque no hay tiempo para someterlo a una consulta de la militancia de los ‘comuns’. Y, como guinda, porque si Colau y Jaume Collboni presentaran ese acuerdo, en la sala lo más destacado sería el actor invisible, Valls, que permite que ese acuerdo fructifique pese a no sumar la mayoría absoluta y pese a que ninguno de sus socios es el candidato más votado.

"Maragall será alcalde"

En una tercera posición de este baile poselectoral se encuentra el alcaldable de ERC, Ernest Maragall. De tener la alcaldía aparentemente ganada, Maragall ha pasado a ver cómo se le iba escapando. Ahora los republicanos lo fían todo a que el PSC tome la decisión de no votar a Colau. Con ello, Maragall sería alcalde por la ley electoral, que prevé que el ganador de los comicios se haga con la vara de mando municipal si nadie logra la mayoría absoluta.

A la vista de todo ello, Collboni ha apremiado este miércoles a Colau para que Barcelona en Comú acepte acordar un pacto de gobierno con el PSC antes de que se produzca la votación que el sábado determinará quién es el nuevo alcalde o alcaldesa de la ciudad. "Ha habido conversaciones y habrá más negociaciones. Mantenemos las conversaciones, pero el tiempo va pasando", ha afirmado Collboni, que ha reiterado su aseveración de que nadie que quiera ser alcalde se presenta una investidura sin tenerla blindada. 

Las diferencias con ERC

El socialista también ha subrayado las diferencias entre su proyecto y el de ERC, motivos por los que la segunda de su lista, Laia Bonet, descartó el martes sentarse en la misma mesa que Maragall, como propuso el republicano. Qué sentido tendría sentarnos para certificar sus diferencias, se ha preguntado. 

Un último actor, aunque secundario, de esta película es Ciutadans. Formalmente, el partido de Albert Rivera se inclina por votar como alcaldable a Collboni, porque no quiere ser coautor de la reelección de Colau. El sábado se verá si los seis concejales del nuevo grupo votan al unísono y en qué sentido.

Normalmente, las investiduras suelen ser actos previsibles que empiezan con un resultado final más que previsto. Esta vez puede que no suceda eso. Y resulta impactante imaginar la plaza de Sant Jaume llena de gente que siga las votaciones sin saber hasta el último momento si es Maragall o Colau quien se hace con la vara de mando municipal.