Vecinos de Porta piden la reubicación de una zona de recreo para perros

Una veintena de pancartas piden la paralización de las obras de instalación de una nueva zona de ocio para perros en uno de los extremos de Can Dragó, en el barrio de Porta. Los miembros de la plataforma vecinal Reubicación Pipican Can Dragó consideran que “no es la zona más adecuada” porque está a pocos metros de unos bloques de pisos de la avenida de Rio de Janeiro y Vèlia y pegado a un parque infantil. 

En un primer momento, estos vecinos entendieron que se trataba de una mejora o reforma de la instalación existente. Cuando descubrieron, a principios de año, que el ayuntamiento había proyectado un nuevo equipamiento canino, que prácticamente triplica el tamaño del actual, se organizaron.  “Tenemos más de 900 firmas de vecinos que piden una reubicación, hemos contactado con el Síndic de Greuges de Catalunya, que está a la espera de respuesta por parte del Ayuntamiento, y estamos constituyendo una nueva asociación de vecinos, Convivim Porta, porque no nos sentimos respaldados por la asociación de vecinos del barrio”, explica Yolanda García, portavoz de la plataforma y futura secretaria de la nueva entidad vecinal.

Las zonas de recreo para perros de Barcelona: pocas y pequeñas

Este grupo de vecinos pide “una ordenación justa del espacio público”. Defienden que ese espacio se podría destinar a pequeños, jóvenes y gente mayor; y que la mejor ubicación para el equipamiento canino sería al otro lado del Campo municipal de Futbol Porta, un parque situado entre el recinto deportivo y la calle del Pintor Alsamora. En esa zona no hay edificios de vecinos, subrayan los miembros de la plataforma. “Mientras construyen este nuevo pipicán tienen al lado una zona de juegos infantiles, con agujeros, muy sucio, incluso con ratas”, denuncia la portavoz de la plataforma. “Si se llevaran el pipicán al otro lado del campo de fútbol –continúa- ganaríamos un terreno para los más mayores, en el que podrían poner máquinas de ejercicios, y para los jóvenes, que en esta zona no tienen nada”.

Fuentes del gobierno municipal en funciones aseguran a EL PERIÓDICO que están comprometidos a dar respuesta a los diferentes colectivos que utilizan el Parc de Can Dragó y a buscar soluciones para satisfacer sus demandas. “Se ha creado un espacio de trabajo con la voluntad de dialogar con ellos para trabajar medidas que solucionen posibles problemas de convivencia derivados de la zona de recreo para perros, y para estudiar mejorar las condiciones del espacio público de todo el ámbito, ya de cara al próximo mandato”, afirman las mismas fuentes, que descartan así la posibilidad de mover este equipamiento canino a escasos días de su apertura.

Con la reubicación descartada, al menos por parte del consistorio en funciones, la buena convivencia en la zona depende de los titulares de los canes que utilizarán el nuevo equipamiento canino. “Entiendo que los vecinos se puedan quejar si los perros ladran a altas horas de la noche, porque también me molestan a mí. Eso tiene una fácil solución: que el ayuntamiento ponga un horario, de ocho de la mañana a 10 de la noche, por ejemplo, y multe al que no cumpla con este horario”, explica un usuario habitual, Germán, un jubilado muy crítico con el estado del actual pipicán. “Ha estado hasta dos meses sin limpiar y se acumulan los olores. Espero que se esmeren más con el mantenimiento del nuevo”, asegura. Otro usuario, Paco, que tampoco quiere dar su apellido, vecino de Sant Andreu, asiente. “Esto es como las piscinas comunitarias. Que pongan un horario y multen. También al que no recoja los excrementos, claro”, añade. Sea como sea, coinciden, los incívicos nunca son los perros.