11 arrestados

Así reventaban comercios de Barcelona unos aluniceros

Asaltaron 3 tiendas en una noche y en 4 meses realizaron 22 empotramientos en comercios de la ciudad y su entorno

El Periódico

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Los Mossos han desarticulado un grupo criminal especializado en realizar robos en establecimientos comerciales de Barcelona y el entorno metropolitano por el método del alunizaje, entre ellos el centro comercial Mataró Parc y el Carrefour de Cabrera de Mar. En el caso de la capital del Maresme, según apunta el medio digital 'Capgròs', los hechos tuvieron lugar el 30 de abril pasado, en una joyería, mientras que en el centro comercial Mataró Parc el grupo realizó el atraco por alunizaje el 1 de marzo, entrando a robar en un total de cuatro tiendas de telefonía móvil.

Así pues, el operativo policial ha permitido detener a 11 miembros del grupo, de nacionalidad española y de edades comprendidas entre los 20 y los 39 años, a los que se les considera autores de 22 robos con fuerza en cuatro meses en establecimientos comerciales y del robo y hurto de 18 turismos.  En una sola noche entraron en tres comercios.

La investigación se inició a principios del 2019 cuando los Mossos detectaron que en Barcelona y alrededores se habían producido una serie de robos en comercios por el método del empotramiento con características muy similar.

Los policías determinaron que detrás de estos robos había un mismo grupo de personas, que habían hecho de esta actividad ilícita su forma de vida. Este estaría principalmente integrado por jóvenes con un alto grado de reincidencia y con un amplio historial delictivo, todos ellos ubicados en zonas limítrofes del norte de Barcelona, Sant Adrià de Besòs y Badalona. 

A lo largo de la investigación se determinó que el grupo siempre actuaba siguiendo unos mismos parámetros.

Previamente a cometer los robos sustraían turismos que utilizarían para realizar los empotramientos. Los vehículos eran siempre de unas marcas concretas, de las que habían adquirido las herramientas, la tecnología, los conocimientos y la experiencia para sustraerlos con facilidad.

Días antes de los robos una parte de los miembros del grupo se dedicaban a escoger establecimientos y estudiar la viabilidad del robo. Principalmente escogían comercios de venta de terminales de telefonía o productos electrónicos, pero también otros tipos como estancos o joyerías. 

Una vez forzado el acceso rápidamente se llevaban todos los objetos que podían del interior del comercio y que venían posteriormente a un tercero. Si durante la materialización de los robos eran descubiertos, no dudaban en emplear la violencia, utilizaban herramientas y otros objetos para intimidar a los vigilantes de seguridad o las personas y conseguir el botín.

Perfectamente organizados

Los investigadores constataron que el grupo criminal estaría integrado por unos 14 jóvenes, todos ellos hombres de un perfil muy similar y que habían establecido vínculos criminales por la proximidad en sus lugares de residencia.

Aunque la actividad criminal del grupo no requería un gran reparto de tareas, sí se hizo evidente que sus miembros tenían fijada una estructura de gestión en tres niveles.

En la parte superior encontraríamos cuatro personas que realizarían las tareas de dirección del grupo. Eran los encargados de seleccionar los objetivos, elegir y participar en la sustracción de los vehículos para cometer los robos y liderar y dar las directrices a materializarlos. Posteriormente se encargaban de la búsqueda de compradores del material sustraído.

En un nivel intermedio se encontraban otros seis miembros del grupo que eran activados a criterio de los líderes del grupo para participar en los diferentes robos. En un último nivel estaban los encargados de la logística del grupo, estos cuatro jóvenes sabían donde estaban los vehículos sustraídos, llevaban y recogían los participantes en los robos, y se encargaban de ocultar y custodiar los objetos sustraídos hasta que eran vendidos.