En Vall d'Hebron

Segunda operación de desalojo en el instituto de Barcelona en el que se rodó 'Merlí'

Segunda operación de desalojo en el instituto Menéndez Pidal, en el Vall d'Hebron de Barcelona

Segunda operación de desalojo en el instituto Menéndez Pidal, en el Vall d'Hebron de Barcelona. / periodico

Guillem Sànchez

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El colegio Menéndez Pidal cerró tras el curso escolar 2011-12 porque, en plena crisis económica, el trasvase de alumnos a los centros públicos diezmó la escolarización de esta escuela concertada. El espacio, ubicado detrás del hospital de la Vall d’Hebron, tuvo una segunda vida convirtiéndose en el escenario en el que se rodó la exitosa serie 'Merlí' de TV3. No iba a ser la última: cuando acabó la ficción llegó otra realidad, la de bandas de ladrones de pisos de origen georgiano que hallaron en el viejo colegio el lugar ideal para ocultarse.

El 4 de abril los Mossos d’Esquadra activaron una operación policial que acabó arrestando a una decena de hombres implicados en un centenar de robos con fuerza en domicilios. Durante el registro se identificó a una treintena de ciudadanos procedentes de Georgia, la mitad de ellos sin antecedentes policiales, que fueron detenidos por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y expulsados del Estado en cumplimiento de la ley de extranjería. Horas después de aquel dispositivo, el colegio volvía a estar lleno.

Este miércoles, la policía catalana, junto con el CNP y la Guardia Urbana de Barcelona (GUB), ha regresado a la escuela con una orden del juzgado social 5 de Barcelona para desalojarlo del todo. El operativo ha comenzado poco después de las 10.00 horas y se han identificado a 79 personas de origen georgiano y a 40 de otras nacionalidades, también española. La policía nacional se ha llevado arrestados a una veintena y los Mossos solo a dos por requerimientos pendientes.

Gritos y llantos

La convivencia entre los ocupas del colegio y los vecinos de los bloques de enfrente no ha sido fácil. Algunos de los segundos relatan que en más de una ocasión vieron, y atendieron, a mujeres que salían "golpeadas". También oían llorar a niños que "parecían estar recibiendo una paliza".

La misma globalización que había provocado que una escuela abandonada en las afueras de Barcelona, en el barrio de Sant Genís dels Agudells, haya acabado siendo una residencia de ladrones georgianos de casas, también provocó que entre los vecinos hubiera más ciudadanos del este de Europa, que comprendían las discusiones que salían a gritos por las ventanas de las antiguas aulas. "Se repartían los botines dando voces", aseguran.

Los bares recibían a diario las visitas de algunos de los supuestos ladrones. Acudían a comprar botellas de licor con billetes de 200 euros o a por tabaco. Desde estas cafeterías vieron en una ocasión como trajeron a "dos mujeres muy guapas dentro de un Audi". Las jóvenes trataron de salir del coche y uno de los georgianos "las obligó a quedarse dándoles patadas", cuenta una vecina.

Familias vulnerables

La llegada de ciudadanos georgianos ha sido constante durante los últimos meses. A los recién llegados los citaban en uno de los bares a medianoche y salían a buscarlos desde la escuela. Han ido viniendo tanto adultos –casi todos– como mujeres y niños. Los servicios sociales del Ayuntamiento se harán cargo de los más vulnerables. El operativo ha comenzado a las 10.00 horas para minimizar las posibilidades de que la irrupción de los antidisturbios coincidiera con los menores. Aunque la sospecha es que algunos de los pequeños ni siquiera están escolarizados. 

El dispositivo ha finalizado a las 14.00 horas. La secretaria judicial ha devuelto las llaves del viejo Menéndez Pidal a sus propietarios. El dispositivo acabó sobre las 14.00 horas. El insitituto de Merlí, sin alumnos, sin actores de TV3, sin ladrones de casas, sin familias vulnerables, vuelve a estar vacío.