LA PUGNA POR LA ALCALDÍA DE BARCELONA

Colau y Maragall se enseñan las garras pero no se muerden

Ada Colau y Ernest Maragall se saludan al final del cara a cara que han mantenido este viernes en la cadena SER.

Ada Colau y Ernest Maragall se saludan al final del cara a cara que han mantenido este viernes en la cadena SER. / periodico

Xabi Barrena

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Los debates no se ganan, pero sí se pueden perder. Y con este mensaje en la cabeza, Ada Colau y Ernest Maragall, los dos favoritos de las encuestas para hacerse con el triunfo el próximo domingo, celebraron este viernes, último día de campaña un cara a cara. Un debate que resultó ser una especie de clase de 'capoeira', esa danza-arte marcial brasileña en que los bailarines o contendientes simulan una pelea, reproducen todos sus gestos, pero no lanzan golpes.

Maragall y Colau no decepcionaron. Tan solo en la última parte del debate, cuando asomó la nariz el 'procés', el debate elevó el tono. 'Ma non troppo'. En un formato que, sorprendentemente excluyó el asunto del turismo, ambos candidatos mostraron una forma parecida de analizar la ciudad y tan solo difirieron en como abordar las cuestiones de vivienda o seguridad. "Está bien que la ciudad pueda optar entre dos opciones progresistas", señaló Maragall al inicio.

Colau convirtió el Govern de  Quim Torra en su máximo oponente y, como mucho, se limitó a recordarle a Maragall su adscripción a ese Ejecutivo como 'conseller'. Y no solo a este Govern. También le echó en cara la gestión por ejemplo, de la vivienda hecha por los ayuntamentos socialistas. El republicano le respondió que no se puede echar la mirada atrás, cuando "el paradigma era otro, el de la compra en propiedad" y, sobre todo, le recordó a la alcaldesa que las competencias en vivienda estaban, en esos ejecutivos municipales, en manos de ICV, la fuerza madre de los 'comuns'.

Acto de fe

Fue ese uno de los momentos destacados del debate, porque la mención de la relación de Colau con ICV sirvió a la edil para afirmar que "en esa época yo era activista" y que, justamente esa experiencia le permitía asegurar que "yo sé bastante de este tema".

Maragall resumió el problema de la ciudad como el de una falta enorme de liderazgo, atribuible a la alcaldesa. Como el diagnóstico es parecido y el enfoque también, alejado, por ejemplo, de las recetas de la derecha sobre mano dura, en cuestión de seguridad, los argumentos de Maragall quedaron como una especie de acto de fe. Un 'yo tengo otro talante, lo haré mejor'.

Tampoco Colau supo describir qué hará en un futuro. Más allá de la autosatisfacción por el trabajo hecho, digan lo que digan los barómetros e, incluso cuestionando alguno de ellos ("los robos han subido en toda Catalunya", se defendió sobre el aumento de la inseguridad en las calles) y el "queda mucho por hacer".

La capitalidad de BCN

Como ha hecho en toda la campaña, Maragall, en la cuestión del conflicto catalán, denunció la "ambigüedad" con la que se ha movido en todo el asunto. "No bastan las declaraciones retóricas. Ustedes son capaces de votar en contra de la suspensión de los presos en la Mesa del Congreso, pero poco después ponerse a pactar gobiernos en España y usted, en Barcelona, con Jaume Collboni", espetó el republicano.

Colau negó tajantemente que hubiera sido ambigua y presumió de su defensa de los derechos civiles realizada por su fuerza. Y acorraló a Maragall con las declaraciones de Torra (de Junts per Catalunya, pero en el cargo gracias a ERC) y la capitalidad de Catalunya para Girona. El alcaldable de ERC, tras ser perseguidos varias veces por la alcaldesa no pudo escaparse a la pregunta y señaló "su desacuerdo" con las palabras del 'president'. "Barcelona es y será la capital de Catalunya", sentenció.