RIFIRRAFE

Los Bombers de Barcelona enojan a los Mossos al negarse a descolgar a una activista

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Guillem Sànchez

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El desalojo de una casa okupada en el barrio de El Clot el pasado martes acabó desencadenando una discusión entre mandos de los Mossos d’Esquadra y del cuerpo de Bombers de Barcelona. El motivo: los antidisturbios requirieron la presencia de los bomberos para que descolgaran a una activista encordada en la fachada y los bomberos se negaron a hacerlo arguyendo que no podían intervenir al tratarse de un tema "político".

El asunto ha enojado a antidisturbios de la Brigada Móbil (Brimo) –la unidad que participó en este desahucio– y a responsables del cuerpo policial, que se preguntan si esta negativa ha sentado un precedente y en el futuro será la respuesta que recibirán por parte de los Bombers de la ciudad, que no dependen de la Generalitat sino del Ayuntamiento de Barcelona, ante servicios similares.  

La versión policial y judicial

A las 9.00 horas del martes, una comitiva del juzgado de primera instancia 1 de Barcelona se personó frente al número 311 de la calle Independencia para desalojar el bloque Puntales II, okupado por un colectivo movilizado por la vivienda, según su cuenta de Twitter (@AlaCasa). En el balcón del segundo piso y colgando frente al balcón del primero, esperaban a los Mossos, que habían desplazado una decena de furgonetas antidisturbios al lugar, dos activistas encordadas. Con una escalera portable, los policías treparon al primer balcón, rompieron el ventanal, subieron por la escalera interior a la segunda planta y desde allí desataron a la joven encordada en el segundo balcón. Quedaba todavía la que colgaba frente al primero.

Esta segunda activista estaba sobre una estructura de tablones, a dos metros y medio del suelo, y atada a una cuerda cogida al segundo balcón. El mando de los antidisturbios requirió entonces la presencia de los Bombers de Barcelona. Según el informe policial que se redactaría horas más tarde, el jefe de guardia de los bomberos se negó a bajar a la joven arguyendo que tenían "orden de no intervenir por temas políticos". Esa respuesta fue también recogida por el acta de la secretaria judicial: "El cuerpo de bomberos tiene orden de no intervenir por temas políticos". La secretaria judicial aclaró al bombero, sin lograr que desistiera en su negativa, que no se trataba de un tema "político" sino "judicial".

Los Mossos activaron a continuación a la Unitat de Muntanya, que tardó más de una hora en desplazarse hasta el centro de Barcelona. A las 11.15 horas, sus agentes se descolgaron desde el balcón y desataron a la joven, que acabó detenida por un delito de resistencia a la autoridad. Tras el incidente, el desalojo se efectuó y los Mossos echaron a nueve personas que seguían dentro del inmueble. La propiedad se retornó sobre las 13.00 horas a su dueño, un fondo de inversión. 

El Observatorio de Vivienda Turismo del Clot-Camp del Arpa convocaron una protesta tras el desalojo y varios manifestantes acabaron cortando la calle de Mallorca. 

La versión de los bomberos

Tanto fuentes municipales como del mismo cuerpo de bomberos del ayuntamiento se apresuran en negar que exista una orden interna que impide a los bomberos "intervenir en temas políticos". Además, insisten, los bomberos participan habitualmente en desalojos por orden judicial. "Guste más o guste menos, hacen su trabajo cuando son requeridos para este tipo de servicios. Este consiste en acompañar a la comitiva y a los policías por temas de seguridad".   

Las razones que llevaron al jefe de guardia a no actuar el pasado martes fueron otras. Descolgar a la activista era un asunto de "orden público" y no "un salvamento" porque "la joven no corría peligro". Cuando llegó al desalojo, el jefe de guardia ofreció a los Mossos usar la escalera del camión para que los antidisturbios pudieran acceder junto a la joven. Pero la altura de la que colgaba era inferior a la mínima de la cabina del camión. Ofreció asimismo ayudar a descolgar a los antidisturbios, algo que estos rechazaron al juzgando que debían ser los bomberos quienes llevaran a cabo esa maniobra. Al final, se plantaron.

Según el ayuntamiento, no consta que el jefe de guardia se escudara en una orden que le impedía actuar por "temas políticos". Y si lo hizo, tal como aseguran fuentes policiales, fue por su cuenta porque, insisten, "no existe ninguna orden" ni del consistorio de Ada Colau ni de los Bombers de Barcelona.

El juzgado de primera instancia 1 no ha iniciado ninguna diligencia. Por su parte, el sindicato de los Mossos Sap-Fepol, a través de un comunicado, ha pedido explicaciones a los Bombers subrayando que los antidisturbios les requirieron para cumplir una resolución judicial.  

Bomberos contra Mossos, antecedentes

El episodio de este martes no es el primer rifirrafe entre Mossos y Bombers. O más concretamente, entre bomberos –sean de la Generalitat o de Barcelona– y antidisturbios de los Mossos. Las refriegas son periódicas. El episodio más sonado ocurrió en mayo del 2013, cuando un enfrentamiento entre los dos cuerpos frente al Parlament durante una protesta contra los recortes acabó siendo portada en 'The New York Times'. Otros capítulos sonados sucedieron en enero del 2012, cuando en una reivindicación laboral frente a la 'conselleria' de Interior los bomberos rociaron con espuma al jefe de antidisturbios, y en noviembre del 2018, de nuevo en una protesta en el Parlament, los policías acabaron arrestando a un bombero.  

La Guardia Urbana critica a los Mossos por falta de colaboración 

En sentido inverso al episodio del desalojo, un sindicato de la <strong>Guardia Urbana de Barcelona (GUB) </strong>ha criticado a los Mossos d'Esquadra a raíz del crimen en el que fue asesinada una niña de 17 años. El portavoz de <strong>Sapol</strong>, Jordi Rodríguez, asegura que en este asesinato ha emergido de nuevo "la falta de información" que compate la policía catalana con el cuerpo municipal.