URBANISMO AMBICIOSO

Collboni plantea una "revolución urbana" a 10 años vista

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Natàlia Farré

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"El espacio equivalente a mil manzanas del Eixample", esta es la extensión de Barcelona que Jaume Collboni, el alcaldable del PSC, quiere transformar en la ciudad con la vista puesta a la próxima década y cumpliendo  con los postulados de la Agenda 2030: "la lucha contra el cambio climático y la desigualdad, y a favor  la cohesión social".  Para el alcaldable "hace demasiado tiempo que esta cuidad no tiene una visión a 10 años" porque, a su juicio, el urbanismo planteado durante la última década, en los mandatos de Xavier Trias y Ada Colau, "es la suma de remiendos, improvisación y pruebas pilotos que no han acabado en nada". Así que lo suyo es  "una revolución urbana porque Barcelona debe volver a pensar en grande". 

Lo ha afirmado este martes en la plaza Rosa dels Vents que, para quienes no conozcan su ubicación, es la balconada al mar que hay detrás del Hotel vela. El espacio escogido no es baladí, pues desde allí se domina todo el frente marítimo: 13 kilómetros de costa que Collboni se propone "reconquistar" para los ciudadanos. "No podemos ceder mas espacio al uso intensivo del turismo, las playas también son para los barceloneses". El plan ataca todo el espacio, "desde la calle A de la Zona Franca a las Tres Ximeneies de Sant Adrià" y contempla dedicarlo al ocio, el deporte y la economía, y también a los servicios públicos: "¿por qué no puede haber una escuela infantil al lado del mar?". 

Reconversión del Morrot

Para Collboni, la Zona Franca hay que integrarla al imaginario de ciudad, y el Port Olímpic recuperarlo para los barceloneses; el paseo marítimo –"espacio realizado por etapas"– hay que recoserlo; el Moll de la Fusta, transformarlo; y los ejes viarios que llegan al mar –Paral·lel, Via Laietana y la Rambla–, reurbanizarlos; y espacios cercanos al Mediterráneo, como Montjuïc, la Ciutadella y el Fòrum, dotarlos de más actividad. El plan también contempla una de las muchas asignaturas pendientes de Barcelona: la reconversión del Morrot, "un barrio ahora logístico que debe ser espacio de actividad económica para empresas de base tecnológica y digital".

Hay más actuaciones en cartera, como la cobertura de la Ronda de Dalt e impulsar las actuaciones vinculadas al sistema ferroviario, entre otras. Una «ambiciosa» transformación que Collboni define como azul, verde y roja, en referencia a vincular la reforma urbana al acercamiento  al mar, a la pacificación del tráfico para reducir emisiones contaminantes y  a la cohesión social. 

El voto útil

Y como en cada acto de la campaña, también hubo tiempo para el mensaje político: el del PSC  es "el voto útil" para tener "un alcalde progresista, buen gobierno y no subordinar Barcelona al ‘procés’", sostiene el alcaldable. Dejar el consistorio en manos de un posible pacto entre BComú y ERC sería "sumar el mal gobierno de Colau con el conflicto y división provocados por los independentistas. Un desastre".