BARCELONEANDO

La señal de la cruz

Jordi Muñoz, del equipo fundacional de TV-3, debuta como comisario de exposiciones con 'Cruz i ficció'

Jordi Muñoz, comisario de la muestra `Cruz i ficció¿ en la galería Víctor Saavedra, el viernes pasado

Jordi Muñoz, comisario de la muestra `Cruz i ficció¿ en la galería Víctor Saavedra, el viernes pasado / periodico

Ramón de España

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Me cruzo por la calle de Enric Granados con mi amigo y vecino Jordi Muñoz (Barcelona, 1954). Me informa con una sonrisa de palmo que se ha prejubilado de TV-3, aunque no pretendo insinuar que ambos asuntos estén relacionados. Jordi formó parte del equipo fundacional de TV-3, cuando todavía era 'la nostra' en vez de 'la seva'. Al cumplir los 60, una crisis de conciencia lo llevó a preguntarse qué pensaba hacer durante la última etapa de su vida, y seguir deambulando por los pasillos del edificio de Sant Joan Despí no le pareció la alternativa más estimulante del mundo.

"Quería pasar mis últimos años en este planeta haciendo cosas que me interesaran realmente. Yo me lo he pasado muy bien en TV-3, pero eso sucedió hace muchos años, cuando, como productor, se te hacía caso y podías tirar adelante propuestas innovadoras e interesantes. Produje cosas de las que estoy muy orgulloso, y mi paso por el '30 minuts' estuvo muy bien, pero de un tiempo a esta parte, como bien sabes, las prioridades de la casa son otras. Tal vez debería haberme ido antes, pero uno siempre ha tenido un punto entre burgués y cobardica, que viene a ser lo mismo, y le ha tenido mucho cariño al sueldo fijo. Finalmente, se lo comenté a Pilar, mi mujer y mi centro de gravedad permanente, y me dijo que hiciese lo que me pedía el cuerpo, que nuestros hijos ya eran mayores y nunca me quedaría sin comer".

Jordi estudió arquitectura, aunque no llegó a presentar el proyecto de fin de carrera, y llegó al vídeo casi por casualidad: "Escribía en revistas de arquitectura y no había visto una cámara en mi vida. Gracias a un artículo sobre Nicolau Maria Rubió i Tuduri, que estaba muy olvidado, un amigo rico del difunto me llamó para agradecérmelo y se ofreció a alquilarme un piso por cuatro duros en uno de sus edificios. Ahí sigo. Cuando trabajaba en la galería Dau al Set, me contactaron del archivo del Col·legi d’Arquitectes por si me apetecía hacer unos vídeos de arquitectos difuntos o provectos de los que no había nada al respecto. Así empecé. A finales de los 70, tuve un par de empresas de vídeo, Vídeo Repórter y Sed de Films. A través de Lluís Maria Güell, que es un tipo excelente, trabajé para La Caixa. Y salvo una breve etapa en Canal+, me he pasado la vida en TV-3, pero sintiendo que necesitaba hacer otras cosas".

Interesante propuesta

A su edad, el amigo Muñoz se ha metido a comisario de exposiciones y se estrena con una interesante propuesta en la galería Víctor Saavedra'Cruz i ficció', en la que una serie de artistas –33, como la edad de Cristo al morir– han tuneado el mismo modelo de cruz cristiana, procedente del monasterio de Poblet, adonde Jordi se dirigió en busca de inspiración y material: "La cruz siempre me ha fascinado, aunque no sea un católico practicante. Y siempre he envidiado, como agnóstico, a los creyentes. Tiene que ser magnífico disfrutar de la fe y saber que, por mal que te vayan las cosas, siempre tienes algo a lo que agarrarte. Deambulando por un mercadillo mexicano descubrí que el 3 de mayo se celebra el Día de la Invención de la Cruz. En México, los presidiarios customizan cruces para vender en los mercados y sacarse unos pesos. Me compré una cruz decorada con chapas de cerveza que he sumado a la exposición y que me sigue gustando muchísimo. Luego contacté con una serie de artistas y algunos paganazos me enviaron al carajo, pero muchos otros, tampoco muy piadosos, se apuntaron".

El resultado es una estupenda exposición, ideal para agnósticos celosos de los creyentes, colectivo del que yo también formo parte. Entre los tuneadores de cruces figuran artistas como Vicent Arlandis, Xano Armenter, Trinidad Contreras, Rosó Cusó, Fum (hijo de nuestro común amigo Juan Bufill, crítico de arte de 'La Vanguardia'), Ana Hagopian, Paula Leiva, Santi Moix, Marcos Palazzi, Víctor Pérez Porro, Regina Saura y el gran Carlos Pazos, que contribuye a la muestra con dos cruces llenas de cuchillas de afeitar, previniéndonos tal vez contra los peligros de la religión. El comisario Muñoz no ha hecho más que empezar.