ACTO CENTRAL DE CAMPAÑA
Valls se reivindica ante la "decadencia" de la "Barcelona 'indepe'" de Maragall
Júlia Regué
Responsable de la sección de Política.
Graduada en Periodismo y en Ciencias Políticas por la Universitat Pompeu Fabra (UPF), ha desarrollado su carrera profesional en la sección de Política, donde se incorporó en 2016. Ha seguido la actualidad política del Parlament de Catalunya y el día a día de varios partidos. También ha colaborado en programas de TV3, Catalunya Ràdio y RAC1.
Júlia Regué
El alcaldable de Barcelona pel Canvi - Cs, Manuel Valls, celebró este jueves su acto central de campaña en un pabellón "con resonancias olímpicas", el de la Vall d'Hebron, inaugurado en el 1992 para acoger los Juegos. Miembros de su papeleta, representantes de la formación naranja y simpatizantes tomaron asiento durante casi tres horas para darle un espaldarazo, entre ellos, la líder de Cs en Catalunya, Inés Arrimadas. En el ecuador de la quincena electoral, y con un saco de dardos para Ada Colau ya medio vacío, Valls centró todos sus esfuerzos en la diana del candidato de ERC, Ernest Maragall, consciente de que algunas encuestas le sitúan en la 'pole'.
Ante unas 1.200 personas, según los organizadores, el exprimer ministro francés insistió en que el republicano no puede ser el nuevo tenedor de la vara barcelonesa porque "es la expresión paradigmática del converso y no tiene una experiencia reconocida en gestión". "Su radicalización tardía le ha llevado a decir cosas tan inaceptables como 'el país será siempre nuestro'", espetó, en alusión al discurso que pronunció en la sesión de apertura de la legislatura en el Parlament. Unas declaraciones que recordó para situarlo "a medio camino entre las proclamas de los CDR y la tan conocida frase de Manuel Fraga" cuando dijo "la calle es mía" ante las quejas de la izquierda por la represión policial del primero de mayo del 1976.
"[Maragall] ha acabado entrando en la lógica agitadora del 'procés' y ha superado a sus predecesores de ERC en el uso reiterativo y provocador del neolenguaje independentista", prosiguió, y le pidió un 'cara a cara' para contraponer modelos de ciudad.
Citó, después, a otro hombre de mismo apellido, el poeta Joan Maragall, del que se sirvió para pedir el voto decidido a recuperar la "Barcelona nostra. La gran encisera". Y se presentó ante los suyos como dique de una "ciudad provinciana" y azote de la "Barcelona indepe", aquella que Valls dibujó como presa del "sectarismo, la división, el rechazo de la ciudad abierta, alejada de España y de Europa, comarcalista y de obsesión etnicista". "En definitiva, decadencia, subordinación y sumisión", resumió, animando a los asistentes a reprobar "que Barcelona se gobierne desde Waterloo".
El alcaldable también se mostró escandalizado por la victoria independentista en la Cambra de Comerç, él la tachó de "asalto", y aseguró que "es para reír si no fuera para llorar" que una "empresita" de Santa Eugènia de Berga haya obtenido representación y la SEAT, no.
"Valls o 'Lacilandia'"
Ante las elecciones "más importantes desde las primeras municipales de 1979", aireó sus propuestas sobre una de sus principales preocupaciones: la seguridad. Sacó pecho de su experiencia y se definió como la "alternativa clara y bien definida a los programas del populismo y el independentismo que tanto han perjudicado a Barcelona y que, si prosperasen, la acabarían de hundir en la mediocridad y la irrelevancia". "El nacionalismo es guerra, es racismo", añadió, y pidió el voto a los electores "progresistas y socialistas" comprometiéndose a "no pactar con el nacionalismo".
Por su parte, Arrimadas defendió que el próximo 26 de mayo Barcelona se juega ser una ciudad "abierta, plural, capital de muchas cosas o simplemente la que quiere el separatismo y Colau: la capital de 'Lacilandia'", aseveró en alusión a la "república de los lazos amarillos". "Esto va de Valls o de Colau con los separatistas", apuntó desde el atril, tratando de ungir al suyo como la "única" alternativa, la "casa grande del constitucionalismo".
En este sentido, el número dos de la candidatura, el exministro socialista Celestino Corbacho, exigió al alcaldable del PSC, Jaume Collboni, que aclare si pactará con la alcaldesa después de las elecciones.
Al evento participó el dramaturgo Albert Boadella, quien acusó a Colau de ser una "independentista camuflada". También la hermana del candidato, Giovanna Valls, que decidió apoyarle públicamente después de mostrar varias discrepancias en Twitter sobre el conflicto catalán.
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