ENCUESTA PREELECTORAL DEL GESOP

Encuesta elecciones municipales Barcelona: Maragall ganaría pero necesitaría pactos para gobernar

sondeo elecciones municipales en Barcelona Gesop

sondeo elecciones municipales en Barcelona Gesop / periodico

Toni Sust / Jose Rico

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A cuatro días para el inicio de la campaña de las elecciones municipales que se presentan más reñidas en años en Barcelona, el candidato de ERC, Ernest Maragall, es el que estaría más cerca de quedar en primera posición y lograr la alcaldía: lograría el 22,5% de los votos y 11 concejales. Pero requeriría un socio para gobernar sin las agonías que ha sufrido este mandato la alcaldesa, Ada Colau, y contar con margen para ganar votaciones en el plenario. Barcelona en Comú, con el 20% de los sufragios y nueve o 10 ediles, tendría todos los números para ser ese socio, porque aunque los republicanos también podrían lograr una estabilidad suficiente con el PSC, que, con un 16,6%, subiría de cuatro a ocho representantes en el consistorio,  el pacto entre ambos partidos se antoja complicado: los dos lo han rechazado como opción.

El citado en el párrafo anterior es el pronóstico que refleja la encuesta preelectoral del Gabinet d’Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO, que otorga el 13,1% del apoyo electoral y seis concejales al candidato al que apoya Ciutadans, Manuel Valls; un 12% y cinco o seis ediles a Junts per Catalunya, la lista encabezada por Joaquim Forn con Elsa Artadi como número dos y alcaldable efectiva; y un 4,6% al PP, lo que le dejaría cerca de obtener dos concejales, al rozar así el mínimo requerido para entrar en el ayuntamiento, un 5% de los votos. Según la encuesta, la CUP y la candidatura de Jordi Graupera no entrarían en el consistorio.

El más votado, alcalde

El sondeo vaticina un panorama muy ajustado que roza la teoría del triple empate en cabeza, aunque con una pequeña diferencia a favor de Maragall que resulta decisiva si se tiene en cuenta que la ley electoral prevé para los ayuntamientos que en caso de que ningún pacto sume la mayoría absoluta –fijada en Barcelona en 21 concejales- gobierne el candidato del partido más  votado. Por esa norma se convirtió Colau en alcaldesa.

Con estos números, una alianza entre Maragall y Colau sumaría entre 20 y 21 concejales. Garantizaría, por lo tanto, una representación suficiente para gobernar sin depender de un tercer grupo. También abriría para los republicanos la posibilidad de distanciarse finalmente del espacio posconvergente, aunque conllevaría, por otra parte, superar ciertos recelos entre ellos y los ‘comuns’.

Con 11 concejales para ERC y 10 para Barcelona en Comú, quizá la segunda fuerza pediría que la alcaldía recayera dos años en cada partido. Y sin duda miraría con lupa el papel que corresponde a Elisenda Alemany, que abandonó a los ‘comuns’ y va de segunda con Maragall, tendría en ese pacto. En todo caso, el resultado supondría un gran aumento para ERC, que logró cinco concejales en el 2015. Los republicanos cosechan el mejor registro de los últimos cuatro años en el GESOP, mientras que Colau muestra cierta tendencia a la baja y los socialistas duplican su marca de hace un año.

Maragall y Collboni son los alcaldables con mayor fidelidad de voto, rozando ambos el 60%. El primero se nutriría de un tercio de los votantes que el 2015 optaron por CiU, y el segundo absorbería a dos de cada 10 electores de Cs. Colau retendría a la mitad de sus votantes de hace cuatro años, pero una cuarta parte de ellos están indecisos y la otra cuarta parte se la repartirían ahora PSC y ERC. El trasvase de voto más sangrante es el que sufrirían los neoconvergentes. Solo uno de cada cuatro votantes de CiU en el 2015 elegirían ahora la papeleta de JxCat. El 36% migraría al caladero de Esquerra y el 29% se declara en estos momentos indeciso.

Las posibles alianzas

Un pacto entre ERC y Junts per Catalunya, que formaría parte de la misma lógica que sustenta el actual Gobierno catalán y lo que quede vivo del ‘procés’, resultaría ligeramente débil: ambas fuerzas sumarían, siempre según la encuesta preelectoral del GESOP, 16 o 17 concejales. Un número igual o inferior a los 17 o 18 que sumarían Barcelona en Comú y el PSC. Como socialistas y ‘comuns’ no alcanzarían los 21 ediles, Maragall podría ser alcalde de la mano de la lista de Forn, pero correría el riesgo de perder todas las votaciones, y para evitarlo quedaría a expensas del apoyo de Ciutadans o el PP, lo que no parece una garantía de futuro para un gobierno independentista: tanto Valls como el alcaldable popular, Josep Bou, tienen en el combate del separatismo el rasgo principal de su propuesta electoral.

Por otra parte, resultaría coherente un acuerdo entre Bcomú y el PSC –socios durante un año y medio en el mandato que concluye-, sobre todo en el contexto de una posible entendimiento entre el PSOE y Podemos en el Gobierno central, pero al no sumar 21 concejales no podrían evitar que Maragall se hiciera con la vara de mando municipal.

Tripartitos

La posibilidad de que se cierren acuerdos tripartitos no se confirma a la vista del sondeo del GESOP, más que nada porque no suele suceder que tres partidos coman donde pueden comer dos. Pero uno de izquierdas, entre ERC, Colau y el PSC, el que propone Barcelona en Comú, sumaría 27 o 28 concejales, más que suficiente. ERC y el PSC lo rechazan. El tripartito por el que aboga Maragall, ERC, Barcelona en Comú y Junts per Catalunya, sumaría 26 o 27 concejales. Bcomú y JxCat lo rechazan.

El tripartito constitucionalista no suma lo suficiente. Valls, el PP y el PSC se quedarían en 16 concejales. Como se ha visto, sobran fórmulas que superen esa cifra. De confirmarse el resultado que el sondeo otorga a Valls, seis concejales, no sólo no sería para tirar cohetes: supondría una decepción considerable como resultado de la operación compleja que supuso que el exprimer ministro francés renunciara a la política francesa, cambiara de país y empezara una nueva vida en la ciudad, con el fin declarado de convertirse en un alcalde constitucionalista contra el independentismo de otros aspirantes y contra el “populismo” que achaca a Colau.

Una de las lecturas posibles sería la de que Valls no ha convencido al voto antiindependentista, que en una parte considerable habría preferido a Collboni. Y la decepción, es un suponer, alcanzaría también a Albert Rivera, que prestó sus derechos electorales a Valls con un objetivo mucho más ambicioso que el resultado que prevé el sondeo de GESOP: subir únicamente un concejal, de los cinco actuales a seis.

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Ficha técnica

-Técnica: encuestas telefónicas asistidas por ordenador.

-Universo: población mayor de edad, residente y empadronada en la ciudad de Barcelona.

-Número de entrevistas: 803.

-Muestreo: Estratificado por distrito con afijación proporcional. Dentro de cada distrito, selección aleatoria de individuos con cuotas cruzadas de sexo y edad.

-Error de la muestra: +/- 3,5% para un nivel de confianza del 95% y p=q=0,5.

-Trabajo de campo: del 1 al 4 de mayo del 2019.