CUADERNOS DE GASTRONOMÍA Y VINOS

Comerse el mercado desde un taburete

zentauroepp47891644 barcelona 25 04 2019 barcelona restaurant quim de la boquer 190426222834

zentauroepp47891644 barcelona 25 04 2019 barcelona restaurant quim de la boquer 190426222834 / periodico

Miquel Sen

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

De la misma manera que sentarse en una mesa bien puesta, con su cristalería impecable y su dorada vajilla, aquella de “el príncipe mil cuidados” que escribió el poeta, es una experiencia placentera. Comer a la 'bonne franquette', sin más compromiso que el de disfrutar de lo mejor, también tiene un encanto irresistible. Es la pulsión que se siente entre los puestos de vendedores de Palermo, frente al humo de sus brochetas, entre risas y perfiles que parecen inspirados de una película neorrealista del mejor cine italiano.

En Barcelona, tras el escaso éxito global que ha tenido la gastronomía en la calle tras el paso de las caravanas efervescentes de los 'food trucks', nos quedan una serie de barras de campeonato en las que el espectáculo se extiende desde planchas y sartenes a unos comensales que esperan con sonrisa beatifica que les llegue el momento de alcanzar la gloria en forma de taburete. Me refiero a este tipo de asiento porque la mejor barra de La Boquería, la del Quim solo tiene 16 metros en la que solo caben 18. No pierdan tiempo en contarlos, doy fe, porque en ese lapso pueden perder una de las cotizadísimas ventanas abiertas a la más abierta a los fogones, en la que ejercen Quim Márquez senior y Yuri, su explosivo hermano menor. Ambos forman un equipo potente, eficiente en la confección de platos en los que se potencian los mejores matices de todo lo muy bueno que hay en La Boquería.

Rabo, callos o tartar de buey

El conjunto de cocineros y clientes, entre los que no faltan los chefs más conocidos de Barcelona, desprende una  alegría enérgica, capaz de variar el más triste de los futuros con los que pretenden ensombrecernos. El mundo no puede ser tan perverso si sentado en un taburete se puede disfrutar de un rabo, en dos versiones, Yuri o Quim,  de unos callos sacramentales o de un tartar de buey preparado con mano maestra. Una vez abducidos por este ambiente y frente a la cocina de mercado en su más pura expresión solo nos queda esperar que en el espacio de libertades diarias a conquistar exista el tiempo suficiente para vivir la pasión de los sabores en su versión más positiva.

Aceite Aubocassa, sutil y complejo

<span style="font-size: 1.6rem;">El vino del olivo, al margen de ser los <strong>cultivos paradigmáticos del Mediterráneo</strong>, tiene muchos puntos en común. Sus frutas son pequeñas, guardan los aromas como si fueran síntesis del paisaje y no gustan de las recolecciones que duran mucho tiempo. Las oxidaciones acaban con su fructuosidad.</span>