PUESTA DE LARGO DE TAXI PROJECT 2.0

El taxista Tito se hace mayor

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Carlos Márquez Daniel

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En un cine y a lo grande. Barajó la posibilidad de convocar en un hotel, pero el precio del recinto le llevó a Gran Via 2, donde ha llenado una sala con cerca de 400 personas. Alberto Álvarez, más conocido como Tito, el taxista que ha liderado la revuelta del gremio contra Uber y Cabify en toda España, pasa de las calles a los despachos. Tito se ha hecho mayor, y la lucha por fin madura. No dejará las asambleas y las huelgas, pero ha llegado a la conclusión de que las VTC no son un problema local, y que combatirlas requiere de una estrategia global. Junto al abogado Elpidio José Silva, con el que forma una peculiar pareja desde hace año y medio, aspira a abrir un despacho en Bruselas, el epicentro de Europa, para "crear un lobi contra la uberización de la sociedad". 

Taxi Project 2.0 busca, tal y como ha explicado Tito, ser el epicentro de la "reivindicación de los taxistas de toda Europa". Ya se han sumado 42 asociaciones de Italia, Polonia, República Checa, Francia y Bélgica, además de España. "A los taxistas se les pedirá una cuota mensual de 30 euros. Cuando tengamos garantizada una suma considerable, abriremos la oficina en Bruselas y nos pondremos a trabajar". ¿Pero cómo combatir a los lobis en una de las capitales de los lobis? Tan fácil y a la vez tan complicado como convertirte en uno de ellos. Serán, pues, un lobi antilobi, que quizás cuesta de entender pero es lo que hay.

Mejorar la imagen

Durante el acto, que se ha alargado más que cualquier película que esté en cartel en estos cines de L'Hospitalet, se ha proyectado un vídeo de 20 minutos sobre la lucha de los taxistas contra Uber en la última década, desde la liberalización del sector en el 2009 en tiempos de Zapatero hasta las últimas huelgas, pasando por los ocho años en los que el PP, según el colectivo, "no hizo nada para pararle los pies a las multinacionales asesinas". También se ha dado la palabra a varios especialistas en economía y movilidad. Han hablado de los retos del taxi, de "crear una marca de servicio público de calidad", de "ganar la confianza del cliente". Ese es un desafío complicado, puesto que muchos usuarios de Uber y Cabify que se han quedado sin aplicación le están haciendo el vacío al taxi. Por no hablar de los que se indignaron con los cortes de calles y manifestaciones no convocadas que pusieron Barcelona patas arriba entre enero y febrero. 

Elpidio José Silva ha cerrado el acto. Sin papeles y paseando por debajo de la inmensa pantalla de cine. El tipo sabe hablar y ganarse al respetable, incluso con sus estudiados silencios. Dice que cuando le fueron a buscar se encontró a un taxi "que era el hueso en la boca del uberismo". "Ustedes iban camino del funeral", ha dicho. Al margen de recordar los argumentos legales que demuestran "la piratería" y el "expolio permitido durante los últimos ocho años", se ha dedicado a arengar a los taxistas. Porque es consciente que son ellos los que deben mantener Taxi Project, en lo moral y en lo económico. "No podemos vivir en un estado de lástima y victimismo porque el enemigo lo ve. Vosotros sois el proyecto, sois la clave". Tito le ha apostillado: "nos hace falta una mentalidad ganadora y ambiciosa, por eso hay que ir arriba del todo, con el millón de taxistas que hay en Europa".