Colau y Valls solo coinciden en una cosa: Pasqual Maragall

El periodista Jordi Évole ha sentado este domingo alrededor de una misma mesa (antes, los ha tenido un rato viajando juntos en una cabina del teleférico de Montjuïc) a la actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y al candidato de Cs en las próximas elecciones municpales, Manuel Valls, probablemente los dos alcaldables más mediáticos, pero entre los que no ha habido la más mínima empatía. La edición del programa 'Salvados' de esta semana ha deparado pocos momentos para la sorpresa.

Tan solo en una cosa han coincidido la alcaldesa y el exprimer ministro francés: para ambos el mejor alcalde de la historia de la ciudad ha sido Pasqual Maragall. También han convenido los dos en que la cantante Rosalía y Manu Chao son, por diferentes motivos, dos buenas opciones para bautizar con sus nombres una calle de la ciudad.

Las discrepancias entre la dirigente de Barcelona en Comú y su oponente político, que han confesado haber coincidido hace unos años en el palco del Camp Nou, con motivo de una Barça-Paris Saint Germain, se han evidenciado desde prácticamente el primer minuto, cuando Colau ha defendido su política de vivienda en la ciudad y ha hecho gala, una vez más, de su pasado como activista de la PAH.

De todo lo hecho, Colau ha destacado la mayor atención que presta ahora el ayuntamiento a los desahuciados, la adquisición de algunos edificios usando el tanteo y retracto para sacárselo a los fondos de inversión y la exigencia de que se destine un 30% de las nuevas promociones a pisos sociales. 

"Mucha gente creyó en sus promesas, pero ahora se está viendo que sus políticas han fracasado", le ha reprochado rápidamente Valls. "Pero esa gente me conoce y sabe que me he dejado la piel en ello", ha replicado la alcaldesa, en un gesto que parece fiar el resultado del próximo 26-M a sus índices de popularidad personal.

Pisos turísticos y manteros

Tras un breve acercamiento en materia de turismo -en un momento dado, Valls ha llegado a felicitar a Colau por la gestión hecha en relación al cierre de pisos turísticos ilegales, algo que el moderador Évole ha destacado como atípico entre políticos en España-, el debate se ha convertido en un auténtico desencuetro. Colau insistiendo en recordar que Valls se presenta a las elecciones bajo la marca de Ciutadans (cuando a ella en el 2015 le echaron también en cara que se presentara con la de ICV); Valls acusando a Colau de no hacer absolutamente nada para poner fin a la ocupación de la vía pública por parte de los manteros...

Hasta llegar a los dos puntos en los que el aspirante se encuentra más cómodo: la seguridad ciudadana y el 'procés'. Colau ha tratado de convencer a la audiencia de que Barcelona es una ciudad segura, pese a que las encuestas que elabora el propio ayuntamiento dicen que la inseguridad es la mayor preocupación de los barceloneses, y Valls ha hecho todo lo posible para relacionar a la alcaldesa con los independentistas.

El barco 'Open Arms', atracado desde hace semanas en el puerto de Barcelona, les ha vuelto a acercar solo por unos instantes, antes de volver a discrepar sobre si la capital catalana debe o no dedicar también una calle a Juan Antonio Samaranch, el que fuera presidente del Comité Olímpico Internacional y "simpatizante franquista", ha subrayado Colau.