VIVIENDA

La protesta contra los alquileres abusivos toma la calle

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Beatriz Pérez

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Hace un mes, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, publicó un tuit que causó escozor, pues aseguraba que, tras cuatro años de mandato, "Barcelona es hoy una ciudad más habitable, justa y sostenible". Sin embargo, la capital catalana ha experimentado, desde el 2013, una subida de más de un 36% en los alquileres, según el Observatori Metropolità de l'Habitatge.

"Barcelona no es una ciudad más habitable ahora. Es una ciudad mejor a nivel ecológico, pero a nivel habitacional no. Nos están expulsando", ha expresado este sábado Francisco Hurtado, miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Barcelona, desde la manifestación 'Prou Llogers Abusius'. Unas 5.000 personas, según la Guardia Urbana, han participado en esta protesta que ha tenido lugar, simultáneamente, en un total de 35 ciudades europeas, como Madrid, Londres o Berlín.

La PAH, ha explicado Hurtado, nació para defender a las víctimas de las hipotecas, pero en los últimos años ha pasado también a defender a las de los alquileres. "En otras ciudades de Europa hay más vivienda social, pero en España y Catalunya no llega al 1,2%. Y el Gobierno y la Generalitat no tienen intención de hacer nada. La lista de espera por emergencia habitacional de Barcelona es de un año y medio", señala este miembro de la PAH, una de las 40 entidades que han apoyado la manifestación organizadapor el Sindicat de Llogaters. También miembros de Barcelona en Comú, como Jaume Asens, Gala Pin y la propia alcaldesa, han participado en la protesta. 

Limitar los alquileres

Ponerles un tope a los alquileres que impida la subida desorbitada depende del Estado. Esta es la principal medida que reclama el Gobierno municipal de Colau. Pedro Sánchez se comprometió solo a vincular los alquileres a la subida del IPC. Está por ver qué pasará a partir del 28 de abril, cuando se celebren las elecciones generales.

"La gente no debería destinar más de un 30% de su sueldo al alquiler. Hay que ponerles un tope. España le ha puesto la alfombra roja a la banca y a los fondos buitre", ha dicho Jaime Palomera, portavoz del Sindicat de Llogaters, quien ha afirmado que "la gente joven vive estrangulada" por esta problemática. Según datos la PAH, en España hubo en el 2018 más de 70.000 desahucios, la mayoría por impago del alquiler.

"Los ayuntamientos están absolutamente incapacitados para regular los alquileres", ha dicho Palomera. Por eso su entidad pide también a la Generalitat "revertir" todas las licencias de apartamentos turísticos que "actúan como hoteles clandestinos" y provocan la "subida" de alquileres. Los manifestantes también han expresado su rechazo a Airbnb, un portal en el que se anuncian viviendas de uso turístico en las que los propietarios alquilan habitaciones puntualmente.

Airbnb "no es colaborativo"

"Airbnb hace disminuir la oferta alquileres a la ciudadanía para dársela a los turistas. En una situación de emergencia habitacional como la que estamos vivienda, la vivienda debería ser para el ciudadano", ha criticado Aldo, también miembro del Sindicat de Llogaters. "Airbnb no es economía colaborativa, sino de grandes tenedores". Según DataHippo, en Barcelona 10 anfitriones de Airbnb suman 996 pisos y ganan 84.500 euros al día.

El drama de los alquileres en la Ciudad Condal no solo afecta al centro, sino que cada vez más también a los barrios más periféricos. El Observatori d'Habitatge i Turisme del Clot-Camp de L'Arpa también ha estado en la mani de este sábado. "En el distrito de Sant Martí tenemos unos 300 desahucios anuales. La media del alquiler ronda ya los 900 euros, hace dos años eran 800", ha señalado un miembro de la entidad que no ha querido dar su nombre. "¿Barcelona, ciudad de acogida?", se preguntaban a su lado, irónicamente, unos jóvenes que realizaban una 'perfomance' en la que simulaban ser buitres.

Otras ciudades

Paralelamente, en Berlín miles de personas han salido también a la calle contra el continuo aumento de los alquileres y contra la concentración de la propiedad de las viviendas de la ciudad en manos de grandes propietarios. También ha habido protestas en otras ciudades como Múnich, Colonia, Leipzig y Frankfurt y en ciudades de otros países como París o Lisboa. 

En la capital alemana se está además recogiendo firmas para una petición sobre un referéndum para expropiar a las inmobiliarias y exige que las empresas con más de 3.000 viviendas puedan ser expropiadas para lograr un beneficio público.