ESTUDIO DEL RACCY ZURICH

Correr en Barcelona: mejor lejos de la calzada y a mediodía

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Carlos Márquez Daniel

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Esto se divide entre corredores y ‘runners’. Los primeros estuvieron siempre y tienen la planta del pie de cartón; se conocen todos los secretos del deporte y no están para tonterías. Tampoco dan saltitos en el paso de peatones mientras esperan el verde. Los segundos llegaron después, con la moda del corto tecnológico, con las carreras y carreritas urbanas, con la idea de que el gimnasio en la calle es más barato, luminoso y colectivo. Familias hermanas que viven bajo un mismo paraguas, una ciudad en la que la contaminación no se ve pero se nota. Por eso viene bien saber a qué hora la polución mata menos y en qué lugares es más o menos recomendable trotar. Un par de ‘spoilers’: en calles con mucho tráfico, mejor a mediodía, elegir bien el lugar y la hora reduce entre seis y 10 veces la exposición a los malos humos y siempre intentando avanzar lo más alejados posible de la calzada.

El RACC y Zurich han presentado este jueves un estudio sobre la práctica deportiva y la calidad del aire. Más allá del comprensible ejercicio empresarial de intentar alinearse con los buenos hábitos, el informe ofrece pistas a esta tribu a la hora de organizar sus entrenamientos. Han analizado la contaminación en cuatro puntos de la ciudad y durante todo el día, de manera que han establecido las horas más convenientes para salir. ¿Es eso aplicable para caminar, ir en bici o pasear al perro? Sin duda. Los lugares elegidos son la Diagonal, Paral·lel, el paseo Marítim y la carretera de las Aigües, todos ellos, según Lluís Puerto, director de la Fundació RACC, entre las calles y avenidas más concurridas por los corredores barceloneses.

Efectos para la reflexión

Los efectos de la contaminación sobre los seres humanos (partículas en suspensión y dióxido de nitrógeno) requieren suma atención. Hablamos de irritación de las vías respiratorias y asma, pero también de cáncer de pulmón, afectación en el sistema reproductivo y agravamiento de las enfermedades vasculares y del sistema nervioso. Para todo ello, lo primero es respirar por la nariz, algo que se enseña en primero de ‘running’ porque no hay otra manera si se quiere aguantar más de 10 minutos. En segundo lugar, y eso es algo quizás desconocido, distanciarse un metro de la calzada puede reducir un 15% la exposición a la polución. Si son dos metros o tres, pues mejor. Practicar deporte en vías sin tráfico, según el estudio, puede reducir hasta un 60% la inhalación de malos humos. El estudio no lo dice, pero en cualquier caso, y aunque no se disponga de pañuelo, vaciar las fosas nasales puede venir bien para expulsar todo lo malo que se ha podido acumular. Basta con emular lo que hacen los futbolistas sobre el campo, aunque no sea muy estético.

De todos los espacios analizados, el Paral·lel parece ser el menos indicado para trotar. Quizás por la cercanía del puerto, donde se arremolinan las ciudades flotantes, los niveles de NO2 resultan ciertamente inquietantes sobre todo en la franja matinal (7-11 horas) y, en menor medida, por la tarde (16-20 horas), siendo el mediodía (11-14 horas) el momento quizás más indicado para surcar esta avenida recientemente reformada. Llama la atención, y ahí es donde se demostraría la influencia de los cruceros, que los niveles contaminantes sean similares en día laborable y en festivos. La Diagonal, donde el tráfico es endiablado, también las horas medias son las mejoras para correr.

Al salir del trabajo

Si hay que escoger entre mañana y tarde, los niveles registrados en los cuatro puntos estudiados son mejores por la tarde que por la mañana. Las Aigües es un lugar ideal a cualquier hora, aunque los registros son más aptos por la tarde. Los que quieran aire todavía más puro solo tienen que subir un poco. Y si quieren experimentar las diferencias entre cara norte y cara sur, basta con saltar al otro lado de la montaña, donde la temperatura y el ambiente cambian de golpe. Pero aviso al corredor neófito: no es lo mismo el asfalto que los caminos y las piedras. Si se opta por cambiar una cosa por la otra, hay que tener en cuenta que el calzado no es el mismo y que también cambia el ‘maltrato’ a las piernas y a los pies. Mientras que las aceras y la calzada machacan mucho más las rodillas y los tobillos porque el impacto es mucho más duro y contundente, en montaña se amortigua y se reparte más el golpe pero también son mucho más frecuentes las torceduras a consecuencia de un firme que deja de ser regular.

En el apartado de recomendaciones, el informe del RACC y Zurich insta a apostar “por lugares de la ciudad con menor afluencia de tráfico”, salir más los días festivos y, en caso de entrenar también de lunes a viernes, hacerlo a mediodía o durante la tarde/noche. Tampoco es ninguna tontería hacerlo a primerísima hora del día, si es que se tiene el estómago para ello. Y en cualquiera de los casos, alejarse lo máximo posible de los coches.

Si una cosa ha querido dejar clara Puerto, y en eso coincide con la comunidad médica, deporte y científica, es que los beneficios del ‘running’ superas al prejuicio que causa la contaminación. ¿Pero existe algún límite? El director de la Fundació Racc ha asegurado que no han encontrado ningún estudio que diga a partir de qué nivel de polución no se debe salir a correr. “Debería ser un nivel muy elevado”, ha dicho. La pista quizás la dé el Ayuntamiento de Barcelona, que recomienda que durante los episodios de elevada contaminación se evite practicar deporte en la vía pública. Por una razón muy concreta: a peor aire, más trabajan nuestros pulmones, y ese es un riesgo que es mejor evitar. Lo normal en estas situaciones es cansarse más de lo habitual (una sensación similar a la que se siente al entrenar en altura) e irritación del cuello y de los ojos. En cualquier caso, lo mejor en estos casos es echar mano del sentido común: si uno conoce su cuerpo y empieza a tener malas sensaciones, mejor dejar los kilómetros para otro día.

Distinta vara de medir entre ciudades

Puerto ha criticado que las ciudades no se hayan puesto de acuerdo en la calificación de los niveles de contaminación. A nivel de dióxido de nitrógeno, lo que para Barcelona es un registro malo, para Madrid entra dentro de lo admisible. Por eso ha instado a “<strong>unificar criterios a la hora de evaluar la calidad del aire</strong>. También ha recomendado incluir en los estudios las partículas en suspensión de hasta 2,5 micras, puesto que solo se tienen en cuenta las de hasta 10 micras.