La porra municipalista

¿Qué candidatos aguantarán todo el mandato en Barcelona?

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Toni Sust

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Hay porras relativamente indeseables, como la que suele abrirse cada año sobre qué famosos morirán durante los 12 meses posteriores. Y las hay más inocuas, como la de quién ganará la liga, quién será el nuevo presidente del Gobierno, quién ganará Eurovisión.

La porra que propone este diario deja de lado las muertes, previsibles o prematuras, y se centra en un caso que está en boca de no pocos electores: a medida que se han ido conociendo los nombres de los principales cabezas de lista y candidatos a las elecciones municipales en Barcelona se ha escuchado, adjudicado a distintas personas, el mismo comentario: “Este no acaba el mandato en el ayuntamiento”.

En la mayoría de los casos, el recelo se basa en la convicción de que solo permanecerán en el consistorio si logran gobernar. Pero no siempre es así. Muchos de los aludidos han sido interrogados sobre si prevén una salida antes de tiempo y todos replican que pase lo que pase no se irán, lo que no es malo tener presente por si las moscas. La lista de los que están bajo sospecha es amplia, y alcanza a integrantes de todas las candidaturas.

También en los últimos cuatro años ha habido bajas, no siempre las previstas: todos, por ejemplo, dieron por hecho tras la inesperada victoria de Ada Colau que Xavier Trias dejaría el consistorio, que no pasaría cuatro años en la oposición. No ha sido así. Se fue Antoni Vives, en seguida. Mucho más tarde, Joaquim Fornpara ser 'conseller'. Alfred Boschpara dejar paso a Ernest Maragall. También se fueron concejales de la CUP, Josep Garganté y María José Lecha, la popular Ángeles Esteller dio paso a Alberto Villagrasa y la 'ciudadana' Sonia Sierra, a Koldo Blanco . En las filas de los 'comuns', Raimundo Viejo se fue al Congreso y le reemplazó Eloi BadiaAl finalizar el mandato se irán todos los jefes de grupo menos Colau y Collboni. Se van, pero han agotado el periodo previsto.

Ada Colau, Ernest Maragall

¿Por qué podría apostar alguien a que Colau, alcaldesa y candidata a la reelección, o  Maragall, al que las encuestas dan como ganador y por lo tanto probable alcalde, tengan números para dejar el consistorio antes de que acabe el mandato?

La respuesta es clara. Si la aritmética abona un gobierno de coalición entre ERC y Barcelona en Comú, y el alcalde es Maragall, es lógico prever que quien quede segundo no podrá imponer a su cabeza de cartel como alcaldable. A menos de que ambos se repartieran la vara de mando, dos años tú, dos años yo, no resulta fácil imaginar a Colau de primera teniente de alcalde después de ser la primera alcaldesa de la historia en la ciudad. Una salida previsible, en caso de que dejara la institución, sería que optase a las próximas elecciones autonómicas y cambiara el ayuntamiento por el Parlament. Porque el adelanto electoral dictado por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la obligaría a esperar cuatro años para ir al Congreso, que tantas veces se ha visto como su presumible segunda parada en la política.

Lo mismo puede afirmarse de Maragall: ¿cómo alguien que enfrenta el que sea probablemente el último gran reto de su trayectoria, que resulta ser el mayor de su vida profesional, el de convertirse en alcalde después de que lo fuera su hermano, podría aceptar ser el segundo de a bordo?

El francés errante

Si de alguien se ha dicho que no durará en el consistorio si no logra la alcaldía es de Manuel Valls. Su sorprendente cambio vital, de la política francesa a la barcelonesa, con ramificaciones en la catalana -el rechazo al 'procés' es lo que primero le trajo de visita- y la española, suscitó como reacciones principales la de calificarlo de paracaidista y la de dar por hecho que se irá si no triunfa. Él lo niega. Se le ha preguntado varias veces y ha subrayado que no hay vuelta atrás. Que se queda. Lo mismo vale para el número tres de su candidatura, Celestino Corbacho, que regresa a la política activa de la mano de Valls después de dejar el PSC. Sostiene que acabará el mandato pase lo que pase.

Por citar más candidatos potenciales, en la lista de Colau figura como número ocho Jordi Martí, Jordi Martí,hasta ahora gerente municipal. Al margen de que al convertirse en concejal, si entra, caerá bajo el terror económico de la limitación salarial de Barcelona en Comú y perderá decenas de miles de euros de salario, si esta vez no está en el gobierno, corre el riesgo de aburrirse mucho. Nada indica que Martí pueda irse más allá del hecho que ha demostrado que tiene una tendencia considerable a hacerlo: se fue del PSC, se fue de la órbita de ERC.

Artadi, ¿la breve?

La candidatura posconvergente, Junts per Catalunya, está encabezada por Joaquim Forn, juzgado estos días en el Tribunal Supremo por el ‘procés’, del que se da por hecho que no podrá regresar al ayuntamiento por cuestiones legales. Como segunda figura Elsa Artadi, la todavía 'consellera' de Presidència. Es una de las que aparece en las primeras posiciones del grupo de candidatos a irse: apenas ha entrado nunca en cuestiones relacionadas con la ciudad y en los mentideros se la ve abandonando el consistorio en cuanto se convoquen elecciones autonómicas. En ese caso, en un caso claro de justicia poética, el grupo quedaría en manos de Neus Munté. Ella ganó las primarias del PDECat para después asistir a cómo le ponían por delante a Forn –algo que seguro que no le dolió-, a la propia Artadi y a Ferran Mascarell, que, al final, irá por debajo de Munté en la lista.

En el PSC, Jaume Collboni sigue en la carrera y será alcaldable después de que se le diera por muerto políticamente varias veces, de que se especulara con que los socialistas buscarían otra cara para enfrentarse a Colau. Los que consideran que se mantuvo porque no se encontró un relevo especulan con que se vaya a medio mandato –por ejemplo, a un Gobierno central del PSOE, si es que se da la hipótesis- y ceda el timón del grupo a Laia Bonet. Luego está el caso de Josep Bou, el alcaldable del PP. Las encuestas dicen que tiene difícil entrar en el ayuntamiento. Pero si lo logra, con su perfil de empresario panificador, ¿se pasará cuatro años chinchando al gobierno como lo ha hecho siempre su predecesor, Alberto Fernández Díaz

Pequeña encuesta acientífica: Valls y Artadi se van, Collboni y Corbacho se quedan

Más allá de hacer cábalas, ¿cómo cuantificar el pronóstico? Sin que pretenda servir como base científica de nada, este diario ha echado mano de un grupo de periodistas que, anónimamente, han opinado sobre quién tiene más pinta de tomar antes las de Villadiego, otorgando puntuación a ocho de los aspirantes, <strong>siendo cero que seguro que acaban el mandato y 10, que se largan en julio, es decir, hasta el 5 se van y a partir del 5, se quedan.</strong>