EMPODERAMIENTO A TRAVÉS DEL DEPORTE

VÍDEO | Mujeres de La Mina aprenden a boxear para defenderse de agresiones machistas

Una veintena de vecinas del barrio entrena tres veces por semana para tener "una reacción segura ante una situación difícil"

Mujeres de La Mina aprenden a boxear para defenderse de las agresiones machistas

Mujeres de La Mina aprenden a boxear para defenderse de agresiones machistas. / periodico

Alba Gil / Efe

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Una veintena de mujeres del barrio de La Mina de Sant Adrià de Besòs, en Barcelona, están aprendiendo a boxear en una iniciativa de la asociación gitana Kali Zor para que puedan defenderse de posibles agresiones machistas. De momento son una veintena de aprendices, incluso alguna menor, que entrenan cada semana en el Casal Cívic La Mina de Sant Adrià de Besòs, donde se enfundan un par de guantes para dejar nocáut al machismo.

"Sabemos que vivimos en una sociedad patriarcal y machista, por eso queríamos darles un espacio para empoderarlas, donde ellas tuvieran la voz y aprendieran defensa personal", explica el presidente de la entidad, Alfonso Amaya. Asegura que todas las mujeres participantes, "todas, sin excepción", han sufrido alguna vez "ese lastre, ese temor físico" a ser agredidas o el miedo a llegar a serlo.

De ahí surgió la idea de impartir clases de boxeo, un plan que el entrenador José Sánchez tenía en mente hacía tiempo y al que finalmente se decidió la pasada Navidad al saber que una mujer había sido asesinada a manos de su pareja. "Cuando me levanté en Navidades y vi que la primera víctima había sido apuñalada en Barcelona no lo dudé más", sentencia Sánchez, apodado "el pequeño Tyson" en alusión al famoso exboxeador estadounidense.

De la mano de Kali Zor, organizaron la primera clase a principios de este año y, desde entonces, una veintena de mujeres entrena tres veces por semana para lograr sentirse "bien con ellas mismas" y "mejor valoradas".

Dunia Martínez, administrativa de 48 años, es una de las asiduas a las clases de boxeo, una iniciativa -dice- "muy importante y más en los tiempos de hoy en día", no solo por la defensa personal, sino también por "el relacionarnos con otras mujeres", subraya. Según cuenta, entrenar cada semana les garantiza tener "una reacción segura ante una situación difícil" y sostiene que gracias al proyecto aprenden a actuar "de primeras para luego tener la capacidad de huir".

Los impulsores se muestran sorprendidos con la buena acogida que ha tenido esta actividad en el barrio, a la que acuden participantes de todos los perfiles y edades, "desde niñas de nueve años a mujeres de sesenta", indica Amaya antes de reconocer que esperaban tener que "picar más piedra".

Sin embargo, la asociación, que funciona a base de voluntariado, siente que faltan recursos y una mayor implicación de la administración pública. "Los guantes nos los han tenido que dejar gimnasios como donación", señala Amaya quien, a pesar de las dificultades, no tira la toalla.

Fútbol contra el absentismo escolar

De hecho, Kali Zor también tiene otra iniciativa social, la Escuela de Fútbol La Mina, una receta con la que luchan contra el absentismo escolar. "Había poco movimiento social en el barrio y escogimos el fútbol porque sabíamos que tendría un impacto. Necesitábamos trabajar con el sentimiento, con algo que les guste (a los menores)", explica Amaya.

Gracias a torneos como el "Futvalors", hacen reflexionar a los chavales sobre la importancia de los estudios y les animan a labrarse un futuro fuera de la calle. "Queremos que salgan de su zona de confort", continúa Amaya antes de exclamar: "Hasta entonces, muchos no habían cogido un autobús en su vida y ahora están de Erasmus".

Ya sea a través del fútbol o con clases de boxeo, el barrio de La Mina lucha cada día para romper con los estereotipos de violencia y exclusión social que arrastra. Una batalla para dejar en el pasado la etiqueta de "el barrio más problemático" del extrarradio de Barcelona.

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