A PARTIR DEL 1 DE ENERO DEL 2020

Barcelona vetará la entrada a 50.000 vehículos contaminantes el 2020

Nuevo sistema de señalización común en caso de de avisos y episodios de contaminación ambiental.

Nuevo sistema de señalización común en caso de de avisos y episodios de contaminación ambiental. / periodico

Luis Benavides

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Unos 50.000 vehículos tendrán prohibido circular por la Barcelona interrondas a partir del próximo 1 de enero del 2020, cuando entrará en vigor la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) permanente. Los primeros vehículos vetados serán los más contaminantes, los que actualmente no tienen la etiqueta o distintivo ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT).  Estos 50.000 vehículos equivalen al 7% de los que entran y transitan por la capital catalana actualmente. “Esto es necesario para bajar los actuales niveles de contaminación, pero no es suficiente para reducir el 30% de la contaminación –porcentaje fijado por la Unión Europea- y será necesario realizar más actuaciones”, advierte la teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz, quien estima que en el 2024 se podrían reducir en unos 125.000 vehículos el tráfico rodado con esta medida y muchas otras con “la movilidad sostenible en el centro”.

Desde enero del 2017, la ZBE solo se activa si se declara un episodio de elevada polución atmosférica, cuando se dispara la presencia de dióxido de nitrógeno (NO2) y partículas en suspensión en el aire, algo que hasta la fecha se viene produciendo una o dos veces a la año. Con la entrada en vigor de esta restricción permanente, Barcelona se sumará a las más de 300 ciudades europeas que ya tienen medidas similares para mejorar la calidad del aire. 

Para que pueda entrar en vigor esta medida, incluida en el Programa de Medidas contra la Contaminación Atmosférica, este jueves por la tarde se ha puesto en marcha la creación de un grupo para la redacción de la ordenanza. El gobierno de Ada Colau espera dejar la ordenanza lista para aprobación en dos meses para que pueda entrar en vigor en el 2019. Un hipotético cambio de color político tras las próximas elecciones municipales no debería ser un obstáculo pues el trabajo previo ha contado con “un consenso muy amplio” y habrá tiempo para incorporar “todas las voces y propuestas”, subraya Sanz.

Un sistema de cámaras permitirá identificar las características de los vehículos tras leer la matrícula y cotejarla con la base de datos de la DGT. El sistema incluye inicialmente 78 cámaras en la ciudad de Barcelona, colocadas en puntos interiores de la ZBE incluidas las salidas de las rondas, a las que se añadirán unas 60 en otros municipios incluidos en esta zona libre de vehículos contaminantes (L’Hospitalet de Llobregat, Esplugues, Cornellà y Sant Adrià de Besòs). Si la policía detecta un vehículo vetado le aplicará una multa leve, unos 100 euros, si bien el importe también podría ser modificado en este grupo de trabajo para la redacción de la ordenanza.

Los flecos, a debate

La primera propuesta por parte de la Taula contra la Contaminació de l'Aire -en la que participan ayuntamiento, Generalitat y Àrea Metropolitana de Barcelona- establece que esta zona libre de malos humos de unos 95 kilómetros cuadrados de superficie funcionará en horario laboral de lunes a viernes, de 7.00 a 20.00 horas, aunque la restricción podría acabar antes los viernes teniendo en cuenta las salidas de fin de semana. Este punto es uno de los que se llevarán a debate en el proceso participativo que ahora se pone en marcha. También se discutirá la conveniencia de flexibilizar la restricción durante un número limitado de días al año de manera que vehículos sin etiqueta podrían circular en casos muy puntuales como, por ejemplo, dirigirse a un taller para realizar el examen de la ITV o una emergencia. “Podemos mirar qué hacen en otras ciudades en este sentido. En Bruselas, por ejemplo, tienen seis días al año de libre elección”, añadió la teniente de alcalde, quien ha recordado que esta restricción va acompañada de muchas otras medidas como la inversión en transporte público, la ampliación de la red ciclable (carriles bici y calles pacificadas) y la llamada tarjeta verde en las que llevan trabajando este mandato.

En el proceso participativo también se valorará una posible introducción progresiva para los vehículos profesionales, cuyos propietarios contarán con un acompañamiento por parte de las administraciones implicadas para que puedan actualizar su flota.  La concejala de Movilidad, Mercedes Vidal, recuerda que el sector del reparto de mercancías, que “representa una buena parte del volumen del tráfico diario”, puede tener problemas para actualizar sus furgonetas al tratarse de “un sector muy atomizado y a veces precarizado”.  

Salud pública

La comisionada de Salud del ayuntamiento, Gemma Tarafa, defiende medidas como la Zona de Bajas Emisiones permanente y otras acciones que pueden despertar recelos en algunos sectores de la población con datos: “En el 2016, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que la contaminación era la responsable de unos 4,2 millones de muertos; y en Barcelona se produjeron más de 354 muertes asociadas a la contaminación”.

El consistorio trata la mala calidad del aire como un problema de salud pública de primer orden. “A menos contaminación, menos ictus, menos enfermedades cardiovasculares, menos diabetes, menos asma y mayor nivel cognitivo de los más pequeños”, sostiene Tarafa, quien considera necesario realizar cambios estructurales porque los mapas demuestran que la ciudad de Barcelona está por encima de los niveles marcados por las autoridades “de manera generalizada y constante”.

La Agència de Salut Pública de Barcelona (ASPB) vigila la contaminaciónd el aire a través de una red de estaciones ubicadas en puntos representativos de las diferentes intensidades de emisión de contaminantes, especialmente relacionadas con el tráfico rodado. Los resultados muestran una exposición “demasiado alta”, según el comisionado de Ecología del ayuntamiento, Frederic Ximeno, quien considera imprescindible lograr un cambio de hábitos de movilidad para reducir los niveles de contaminantes.