BALANCE DE UN SECTOR CLAVE

Los hoteleros piden apostar por la cultura para atraer turismo de calidad

Jordi Clos, presidente del gremio, alerta de que las pernoctaciones por negocios han caído y lo vincula con la fuga de empresas

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zentauroepp43460014 barcelona 23 05 2018 barcelona una bicicleta trata d190307195727 / JORDI COTRINA

Natàlia Farré

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El 2018 no fue un buen año para los hoteles de la ciudad, pero podía haber sido mucho peor. La ocupación se mantuvo en un 80%, como el año anterior pero el precio medio de la habitación cayó. Las previsiones eran de una bajada del 8% que finalmente se quedó en un 4%, lo que representa 6 euros menos de media por pernoctación, gracias a la recuperación del último trimestre del año. El cambio de tendencia se ha mantenido los tres últimos meses, lo que lleva al gremio a mirar el 2019 de forma positiva: "Creo que podemos cerrar el año con un cierto aumento". Palabra de Jordi Clos, presidente de los hoteleros.  El porqué del 'annus horribilis' arranca en el 2017, "un año para olvidar", y es la suma de un todo: "atentado, ataques vandálicos por parte de la CUP contra autocares y hoteles, y todo el proceso político que ha sido constantemente publicado en prensa internacional. El problema no es solo una cosa, es una noticia negativa cada semana".

Hay más por lo que lamentarse: el cambio de equilibrio entre el turismo de ocio y el de negocio (más apreciado tanto por la imagen que da como por el gasto que representa). Históricamente se mantenía en un 50% para cada uno, cifra que desde el 2014 ha ido bajando hasta desplomarse, en el 2017, en un 30% para el turismo de negocio. Y así sigue actualmente. No hay menos turistas pero ha habido un trasvase. Clos no lo achaca a la gestión de Fira Barcelona –"los números de ferias, congresistas y expositores son extraordinarios"- sino a "la marcha de las casi 6.000 empresas" por el tema del 'procés'.  De manera que entre los retos inmediatos que el gremio se plantea figura el de recuperar el 10% perdido y el de apostar por un turismo de calidad. "Buscamos aumentar la calidad no la cantidad".  

Esto pasa por arreglar varios aspectos de la ciudad: recuperar la marca Barcelona (el Ayuntamiento está en ello) y "abandonar las malas praxis", que para el gremio no son otras que la inseguridad ("los robos de relojes de este verano fueron vistos, a través de las redes sociales, por 2,5 millones de personas de todo el mundo. Es una publicidad negativa terrible") y los alojamientos ilegales. Estos últimos con el tema de los apartamentos turísticos ilegales solucionado pero con una nueva piedra en el zapato: las habitaciones compartidas que no están reguladas y permanecen en la alegalidad. Abogar por un reglamento y sus correspondientes sanciones es la petición del gremio.

Las filosofías ideológicas no llevan clientes

Y por último no hay calidad sin cultura. Así que Clos hace un llamamiento para que la Administración apueste por ella, "actualmente en un estado muy precario y a años luz" de ciudades como Londres, París, Berlín, Madrid y Málaga. Ciudad, está última, que en los últimos años ha reforzado decididamente sus museos. Se trata de vindicar un plan estratégico cultural serio, de los que duran más de un mandato y salen del "consenso". "Un plan real y vivo, no filosofías ideológicas que no llevan clientes". Así, Clos lamenta el fracaso del proyecto de la 'Esplanada dels museus', aquel que pretendía convertir Montjuïc, desde la plaza de España, en un polo cultural con el MNAC, CaixaForum, la Fundació Mies van der Roher y la Fundació Miró a la cabeza. Y el tema enquistado alrededor del Hermitage. "Que un museo con unas de las colecciones de arte más importantes del mundo quiera crear un espacio en Barcelona es una bomba y un impacto mediático y estratégico importantísimo. Da motivos a la gente para volver", afirma. La falta de exposiciones internacionales con parada en la ciudad tampoco tiene contento a Clos, para el que la solución depende de la Administración: "es un tema institucional y es creer en la ciudad, creer en su futuro y ver qué debe hacerse".